El jueves y viernes tuvo dos reuniones vía teleconferencia con los legisladores macristas. El viernes lo imitó María Eugenia Vidal
El delicado equilibrio y pragmatismo extremo no necesariamente le alcanza a Horacio Rodríguez Larreta en tiempos de coronavirus para desalentar resquemores. Mientras su vicejefe Diego Santilli donaba sangre y él se anticipaba al uso del barbijo, se oían subterráneos reproches por su trabajo en equipo con el presidente Alberto Fernández y el gobernador bonaerense Axel Kicillof. Para colmo, este jueves se violó el protocolo en el quincho de la residencia de Olivos y lo sentaron entre el Presidente y el titular de la cámara de Diputados, Sergio Massa. A la derecha del jefe de Estado se ubicó Cristina Fernández de Kirchner, quien por primera vez participó de un evento de estas características desde el 10 de diciembre. Prácticamente no lo miró, ni siquiera cuando fue nombrado.
Cubierta la mitad de su cara con barbijo, Rodríguez Larreta solo dejó a la vista sus ojos pero no dejó traslucir si cobijaba sentimiento de incomodidad o no. Tuvo suerte de que Hebe de Bonafini lo criticara, sería el colmo que la ultrakirchnerista presidenta de Madres de Abuelas de Plaza de Mayo hubiera elogiado su actitud o hubiera apoyado, como hizo el Presidente, su decisión de prohibir la salida de mayores de 70 años excepto que tramiten un permiso cada día que quieran atravesar la puerta de sus casas cuando desde distintos sectores se encolumnaron para cuestionarlo. Fue, sin dudas, su semana más difícil en términos de opinión pública.
En Juntos por el Cambio hay división de criterio. Pero solo hablan en voz baja.
El COVID-19 sembró diferencias entre quienes tienen una actitud combativa en el frente opositor. Para la UCR es más fácil, alegan algunos, porque tiene tres gobernadores con responsabilidades más lejos de los límites de la General Paz.
En el Congreso la experiencia de Mario Negri, jefe del bloque de diputados radicales y del interbloque, le permite moverse con fluidez entre el reclamo y el consenso. El Presidente lo prefiere como interlocutor. También Cristian Ritondo, su par en el PRO, navega esas aguas con la habilidad de sus años en el peronismo y los cuatro de gestión en Buenos Aires. El viernes en teleconferencia Ritondo tuteó a Alberto Fernández, elogió sus fotos con la oposición y prometió ayudar aunque no se cayó la lista de reclamos como que se tengan en cuenta las propuestas que preparan en la oposición, el auxiliio a los varados en el exterior y la presencia del jefe de Gabinete en el Congreso, entre otros temas.
Con el Senado, en cambio, el Presidente no se mete y la oposición se muestra ondulante entre un rol más duro que representan Humberto Schiavoni, Esteban Bullrich y Martín Lousteau y un discurso fuerte pero prudente del jefe del interbloque el radical Luis Naidenoff. Para confrontar allí la tienen a Cristina Fernández.
Los gobernadores radicales, todos con barbijo, Gerardo Morales (Jujuy), Gustavo Valdés (Corrientes) y Rodolfo Suárez (Mendoza) acompañaron esta semana junto con Rodríguez Larreta el anuncio sobre el pago de la deuda en el quincho con Alberto Fernández y Cristina Kirchner. Rápidamente regresaron a sus provincias.
A pesar de los gestos de acompañamiento, no son pocos los que aceitan los engranajes de la oposición para que nadie se confunda de rol. “No es momento de pelear, la sociedad no te premia”, argumentan distintos referentes que también subrayan que en este contexto de crisis “no hay lugar para los ultra”. Y aclaran que aunque parece que hubiera halcones y palomas, quienes son identificados con una actitud más pacífica en realidad son «prudentes y responsables”, pero no piensan ni pensarán en muchos temas como el Frente de Todos. “Horacio tiene que hacer lo que hace”, agregan los que lo defienden y aventuran que ya vendrán tiempos de confrontación electoral y política.
De todos los referentes del PRO, Rodríguez Larreta es el máximo dirigente en gestión. Su distrito se describe como el de mayor peligro, acorralado entre la provincia de Buenos Aires y el río, y cobijo o lugar de tránsito para la mayoría de los argentinos que vuelven por Ezeiza o El Palomar. Entre un 5% y un 10% de los viajeros llegan contagiados con el virus.
Menos expuestos están los intendentes bonaerenses de Juntos por el Cambio, principalmente del PRO como son Guillermo Montenegro (Mar del Plata), Diego Valenzuela (3 de Febrero), Néstor Grindetti (Lanús) y Jorge Macri (Vicente López). Son igualmente pragmáticos como el jefe de la Ciudad, aunque de todos ellos solo Macri expone su apellido y sus siempre vigentes ansias de algún día ir por la gobernación.
También en la mesa nacional del PRO solo Rodríguez Larreta está en gestión ejecutiva mientras que en la mesa de Cambiemos comparte espacio con el gobernador Valdés, además de los jefes de los bloques parlamentarios. Tal vez por eso quienes despotrican contra el Gobierno son los demás y no él: desde Mauricio Macri a Patricia Bullrich, la más ultra entre los críticos y hoy presidenta del PRO. Miguel Ángel Pichetto fluctúa entre los cuestionamientos al déficit en economía y los elogios al tono del discurso de Alberto Fernández al anunciar la dura propuesta a los bonistas.
En el último mes hubo días difíciles en que Rodríguez Larreta tuvo más apoyo de una ex adversaria interna como es Elisa Carrió que lo bancó en las redes y le mandó gente a trabajar a sus equipos.
En ese marco, el pragmatismo y la dedicación full time contra el coronovirus no impide al jefe de Gobierno que atienda las cuestiones internas en su partido. En el PRO está su futuro político que en el próximo turno ya no podrá ser en territorio de la Ciudad de Buenos Aires.
El jueves 16 a las 10.30, convocado por los diputados, abrió una serie de teleconferencias en la cámara baja exclusivamente para los legisladores del PRO. Desde su despacho en la sede de Uspallata, junto al diputado y vicepresidente Primero de la Cámara, Alvaro González, se contactó con 52 de los 55 diputados del PRO. Sólo faltaron a la convocatoria virtual Pablo Tonelli que en ese momento mantenía una teleconferencia como integrante del Consejo de la Magistratura y dos legisladoras a las que les falló la conexión a internet.
El viernes por la tarde Rodríguez Larreta repitió la mecánica con los senadores nacionales. También convocaron a los del PRO, no a los de Juntos por el Cambio.
En ambos casos les explicó que la coyuntura no es fácil, que debe tomar decisiones políticas complejas y aclaró que su acercamiento a la Casa Rosada no le trajo perjuicio ni beneficios. En la charla con los representantes de la Cámara alta, dijo que no lo discriminan ni le dan ayuda extra, que recibe “lo justo”. No ve, afirmó, que haya otra forma de atender la pandemia si no es en conjunto tanto desde el punto de vista sanitario como logístico. Ante la insistencia de algunos diputados les explicó por qué se debe graduar el ingreso de argentinos desde el exterior, el límite que se impone por la infraestructura de hoteles y camas donde permanecen dos semanas en cuarentena. Y anticipó que está previsto que esas mismas camas se ocupen en el pico del contagio para los enfermos de coronavirus una vez que no requieran los cuidados extremos de un hospital pero aún contegien y no puedan ser enviados a sus casas. Se mostró muy preocupado por el futuro de la pandemia en la provincia y planteó que planea mantener el 30% de las camas de los 34 hospitales de la Ciudad para continuar asistiendo a los vecinos bonaerenses si hiciera falta.
Quedó claro que en el aspecto sanitario no hay ni habrá fisuras. Pero sí, para alivio de sus escuchas, en cuestiones vinculadas con la paralización de la economía y sus consecuencias sociales. “La alta aprobación que tiene hoy el gobierno nacional y la centralidad de Alberto Fernández pueden cambiar cuando aparezca el impacto de la economía”, afirman cerca suyo. Todo es, sostienen, volátil y efímero. No faltó quien recordara que si el Presidente tiene la potestad de firmar DNU por la pandemia es gracias a las emergencias votadas en el Congreso en diciembre. Se recordó el voto en contra de Juntos por el Cambio.
Finalmente Larreta le dio una primicia a los diputados: explicó que anunciaría el cuidado extremo a los mayores de 70 años, 500.000 personas que considera de altísimo riesgo en la Ciudad, y que al día siguiente generó una fuerte polémica. “Se comunicó mal”, se exculparon.
“Fue una muy buena reunión, todos los diputados tomaron contacto y tuvieron la posibilidad de preguntar”, afirmó a Infobae uno de los participantes.
La charla de los diputados con Vidal
El viernes, mientras el jefe de Gobierno hablaba con los senadores de su partido, Cristian Ritondo volvió a convocar como jefe del bloque del PRO a los diputados. Desde su departamento en Palermo les habló María Eugenia Vidal, más o menos en la misma línea que Rodríguez Larreta. En su caso, hizo referencia a la necesidad de tomarse un tiempo para reflexionar y dejar que gestionen quienes tienen que gobernar. “Sabés lo que cuesta tomar decisiones”, dijo la ex gobernadora de Buenos Aires en un tono que logró empatía con sus interlocutores de todo el país. Además, la ex mandataria remarcó que los tres poderes deben trabajar, el Ejecutivo, el Judicial y el Legislativo y coincidió en que se deberán analizar los decretos que estos días rubrica el Presidente. Coincidió incluso con los larretistas en que “no es un buen momento para aumentar impuestos”, en referencia al proyecto de Máximo Kirchner que apunta a un tributo de emergencia sobre las grandes fortunas. “A futuro son los que tendrán que invertir”, defendieron al sector empresario desde el PRO. El diputado Fernando Iglesias fue quien expresó la opinión más dura y reclamó un rol más virulento como oposición, aunque no tuvo demasiado eco por el momento.
Para mantener viva la llama del macrismo en este contexto y mientras Alberto Fernández hace públicos sus elogios a los intendentes del PRO, Ritondo se convirtió en productor de teleconferencias y ya convocó para esta semana al intendente de Vicente López, Jorge Macri, y a Ezequiel Galli de Olavarría. Macri estuvo ya dos veces en Olivos reunido con el Presidente y una con Axel Kicillof, mientras varios ayer mantuvieron una teleconferencia desde sus municipios con la residencia presidencial de Olivos.
En la lista de Ritondo hay otros nombres fuertes: Emilio Monzó, ex presidente de la Cámara de Diputados que fue dejado de lado el año pasado en Cambiemos y terminó volviendo a la actividad privada aunque mantiene un muy estrecho vínculo con Rodríguez Larreta; una serie de economistas y finalmente, como cierre, ya anticipó que estará online el ex presidente Mauricio Macri. (Fuente Infobae – Por Analia Argento)