Junto con el avance del Covid-19 aumenta también la exposición a noticias falsas. Consejos para evitarlas.
El virus Covid-19, que produce la enfermedad conocida como coronavirus no puede eliminarse luego de utilizar por 30 segundos un secador de pelo. Tampoco puede combatirse con una lámpara ultravioleta, ni tampoco comiendo ajo, tomando un té caliente o enjuagándose la nariz con solución salina.
Estas son algunas de las aclaraciones que la Organización Mundial de la Salud (OMS) realizó en las últimas semanas para combatir lo que llamó la “infodemia”, a la que definió como la difusión de noticias falsas sobre el coronavirus, o bien a la “sobre exposición” a un gran volumen de información sobre la pandemia.
El presidente Alberto Fernández se hizo eco en las últimas horas de esta situación, al sostener en sus redes sociales que “en Whatsapp y en las redes circula muchísima información falsa sobre el coronavirus, que solo te perjudica y nos perjudica a todos. Evitar la infodemia también es una forma de cuidarte y cuidarnos”.
En Whatsapp y en las redes circula muchísima información falsa sobre el coronavirus, que solo te perjudica y nos perjudica a todos. Evitar la infodemia también es una forma de cuidarte y cuidarnos.
Los efectos de la infodemia
Aunque parezca algo menor frente al avance de la enfermedad, la “infodemia” es realmente nociva cuando sus efectos dejan de ser meramente simbólicos y devienen, por ejemplo, en largas colas en los supermercados frente al temor de desabastecimiento o aún más grave, la muerte de personas por ingerir productos peligrosos siguiendo los consejos de un audio de WhatsApp, como ocurrió en algunas países.
Martín Becerra, especialista en industrias culturales, advierte que “cuando, como en el caso actual, hay una pandemia, una emergencia sanitaria, las operaciones de desinformación e incluso las noticias falsas pueden poner en riesgo la salud de millones de personas”.
Para el especialista en comunicación política Mario Riorda, la “infodemia” es “un serio problema de desinformación que aumenta la propagación producto de la desinformación a escala masiva. Técnicamente es una epidemia de mala información, o bien mala información que posibilita una epidemia vía datos falsos, errados o maliciosos que se propagan por redes sociales”.
El analista y consultor comunicacional explica que la Organización Mundial de la Salud (OMS) sostiene que el nivel de estigma asociado con Covid-19 se basa en tres factores principales: es una enfermedad nueva para la cual todavía hay muchas incógnitas; a menudo tenemos miedo de lo desconocido y es fácil asociar ese miedo con “otros”.
Por su parte, la investigadora Natalia Aruguete explica por qué la desinformación avanza tan rápidamente particularmente con el coronavirus: “Los vacíos en el conocimiento científico y las ciencias médicas, por caso, se completan con prejuicios: se emiten fechas, números y propuestas de tratamiento que generan un ‘confort cognitivo’. Las certezas siempre dan mayor tranquilidad que las vacilaciones. En este sentido, las noticias falsas se propagan, además, en la medida en que esa información es congruente con el contenido circulado en una determinada comunidad virtual”.
Los antídotos
¿Cómo hacer para frenar esta otra pandemia? Expertos en comunicación que vienen estudiante el fenómeno de las Fake News y la Posverdad desde hace años comenzaron en los últimos días a brindar consejos para mejorar el acceso a la información y evitar entrar en pánico.
Al respecto, Mario Riorda difundió en las últimas horas algunos consejos para mejorar el acceso a la información. (Fuente DIB – Por José Giménez)