La FIFA ordenó jugar el clásico Argentina-Brasil suspendido por el temor al Covid

El tribunal de Disciplina de la FIFA multó además a la CBF en 550 mil francos suizos y a la AFA en 250 mil; los cuatro futbolistas argentinos que mintieron en sus declaraciones juradas recibieron dos fechas de suspensión

El tribunal de Disciplina de la FIFA resolvió que el clásico entre Brasil y la Argentina por las eliminatorias sudamericanas vuelva a disputarse en terreno neutral. El encuentro original, iniciado en San Pablo en la tarde del 5 de septiembre de 2021, había quedado trunco a los cinco minutos de juego tras una invasión realizada por los funcionarios de la autoridad sanitaria brasileña (Anvisa).

Ahora, la FIFA estableció que deberá jugarse fuera de Brasil, además de multar a la CBF en 550 mil francos suizos por incumplir los protocolos vigentes. También hubo una doble sanción para la Argentina. Por un lado, la AFA recibió un castigo de 250 mil francos suizos “por no cumplir con las obligaciones de preparar un partido respetando el protocolo sanitario vigente”.

Además, los cuatro futbolistas albicelestes que mintieron en sus declaraciones juradas de ingreso a Brasil al omitir su paso por Inglaterra serán suspendidos por dos fechas: ellos son Emiliano Martínez y Emiliano Buendía (ambos de Aston Villa, de Inglaterra), Cristian Romero (Tottenham) y Giovani Lo Celso, quien en el momento del partido jugaba para Tottenham y ahora lo hace para Villarreal, de España.

En las últimas semanas, la FIFA recibió las respuestas de la AFA, la CBF y la propia Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) a varias preguntas relacionadas con la suspensión del partido. Este requisito llevó a los dirigentes argentinos a no ser tan optimistas como en un principio.

Esperaban un “fallo exprés” en el mes de octubre, que nunca llegó. E incluso estaban convencidos de que la FIFA le daría a la Argentina los tres puntos del partido que nunca llegó a completarse en Brasil. Hubiera sido histórico: primera derrota de los brasileños en su territorio por eliminatorias. Y en los escritorios.

De todas maneras, la publicación del fallo y la certeza de que el partido podría jugarse en junio (la Argentina debe medirse el 1 de junio en Wembley con Italia, el campeón europeo, en un partido que servirá para unificar las coronas), es la confirmación que la historia seguirá en los despachos.

El escenario más probable a estas horas es que la AFA apele la decisión del tribunal de Disciplina de la FIFA, y lo haga en la Cámara de Apelaciones del ente rector del fútbol mundial. Eso alargaría el tiempo procesal, por lo que el fallo que obliga a repetir el partido original no estaría firme. Fue el propio presidente de la AFA, Claudio Tapia, ya confirmó a través de sus redes sociales que apelará la decisión del tribunal de Disciplina de la FIFA.

Llevado al extremo, y si la AFA o CBF deciden llegar hasta el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), la única instancia superior a la Cámara de Apelaciones de FIFA, podría ocurrir que no hubiera ventanas para disputar el encuentro. Y que, con la proximidad del Mundial y ambos equipos clasificados desde 2021, ese encuentro entre las dos potencias sudamericanas se torne abstracto.

Así fue el escándalo

Quien dio la orden de detener el partido fue el veedor de la Conmebol. Le comunicó la decisión al cuarto árbitro (el colombiano Carlos Betancur), y éste a Jesús Valenzuela, el árbitro principal. Primera conclusión: el equipo argentino no abandonó en ningún momento el partido.

Más datos: Hernández define la cancelación del clásico luego de la “invasión” (la palabra fue repetida por tres fuentes independientes) del funcionario de Anvisa al campo de juego. Nadie supo su nombre, porque no se acreditó. Se desconoce si estaba incluso hisopado o vacunado contra el coronavirus.

En las imágenes del partido se ve cómo luego ingresan otros tres funcionarios de la autoridad sanitaria brasileña (ninguno acreditado) y uno de ellos mantiene una discusión con los futbolistas argentinos Marcos Acuña y Nicolás Otamendi. En pleno campo de juego. En ese momento, y ya con el partido detenido, Hernández ordena que los equipos se retiren al vestuario para evitar un problema mayor. Argentina lo hace; Brasil, no.

La determinación de suspender el encuentro llegó media hora después, y tras la insistencia de la Anvisa de llevarse a los tres argentinos que eran titulares y estaban, según la ley brasileña, “en falta”. Con la Conmebol al tanto de lo que estaba pasando, el veedor se reunió con los árbitros en el vestuario y se tomó la decisión de cancelar el partido. U

Un detalle: a nivel deportivo, Emiliano Martínez, Giovani Lo Celso y Cristian Romero estaban habilitados para disputar el partido, tal como consta en la planilla oficial de FIFA y Conmebol. La situación provocada por las autoridades sanitarias desvirtuaba el encuentro y por eso no se continuó. Antes de la invasión hubo incluso una especie de negociación fallida entre enviados de Anvisa con los delegados del partido y funcionarios de CBF para llevarse a los tres futbolistas argentinos en el entretiempo. (DIB)