Buena parte de las aulas volvieron a estar vacías este martes en todo el país como consecuencia de un nuevo paro docente de Ctera, en protesta por la represión de la Policía de la provincia de Chubut a los maestros que reclamaban la apertura de la paritaria.
Como viene sucediendo en los sucesivos paros docentes nacionales -este fue el quinto del año-, la adhesión fue muy despareja, con grandes diferencias según los distritos y las escuelas. Según las estimaciones oficiales, el acatamiento fue del 35% en todo el país. Para Ctera, de “más del 90%”.
En nuestra ciudad, de acuerdo a los gremios alcanzó al 70%.
En la provincia de Buenos Aires, donde cada día concurren 4,7 millones de alumnos, creció el acatamiento con respecto a los últimos paros. «Luego de relevar 9.838 escuelas registramos un acatamiento al paro del 46%», dijeron desde la administración bonaerense.
El ministro de Educación Alejandro Finocchiaro criticó duramente la medida de fuerza definida por Ctera. Dijo que ese gremio hace paros “político partidarios” y que busca “nacionalizar el conflicto de Chubut, que es provincial”. “Fue un paro sin consignas claras, ni precisas, que tuvo como objetivo generar una sensación de malestar”, afirmó el ministro.
Ctera es una confederación de gremios docentes provinciales cuya conducción está alineada con la CTA de Hugo Yasky. Los docentes privados de Sadop (alineados a la corriente de Sergio Palazzo en la CGT) también se sumaron a la medida de fuerza este martes, aunque los paros no se suelen sentir en los colegios privados.
Con las vacaciones de invierno muy cerca, también peligran las clases una vez finalizado el receso. «Antes del receso escolar habrá un paro contundente y si no hay respuesta del Gobierno, se convocará a asambleas para resolver el no inicio de clases tras el receso», anunció Roberto Baradel, secretario adjunto de CTERA.
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