Parece el fin del mundo”, dice una señora en voz alta al ver la cola interminable antes de entrar a una de las sucursales del supermercado Coto del barrio de Palermo. No es el fin del mundo, pero algunos así lo perciben. “Esta no es un compra tradicional, es solamente para tener stock en casa”, le cuenta a Infobae, Marina que se puso guantes de latex para hacer las compras.
Son las once de la mañana y no hay changos para poder comprar, y se necesitan dos horas de espera para poder pagar. “Está todo colapsado. Las cajas no dan abasto, el sistema online cayó y los envíos online se harán en dos partes. En todos mis años de trabajo, nunca vi algo así”, destaca uno de los empleados de un hipermercado Jumbo.
A partir del aumento de nuevos casos detectados de Coronavirus en el país, y un posible aislamiento, la gente salió a hacer “compras de pánico”. Buscan en su mayoría productos de limpieza y alimentos no perecederos para autoabastecerse.
“Tardé media hora para conseguir un changuito. Cuando lo logré, me aprovisioné de productos de limpieza para desinfectar la casa y alimentos secos y para congelar. Hoy hay de todo, mañana no sé”, explicó Marina.
Diego, padre de cuatro hijos, coincide: “Fui a otro negocio y había faltantes de productos de limpieza, entonces vine a lo seguro. Ahora hay que esperar dos horas en la cola, pero no me importa. Traté de hacer el pedido online y se cayó el sistema. Es un caos”.
Roberto, repositor hace 10 años del Carrefour, abierto las 24 hs, le comenta a Infobae que ni en las fiestas de fin de año se ve tanta demanda ni movimiento de gente. “No duran los productos en las góndolas, y mirá que hay una restricción de cantidad, sólo se pueden llevar hasta 6 unidades”.
Para poder comprar más productor, algunos vuelven dos veces. “Vine a las dos de la mañana a esta sucursal 24 horas y a las 12 acá estoy de vuelta. No quiero que me falta nada. Soy jubilado y me tengo que guardar por las dudas”, le explica Ángel, acompañado por su esposa.