La adaptación al triunfo de Milei. Los cupos para las tribus del PJ. El núcleo duro irreductible. Los que podrían llegar y los que podrían asumir bancas pero solo para pedir licencia y seguir.
Mientras sigue de cerca las negociaciones por el pedido de endeudamiento que envió a la Legislatura, el gobernador Axel Kicillof decidió tomarse este fin de semana para terminar de definir su nuevo gabinete, que estructurará en torno a un núcleo de incondicionales pero con lugares para varias “tribus” del peronismo.
Kicillof despejó la última variable importante respecto de su equipo el 19 de este mes: una cosa era armar un nuevo equipo con Sergio Massa como presidente y otra, muy diferente, hacerlo, como deberá ahora, con Javier Milei al frente del Poder Ejecutivo nacional. Y no solo por la necesidad de “refugiar” en la provincia funcionarios que hubiesen sido nacionales.
“Equipo que gana no se toca”, dijeron al lado de Kicillof aún después de la derrota nacional. Tiene que ver con la idea general para el nuevo gabinete. No significa que no vaya a haber cambios, pero sí que hay un núcleo que quedará en sus cargos. Algunos forman parte del círculo que más estrechamente rodea al gobernador desde siempre, otros se sumaron después.
El La Plata saben que se exponen a una gestión “más difícil”, probablemente condicionada por las estrecheces financieras nunca resueltas de la provincia como nunca antes hasta ahora. Por eso, la definición del equipo adquiere una densidad especial. Enfrente tendrá un poder nacional que, en principio, imaginan hostil.
Kicillof decidió ya que, además de su círculo de confianza, en el nuevo ejecutivo tendrá representación La Cámpora, los intendentes y el massismo, además del movimiento sindical, con el que mantiene una relación muy estrecha. Sobre todos con los gremios que nuclean a los empleados estatales de la provincia.
Eso no implica que cada quien mantenga su lugar, pero en vistas de que la cuestión financiero-productiva es difícil que la dupla Pablo López-Augusto Costa no solo siga tallando fuerte sino que sea siquiera movida de sus cargos. Tampoco Kicillof se desprenderá de Carlos Bianco, que es su mano derecha política y seguirá manteniendo una influencia que va más allá del cargo formal que ocupe. En el primer contacto serio con el nuevo poder nacional, que Kicillof formalizó con Guillermo Francos, futuro ministro del Interior Nacional, estuvo al lado del Gobernador. También parte del núcleo duro, la ministra de Comunicación, Jésica Rey, es seria candidata a seguir en su cargo.
Hace unos días, Kicillof se sentó a hablar con Sergio Berni, su ministro de Seguridad, sobre su futuro. Berni dijo hace unos días que asumirá su banca de senador provincia, pero en su entorno recordaron que también asumió un cargo legislativo antes de ser secretario de Seguridad de Cristina Fernández. ¿Acá se trata del mismo gesto: alejarse para re legitimarse? Kicillof quiere que siga en su cargo. El escenario de unas fuerzas de seguridad nacionales “empoderadas” por Patricia Bullrich o la vice Victoria Villarruel, juega, dicen a favor de su continuidad por su perfil de hombre cercano a los uniformados.
La Cámpora tiene al menos tres sillones en el Ejecutivo: los ministerios de Ambiente, donde ejerce Daniela Villar y Salud, con Nicolás Kreplak y el Instituto Cultural, manejado por la senadora electa Florencia Saintout. Nadie duda de que Kreplak seguirá. Villar podría hacerlo y Saintout es un caso paradójico: al menos parte de La Cámpora le factura no haber peleado por la intendencia de La Plata y quiere que asuma en la Cámara Alta; Kicillof le agradece haberse corrido en favor de Julio Alak, el alcalde electo, y haber trabajo intensamente para que gane.
Cristina Álvarez Rodríguez había llegado como parte de la “intervención” post derrota electoral de 2021. A diferencia del exjefe de Gabinete Martín Insaurralde, expulsado del cargo y del electo intendente de Malvinas Argentinas, Leonardo Nardini, seguirá en el gobierno. Algunos decían que podría trocar lugar con Andrés “El Cuervo Larroque”: Gobierno por Desarrollo Social. Hay hermemtismo al respecto.
Kicillof reserva lugares para los intendentes. Todos miran a Obras Públicas y al grupo Ensenada, el que más empujó la candidatura a la re de Kicillof. Para ese lugar también se mencionó también a Gabriel Katopodis, ahora exministro con viejas apetencias bonaerenses. Justicia, cargo en el que Cristina Kirchner quería que siga Julio Alak, ahora tendrá otro ocupante. Con la ahora vice sin fueros, algunos imaginan a Juan Martín Mena piloteando desde la Provincia una resistencia a eventuales avances de Comodoro Py. No está claro. El massismo ahora maneja Transporte, a través del activo Jorge D´Onofrio. Tendrá su espacio, aunque nadie confirma que necesariamente sea ese. Parte de un complejo ajedrez trunco de Máximo Kichner -que formalmente, juran en gobernación, no pidió ningún espacio- el ministro de Trabajo, Walter Correa, es concejal electo en Moreno. Podría seguir los pasos que muchos le atribuyen a Berni y Saintout: jurar, pedir licencia y seguir. (DIB) AL