Historias de vida: de cómo la pilota Traniela se convirtió en la primera capitana transgénero de Argentina

Entrevista a Traniela Carle Campolieto, pilota de Aerolíneas Argentinas, apasionada del fitness y primera capitana transgénero de la República Argentina y en todo el continente.

(Por Martín Raggio, de la redacción de DIB)

Hace un poco más dos años, sentado en un banco de plaza del Central Park de New York, Carlos, piloto argentino desde hace 23 años en Aerolíneas Argentinas, con la mirada perdida en su interior observa a personas practicando su rutina de jogging o running, percibiendo cierto aire de libertad, y fue en ese instante, que algo que debería pasar, hizo click. A partir de ese momento de decisión fue que comenzó a planificar de como sería salir del clóset.

Desde aquel día, Traniela Carle Campolieto decidió expresarse con su identidad de género femenina todo el tiempo, es decir, convertirse en una mujer transgénero, lo que devino en un cambio no solo en su vida personal, sino también en el aspecto laboral.

Traniela, tras un inevitable proceso se convirtió así, en la primera capitana transgénero de la República Argentina y de todo el continente.

La pilota y fisiculturista, nació el 21 de junio de 1974 en la ciudad de Buenos Aires, se instruyó en la aviación en territorio bonaerense, convive con su esposa y sus tres hijas y charló con DIB de su trayectoria, cambio de vida y como se siente un faro de visibilización y de motivación hacia otras minorías que no son solamente de las diversidades.

“A LO LARGO DE LOS 5 O 6 AÑOS COMO UN JUEGO, ME VESTÍA UN RATITO CORTITO DE MUJER Y ESO ME PARECÍA SÚPER AGRADABLE” CUENTA TRANIELA EN ENTREVISTA A DIB

 ¿Por qué fuiste pilota?

Mi carrera aeronáutica comienza de muy joven. Alrededor de los siete, ocho o nueve años, empiezo a tener la idea de estudiar una secundaria que esté relacionada con la aviación. Al finalizar la primaria, mis padres me llevan a rendir examen al Instituto Nacional de Aviación Civil, ubicado en la ex-séptima brigada de la Fuerza Aérea, que hoy es el actual aeródromo de Morón. Ahí empiezo mis estudios como técnica en telecomunicaciones aeronáuticas y empiezo a tener, durante mi carrera secundaria, la educación en contacto con los aviones. Alrededor de los 15 años, siento una gran pasión por el pilotaje y empiezo a comentárselo a mis padres. Fue así que a través de una decisión familiar, me acompañan al aeroclub de Planeadores de Cañuelas, y hago mi vuelo de bautismo a los 17 años, estando en el último año de la secundaria. Termino la carrera de piloto de planeador, e inicio el curso de piloto privado de avión en el aeródromo de San Justo, que ya no está más. Y ahí empiezo a volar decididamente y a visualizar mi carrera de piloto como una carrera completa, profesional, y llegar a lo máximo posible, que es ser comandante de Jumbo 747.
Empiezo a estudiar bastante profundamente, a focalizarme únicamente en la carrera. También consigo algunos trabajos de técnica en una empresa de telefonía, muy conocida, donde hago los dos primeros años de mi carrera laboral ahí. Paralelamente, hago el curso de pilota comercial en el mismo instituto donde hice la secundaria. Me recibo de pilota comercial con habilitación de vuelo por instrumentos y empiezo a volar vuelos nocturnos, por instrumentos. Y ahí inicio mi carrera en el Ejército Argentino, en el comando de Aviación del Ejército, me recibo de subteniente, o sea piloto de ejército. Y empiezo a volar en un avión turbohélice de transporte de tropas, transporte de pasajeros internos del ejército, materiales de combate, helicópteros también llevé una vez transportándolos en el avión. No que yo volaba helicópteros, sino que los transportaba en el avión. Y finalmente, después de dos años, también consigo trabajo de instructora de vuelo en una escuela de vuelo y de esa forma completo las 1000 horas de vuelo, lo que me permite acceder al primer examen que rindo, al examen de ingreso en Aerolíneas Argentinas. Ahí ya tengo 23 años y empiezo a volar de copiloto de Boeing 737 200, que es un avión que volaba cabotaje y vuelos regionales a países limítrofes.
En el año 2007 empiezo a volar de copilota de Airbus 340, empiezan mis vuelos internacionales y a partir de ahí empiezo a volar el vuelo transoceánico, transpolar a la ciudad de Oakland, en Nueva Zelanda, Barcelona, Madrid, los destinos de Estados Unidos y destinos del Caribe. A través del escalafón, me llaman para rendir como comandante, lo doy en 737, 500, y empiezo a volar otra vez cabotaje, pero en el puesto de comandante. Hago el ascenso al comandante, me va bien, y a partir de ahí empiezo a volar en esa función, hasta el día de hoy. Pero en el año 2011, asciendo a comandante de internacional y empiezo a volar Airbus 340 primero, y después, cuando la compañía incorpora Airbus 330, empiezo a volar ese avión hasta el día de la fecha.

¿En qué momento de tu vida tuviste la necesidad de expresarte, de contar lo que realmente sentías?

El momento que he decidido expresarme no fue hace mucho. Siempre lo hacía en forma privada, me vestía de mujer en forma privada. La adolescencia sobre todo empezó, empecé a hacerlo de forma frecuente y ahí empiezo a recordar que lo hacía de muchísima más chica.

A lo largo de los 5 o 6 años como un juego, me vestía un ratito cortito de mujer y eso me parecía súper agradable. Y luego seguía jugando con mis juegos de varón. Durante mi juventud, mi primera juventud, 20, 22, 25 años, ahí también me vestía de forma poco frecuente, pero lo hacía y después continuaba con mi vida de hombre.

A partir de los 30 ya empecé a poder verme en fotos ya que empezó a ver cámaras digitales y ahí empecé a poder hacerme álbumes de mí misma en mi expresión femenina. Empecé a sentir la necesidad de expresarme, expresarme en identidad de género femenina todo el tiempo, es decir, convertirme en una mujer transgénero hace 2 años aproximadamente.

Estaba en la ciudad de Nueva York, sentada en una plaza y a partir de ahí ese día decido que ya no quiero ser más hombre y empezar a visualizarme como mujer en todos los ámbitos públicos y demás. Entonces empiezo a planificar una salida del clóset, en forma sistemática.

Primero contarle a mi mujer que es la persona con la que convivo, estoy casada con una mujer cisgénero y luego a mis 3 hijas, en forma sistemática. Primero una, después a otra, después a mis amigos más cercanos a la familia y después lo hice con los compañeros de trabajo.

En las últimas vacaciones del año 2023, empiezo a hacer los trámites para tener mi DNI de mujer, mi licencia aeronáutica y todas las habilitaciones psicofísicas necesarias para realizar el vuelo, ya en la expresión de género femenina. Aprobado todo, realizo mi primer vuelo como mujer el 23 de mayo a la ciudad de Cataratas del Iguazú y luego el 27 de mayo del 2023 realizo mi primer vuelo internacional como mujer, pero vale aclarar que yo ya venía volando el mismo avión por 10 años anteriores.

¿En algún momento sentiste que podías perder tu carrera por esta decisión?

Sí, sentí que podía perder… no mi carrera, sino mi trabajo en la compañía. Sí, lo sentí, claro que sí. O que iba a tener dificultades en el simulador, o que iba a tener dificultades en los vuelos, con mis colegas.

Bueno, nada, eso ocurrió. Del momento que le avisé a la compañía a través de un correo electrónico, que mi identidad de género era femenina, y que iba a empezar a volar con esa identidad de género, me sentí súper apoyada por mi jefatura, por la gerencia de la compañía y también por el gremio de los pilotos.

En ningún momento sentí ninguna situación de discriminación, tampoco sentí ninguna situación desagradable, ni con mis compañeros, ni con el resto del personal. Todo fue muy positivo y acompañaron mi transición de forma rápida y absolutamente amigable, y también ayudándome a que esté todo bien, a que no sienta ningún tipo de diferencia.

Y todo siguió continuando como antes, como cuando tenía mi expresión de género masculina.

¿Cuál es el sentimiento que te aflora a partir de que te posicionen como la primera pilota transgénero de la historia argentina, sabes si hay otros casos que puedan seguir tu camino?

El sentimiento de ser la primera capitana transgénero en la República Argentina y en todo el continente es un sentimiento de gran responsabilidad. Es un sentimiento de abrir camino, concientizar y además una responsabilidad también de hacer entender a las personas que nosotros no somos diferentes al resto de las otras personas, al resto de los géneros.

Somos un género más. Tenemos nuestras diferenciaciones como la tienen el resto de los géneros, pero eso no altera en absoluto nuestro compromiso social, nuestro compromiso con las profesiones y tampoco altera nuestras relaciones familiares y sociales con el resto de la gente.

Siento una responsabilidad también con aquellas mujeres transgéneros que tienen otras actividades como deportistas, como artistas y también con otras diversidades del colectivo. También siento que soy un faro de visibilización y de motivación de otras minorías que no son de las diversidades.

Encabezas algún tipo tipo de cruzada para la visualización, ¿hasta dónde llegarías para que esto no se pierda en una anécdota?

No siento que esté encabezando una cruzada, no siento que sea una batalla o una lucha a la que estoy llevando, simplemente me estoy dando a conocer porque creo que es responsabilidad de las diversidades darnos a conocer para evitar violencia contra el colectivo, discriminación, atropello, malos tratos, bullying y también evita que las diversidades tengan una sensación diferente a lo que realmente somos y por otro lado la visualización, la simple visualización hace docencia sobre lo que son las diversidades que son personas absolutamente comunes y normales, todo esto va camino a que el trato con las diversidades se normalice como en otros países.

La pregunta es hasta donde puedo llegar?, puedo llegar hasta donde sea necesario. A tener todas las demandas de visibilización y a todas las personas que no están ayudando a visibilizarme con los medios de comunicación de cualquier tipo y de cualquier índole.

Veo en tus redes, además, que sos fisiculturista. ¿De dónde viene esa otra pasión?

La pasión por el fitness y el físico -culturismo arranca muy temprano, la edad alrededor de los 20, 22 años, empiezo a concurrir a distintos gimnasios, a muscular, a hacer trabajo de musculación y alrededor de los 40, empiezo a prepararme para competir en físico -culturismo y fitness.

Mi expectativa es poder competir como mujer -físico -culturista transgénero. Todavía no hay categoría en Argentina, pero espero que la haya aproximadamente para abrir también camino a las mujeres transgénero que desean hacer este deporte. (DIB) MR