La interrupción de las compras brasileñas de peras y manzanas procedentes de la Argentina es un duro golpe para las exportaciones del sector frutihortícola, en particular la que se concentra en el Alto Valle del Río Negro.
A través de una resolución publicada en el Boletín de la Unión de Brasil, el boletín oficial del país vecino, el gobierno de Jair Bolsonaro comunicó que a partir del 26 de febrero dejan de ingresar estos productos argentinos debido a los estrictos controles fitosanitarios.
La resolución expresa que el director del Departamento de Sanidad Vegetal e Insumos Agricolas resuelve «suspender el plan del trabajo que implementó el sistema integrado para el decrecimiento del riesgo asociado a la plaga de Cydia pomonella para la importación de las frutas frescas de pera (Pyrus spp.), manzana (Malus spp.) y membrillos (Cydonia de forma oblonga) procedentes de la República Argentina», vigente desde noviembre de 2015.
La Carpocapsa o Cydia pomonella es una plaga también conocida con el nombre de gusano o polilla de la pera y la manzana, es la principal plaga para estos frutos, así como para el nogal y el membrillero.
Según el diario Río Negro, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) de Argentina fue notificado en las últimas horas por el Ministerio brasileño de Agricultura (MAPA por sus siglas en portugués) del cierre de la frontera con Brasil para la fruta de la región.
Se trata de una grave noticia para el economía de Río Negro y Neuquén ya que el mercado hacia el vecino país representa el ingreso de divisas por 150 millones de dólares.
El cierre del mercado brasileño amenaza el desempeño del sector, en situación vulnerable como le sucede a muchas economías regionales.