La jubilación mínima en el primer trimestre registró una caída del 5% en términos reales, mientras que en abril y mayo la tendencia a la baja se profundizó, en un año electoral en el que el Gobierno tiene “escasas” herramientas para que los salarios le ganen a la inflación, sostuvo un informe privado.
El análisis elaborado por la consultora PwC Argentina indicó que, si bien los resultados electorales responden a múltiples variables y circunstancias, no sólo ligadas con las económicas, “un hecho de la realidad es que, excepto para 2015, cuando los oficialismos ganaron la trayectoria del salario real en los meses previos fue positiva y nula o negativa cuando perdieron”.
Afirmó también que la caída de los salarios en términos reales “también ha sucedido en los ingresos de los jubilados, que en un 60%, aproximadamente, perciben la jubilación mínima”.
Calculó así que a lo largo de los primeros tres meses del año tuvieron una caída equivalente a un 5% en términos reales respecto del mismo período de 2020.
Luego la situación se agravó porque durante abril y mayo, con la aceleración de la inflación, la variación interanual expuso una pérdida real del 12% y 13% respectivamente.
“Es relevante preguntarse, a la luz de lo que ha mostrado la historia reciente, qué podría ocurrir hacia adelante con la variable salarial”, dado que se trata de un año electoral.
En ese sentido, evaluó que si se toman las últimas cinco elecciones nacionales, en las presidenciales de 2011 y 2015 los salarios mostraron crecimientos reales en los meses previos a los comicios, mientras que en 2019 hubo caída real.
“En 2013 y 2017, años de elecciones legislativas, hubo, en el primer caso, un crecimiento casi nulo y en el segundo uno de mayor magnitud”, señaló.
La consultora subrayó que, si se tiene en cuenta el largo período de caída del salario real, y si se considera que en el corto plazo “no es esperable que se genere una recuperación por las propias fuerzas del mercado” por el nivel de nuevas inversiones y actividad, es posible esperar “alguna reacción de
política económica por parte del Gobierno para intentar generar y sostener una trayectoria creciente del salario real.
“Hasta el momento ha habido manifestaciones verbales del Gobierno expresando la intención de que los salarios le ganen a la inflación, sin embargo las herramientas con las que cuenta para llevar adelante dicho cometido lucen escasas”, advirtió.
El sondeo analizó que “lo que se debe monitorear es si la contracción real del déficit del Gobierno nacional alcanzada en estos meses del año (94%) se sostendrá o si, por el contrario, se morigerará para aumentar las partidas destinadas a recomponer ingresos”.
“En este caso, la pregunta que rápidamente surge es cómo se financiaría ese gasto adicional”, apuntó y resaltó que “lo que se ha observado hasta el momento es la habilitación para renegociar paritarias, con el caso de camioneros que acordó aumentos para julio (20%), noviembre (12,5%), y marzo 2022 (12,5%) como referencia”, señaló.
A su vez, cuestionó “cuál será el impacto, si se generaliza ese comportamiento”.
“No pudiendo ajustar por cantidad (despidos) y forzados a un aumento por precio (salarios), es de esperar que la inflación sume un nuevo componente al monetario: inflación de costos”, manifestó. (DIB)