La historia de la maestra rural de Brandsen que le gana al barro con su viejo Citröen

Los 20 alumnos de la escuela rural Nº 10 de Domselaar, en el partido de San Vicente, no perdieron un solo día de clases gracias al empuje de su docente.
El camino para llegar, que queda a 10 kilómetros de la Ruta 210, se deterioraba de forma sensible y con las lluvias era difícil de llegar. Es por eso que hasta el año pasado la única docente de la institución faltaba mucho.
Pero desde fines del 2017 fue nombrada en el cargo la maestra Claudia Figueredo y las cosas cambiaron. “No perdimos un solo día de clase por lluvia”, dice orgullosa esta vecina de Brandsen de 47 años.
Para cumplir con su tarea, tiene un aliado incondicional que ya se volvió famoso: un Citröen 3CV blanco, de los años 60, que ante cada lluvia se empodera y es el encargado de trasladar a Claudia y a Cecilia, la auxiliar de la escuela.
Algunas pocas veces el barro fue demasiado para el fiel Citröen y enseguida aparecieron en auxilio los padres de los alumnos de la escuela.
“Una vez me tiraron en camioneta y otras veces me sacaron en un carro y a caballo”, se ríe Claudia. Cualquier método es válido con tal de llegar a horario, izar las banderas, servir el desayuno y que empiece la clase.
La escuela está recién pintada y asombra por su pulcritud.
Los padres –asegura Claudia- colaboran con el mantenimiento y acercan los materiales que puedan llegar a faltar.
Para las ocasiones especiales –como el festejo del Día del Maestro- siempre hay alguno que puede ofrecer chorizos o un cordero para hacer a la parrilla.
En la escuela rural Nº 10 hay un único salón para los alumnos de primero a sexto grado.
Nunca van menos de 15. “Los chicos son todos del campo. Sus familias viven del tambo o de la cría de vacas.
Aprendo mucho con ellos y disfruto de venir a trabajar”, concluye la docente, que ejerce hace 27 años. (Fuente Detrás de la Noticia – Nota gentileza: Diario Sur – San Vicente)

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