El rubro más afectado es la construcción y, después, la industria. Las PYMES son las que más cerraron pero las que menos empleo expulsaron.
En los primeros cinco meses del gobierno de Javier Milei se perdieron poco más de 175.000 puestos de trabajo formales, mientras que casi 7.900 empeladores – PyMES en su casi totalidad- dejaron de serlo, de acuerdo a un trabajo de investigación del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), sobre a base de datos oficiales.
El CEPA detectó en su informe que entre despidos y suspensiones suman 177.657 casos y que de ese total, la construcción explica el 56,29%, seguida por la industria, que acumula el 42,95%, mientras que en el sector despidos solo se dio el 0,76%.
“Los despidos en el sector construcción tiene su origen principalmente en la paralización de la obra pública y los del sector industrial en la caída del consumo como consecuencia de la pérdida del poder adquisitivo de los ingresos a partir de la devaluación y la desregulación de amplios sectores de la economía”, dice el trabajo de CEPA, al que accedió DIB.
De acuerdo a datos de la Superintendencia de Riesgos de Trabajo citados por el Centro de Estudios, el golpe más fuerte lo sufrieron las PyMES. Desde noviembre a abril, de los 7.860 empleados que dejaron de ser, el 99.5% tenía menos de 500 trabajadores a cargo. Lo que implica que solo se destruyeron 40 grandes empresas, mientras que las que no aguantaron la caída del consumo registrada en el período eran casi todas medianas o pequeñas.
Al mismo tiempo, CEPA puntualiza que cuando se analiza la caída del empleo registrado por tamaño de empresa “se observa que durante los primeros meses de la gestión de Milei la expulsión de trabajadores se concentró en las empresas de mayor porte: 74% de la pérdida de empleo (-126.244 trabajadores registrados) se focalizó en empresas de más de 500 trabajadores”.
En el detalle de los casos de despidos y suspensiones, la mayoría (166.870) no tiene como causal el cierre de la sucursal o empresa sino la reducción de personal. Sólo el 0,2% de los casos (335) son por motivo de cierre.
Estos despidos en el sector privado se suman a las 29.604 desvinculaciones relevadas por CEPA en el sector público, principalmente en el Estado Nacional, ya sea en la Administración Central como en las Empresas de Capital Estatal como Correo Argentino o Radio y Televisión Argentina SE.
Casos paradigmáticos
Uno de los casos seleccionados es el de Acindar, una de las principales siderurgias del país, y que tras el derrumbe de las ventas, suspendió ya dos veces en el año su producción. A fines de junio, la empresa anunció que en el segundo semestre sólo trabajarán 2 de los próximos 6 meses. Es decir, 2/3 partes del semestre permanecerá cerrada. Los trabajadores suspendidos por su parte percibirán en julio el 83% del sueldo de bolsillo, reduciéndose en agosto a 80% y desde septiembre hasta fin de año, 75%.
El desplome del consumo alcanza incluso al sector alimenticio. Un caso testigo en ese aspecto es el de los despidos por el cierre de la fábrica Canale, en Mendoza. A fines de junio anunció su definitivo cierre, y con él, el despido de 38 empleados: 22 efectivos y 16 temporales.
Asimismo, se presentaron dos casos de industrias pertenecientes al grupo Construya: FV y Ferrum, que paralizaron sus plantas y despidieron o suspendieron personal en el marco del desplome del sector. La empresa dispuso en mayo la suspensión por tres meses de unos 800 operarios de su planta ubicada en Pilar, provincia de Buenos Aires. En el caso de Ferrum (la mayor fábrica de artefactos sanitarios de cerámica del país), ya despidió 100 trabajadores en lo que va de 2024.
Otro caso seleccionado es el de Tenaris SIAT, del grupo Techint, a cargo de la producción de los caños del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner, cuyo tramo I fue inaugurado en 2023, pero sus obras complementarias fueron suspendidas por el actual gobierno. A fines de mayo, la empresa del Grupo Techint de Paolo Rocca, anunció el despido de 5 trabajadores, y a fines de junio se sumaron otros 200 trabajadores de la planta ubicada en Valentín Alsina.
La caída del consumo también afecta al sector de electrodomésticos o línea blanca, que a su vez está siendo desprotegido por la reducción de aranceles a la importación de heladeras y lavarropas. Ello ocasionó despidos en Whirlpool y Briket, entre otras. En la primera se produjeron 60 despidos en la empresa por reducción de producción en su planta del Parque Industrial Pilar, en provincia de Buenos Aires, en mayo de 2024. En Briket, ubicada en el sur de Rosario, la empresa –que produce heladeras, exhibidoras y freezers-, despidió 300 trabajadores en lo que va del año.
En el plano de las empresas públicas, resalta el caso del proyecto CAREM (Central Argentina de Elementos Modulares), cuya construcción fue paralizada argumentando falta de presupuesto por parte del Estado Nacional, y que puede suponerse que su reactivación no tendrá lugar hasta que ingresen capitales privados a la empresa Nucleoeléctrica Argentina SA a partir de la sanción de la Ley Bases. Como ha estimado la propia Cámara de la Construcción, CAMARCO, hay 100.000 despidos en este sector.
El informe releva, finalmente, otros importantes casos de retracción del empleo en industria metalúrgica, química, automotriz, alimenticia, textil, sector supermercadista y otros servicios. (DIB)