Iglesia califica de “abusivo” cupo para misas al aire libre en PBA y pide ampliarlo

Lo señaló el arzobispo de La Plata, Victor Fernández. Pide que puedan participar «20 o 30 personas». Ocurre después de la polémica por el operativo policial en un bautismo.

El arzobispo de La Plata, monseñor Víctor Manuel Fernández, calificó hoy de “muy abusivo y completamente desproporcionado” el límite de 10 personas para participar de misas al aire libre que rige en los distritos de la provincia de Buenos Aires que están en fase 2 y 3 de la escala de riesgo epidemiológico y pidió al gobierno de Axel Kicillof que lo amplíe.

En una carta dirigida al Jefe de Gabinete bonaerense, Carlos Bianco, Fernández, que como arzobispo de la Capital provincial es una especie de primus inter pares entre los obispos bonaerenses- consideró “extraño” que “se considere un culto religioso más peligroso que una actividad deportiva”.

La referencia del arzobispo tiene que ver con el hecho de que para ciudad en fase 2 y 3 el límite para actividades deportivas al aire libre es mayor que el que rige para reuniones sociales.

En un tono elevado para lo que suelen ser las intervenciones eclesiales de este tipo,  Fernández le dijo al gobierno que “si se quiere obrar de manera realmente razonable y científica, entonces lo racional sería distinguir los actos de culto de otros tipos de reuniones, y habilitar un número mayor de personas que haga que la norma sea realmente practicable”.

El arzobispo platense, uno de los miembros del obispado argentino más cercanos al Papa Francisco, deslizó que pretende que al menos puedan participar “20 o 30” personas de las misas al aire libre.

“No pedimos que se consideren los actos del culto desde el punto de vista de la fe”, escribió Fernández. Pero con una mirada meramente humana se advierte que 20 o 30 personas a dos metros de distancia en una misa al aire libre no tienen riesgo de contagio”, escribió Fernández en un texto difundido a través de la Agencia Informativa Católica Argentina (AICA).

El fin de semana pasada causó polémica una intervención policial en una Parroquia de Temperley, en Drogué, Partido de Almirante Brown, para poner fin a una ceremonia de bautismo al aire libre, que terminó con el oficial que había llevado adelante el operativo pidiendo disculpas y permitiendo que prosiguiera hasta su finalización.

 Texto de la carta del Arzobispo Fernández

Días atrás, me dirigí a la Jefatura de Gabinete de la provincia de Buenos Aires para manifestar mi perplejidad por la reducción a un máximo de 10 personas para los actos de culto al aire libre.

Le transmití que hasta ahora, siempre hemos hecho enormes esfuerzos para acatar y explicar las medidas sanitarias. Yo mismo hice una carta fundamentando las atribuciones de las autoridades aun cuando se trata de actos de culto, pero esto supone que se trate de medidas racionales. Tensar tanto la cuerda no nos ayuda. Basados en la actividad permitida 104, del decreto nacional, ya estábamos celebrando las Misas al aire libre con 20 personas, y así lo estábamos haciendo, con distancias de más de dos metros entre personas o burbujas. Para hacerlo, los sacerdotes han celebrado muchas Misas en distintos horarios de manera que pudiéramos cubrir mínimamente la demanda, al menos de las personas que más lo requieren.

Reducir ahora ese número para la fase 2 y aun para la 3, a sólo 10 personas, nos parece a todos muy abusivo y completamente desproporcionado. Y esto se plantea no desde el punto de vista de la fe, sino desde la misma evidencia racional. Nos parece extraño que se considere un culto religioso más peligroso que una actividad deportiva. No pedimos que se consideren los actos del culto desde el punto de vista de la fe. Pero con una mirada meramente humana se advierte que 20 o 30 personas a dos metros de distancia en una Misa al aire libre no tienen riesgo de contagio.

Se ignora un hecho constatable: la Misa es un acto muy estático. La gente no se mueve, no hablan entre sí, no se tocan, no hay interacción. La única interacción que existía era el saludo de la paz que se ha quitado. En un partido de futbol, en cambio, hay contacto, cercanía interpersonal, se tocan, se gritan, se respiran encima, y los riesgos son claramente diferentes. Aun los grupos de personas que se juntan a merendar en una plaza, tienen mucho mayor contacto que en una Misa. De hecho, en algunos de los decretos emanados hasta ahora se insinuaba una distinción, pero en estas últimas medidas ha desaparecido y no vemos que esto sea razonable.

Si se quiere obrar de manera realmente razonable y científica, entonces lo racional sería distinguir los actos de culto de otros tipos de reuniones, y habilitar un número mayor de personas que haga que la norma sea realmente practicable. (DIB) AL