La embajada de España desmintió hoy al gobernador bonaerense, Axel Kicillof, que durante el anuncio de la nueva extensión de las medidas de aislamiento por el coronavirus había afirmado que en Barcelona rige una «cuarentena estricta».
Sin nombrar a Kicillof, la embajada difundió un comunicado en el que aclaró que ninguna parte del territorio de España está en cuarentena. El gobernador también se había referido a un avance de las restricciones en el País Vasco.
«Ante ciertas informaciones que han circulado en el día de hoy, la Embajada de España quisiera aclarar que, desde que el 21 de junio se levantó el estado de alarma, ni Barcelona ni ninguna otra parte del territorio español están en cuarentena, ni estricta ni de ninguna clase», sostuvo la embajada.
«Por desgracia -añade el comunicado-, la pandemia no ha terminado y están en vigor medidas restrictivas parciales en algunos lugares en los que recientemente se han registrado brotes puntuales de nuevos contagios, sin que en ninguno de ellos se haya decretado cuarentena de ninguna clase.»
Kicillof había hecho mención a la situación de España cuando anunció la continuidad del aislamiento que empezó el 20 de marzo pasado, para explicar que en otras partes del mundo rigen restricciones como las del área metropolitana de Buenos Aires.
«Hay en el mundo una cuarentena intermitente», dijo el gobernador, que hizo referencia a Estados Unidos, donde, afirmó, «18 estados, entre los que se destacan Texas, Florida, han tomado decisiones incluso de prácticamente toque de queda para evitar los contagios». Afirmó que lo mismo había pasado en Israel y que en España, las restricciones habían avanzado en regiones como el País Vasco y Cataluña. «En este momento con cuarentena estricta en Barcelona», dijo.
También hizo referencia a Australia, Alemania y China. «En Beijing, de nuevo aparece un brote por un mercado de alimentos y hay medidas restrictivas», sostuvo hoy Kicillof.
Durante los últimos meses, las referencias que se hicieron en los anuncios de extensión de cuarentena a las situaciones de otros países generaron una sucesión de quejas y desmentidas de las naciones aludidas. En respuesta a Alberto Fernández, emitieron comunicados públicos Chile, Suecia y el País Vasco, que reclamó una «rectificación pública e inmediata» después de que el Presidente argentino afirmó que allí colapsó el sistema de salud y hubo que elegir «quién se salvaba y quién se moría».
Chile y Suecia
A principios de abril, Fernández exhibió una diapositiva con el número de contagios registrados para ese entonces en otros países, que ubicaba a la Argentina entre los mejor posicionados. Sostuvo que la tasa nuevos casos detectados por cada 100.000 habitantes era mayor en Chile (31,24) que en la Argentina (4,19).
La respuesta de Chile se conoció enseguida. El presidente Sebastián Piñera ordenó la elaboración de un informe con cifras y variables propias que respondieran a lo planteado por el Gobierno. Titulado «Coronavirus: Chile versus Argentina», el informe se centró en la cantidad de tests realizados en Chile, que era mayor a los que se habían efectuado hasta ese momento en la Argentina, lo que estadísticamente iba a dar un número mayor de casos. Tras ese cruce, el Gobierno optó por bajar el tono de la discusión.
En mayo, el Presidente volvió a generar un cruce diplomático cuando comparó las medidas que se tomaron en la Argentina con el abordaje que hicieron los gobiernos de Noruega y Suecia.
Fernández mencionó el caso sueco en referencia a la presión por acelerar la flexibilización de la cuarentena ante el deterioro económico. Según dijo, en Suecia no se implementaron medidas de aislamiento tan estrictas y el resultado fueron más muertos.
«Cuando me dicen que siga el ejemplo sueco, la verdad lo que veo es que Suecia, con 10 millones de habitantes, hoy cuenta más de 3000 muertos por el virus. De haber seguido ese ejemplo nosotros hoy tendríamos 13.000 muertos», dijo. «Si abrimos la economía, vamos a terminar como terminó Suecia», agregó. «Suecia tuvo 14 veces más muertos que Noruega», señaló.
La comparación provocó una respuesta formal del gobierno sueco, a través de la embajada en la Argentina. Aunque no mencionó directamente el discurso de Fernández, la sede diplomática afirmó que «es difícil hacer comparaciones directas entre las medidas de contención que han adoptado diferentes países» y que si bien en Suecia no hubo confinamiento obligatorio, hubo cifras de muertos «más altas que algunos otros países que han impuesto la cuarentena, y más bajas que otros que también han impuesto la cuarentena». (La Nación)