Desde la organización hablaron de una despedida con “sensación de injusticia” ya que murió sin encontrar a su nieto o nieta.
La referente de la filial Mar del Plata de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, Carmen Ledda Barreiro, falleció este viernes a los 88 años en una clínica marplatense donde se encontraba internada desde hace algunos días.
La noticia del deceso de la histórica militante de derechos humanos e integrante de la Comisión Directiva de Abuelas de Plaza de Mayo fue confirmada hoy por su hijo menor, Fabián Muñoz, a través de un mensaje a sus amistades, informó la agencia de noticias estatal Télam.
Desde Abuelas confirmaron en un comunicado que “Ledda, quien desde hace un tiempo atravesaba problemas de salud y se encontraba internada en un centro de salud de Mar del Plata, murió este viernes a las 7”.
“Impotencia y sensación de injusticia es lo que nos causa esta despedida, como la de cada abuela que se va de este mundo sin poder encontrar a su nieto o nieta”, expresó la organización. Y agregó: “Pero a la vez, tenemos la responsabilidad de continuar su lucha”.
Ledda nació el 28 de marzo de 1935 en Mar del Plata. En la adolescencia, conoció al que sería su marido, Alberto Muñoz, con quien tuvieron tres hijos: Silvia, Alberto y Fabián. La vida de Ledda dio un vuelco cuando Silvia fue secuestrada, el 22 de diciembre de 1976, en La Plata, embarazada de dos meses. Al día siguiente, en la misma ciudad, fue secuestrado su compañero, Gastón Larrieu. Pensaban llamar Ramiro o Mariana al bebé que esperaban.
La joven, de 21 años, permaneció detenida en la Brigada de Investigaciones de La Plata, en el centro clandestino “Pozo de Arana”, en la Comisaría 5ta, en “Pozo de Banfield” y posiblemente en “La Cacha”. Su hijo o hija debió nacer en julio o agosto de 1977. La pareja y el niño o niña que debió nacer en cautiverio siguen desaparecidos.
Tras el secuestro de Silvia, la propia Ledda, junto con su esposo, fueron detenidos y torturados durante más de tres meses. También torturaron a su hijo menor, Fabián, de 9 años, porque no querían decir dónde estaban Silvia y Gastón. Poco después de su liberación, Ledda se sumó a las Abuelas de Plaza de Mayo y desde entonces se convirtió en una referente indiscutida de la organización y del movimiento de derechos humanos en Mar del Plata. (DIB) MT