La jueza Figueroa seguirá en su cargo pero no firmará sentencias

La magistrada, clave en la causa Hotesur, se lo anunció a sus colegas en una reunión de superintendencia. Deja esa presidencia provisionalmente, les dijo. Con esa decisión, asumirá el vicepresidente del tribunal, Mariano Borinsky

La presidenta de Casación, Ana María Figueroa, les avisó a sus colegas durante una reunión de superintendencia que a partir de mañana, cuando cumpla los 75 años, cesará su función como cabeza de ese tribunal, pero que será solo momentáneamente: eso no implica renunciar a su condición de jueza y que espera la decisión que pueda tomar hasta fin de año el Senado para validarla por cinco años más. En el mientras tanto, ella no se tomará licencia ni firmará más sentencias a partir de mañana. No obstante, dejó dicho que ya transmitió su opinión o votos en todas las causas en las que actuó hasta ahora. Así lo relataron a Infobae fuentes judiciales. Para Figueroa no deja se ser jueza.

A partir del jueves, la presidencia de Casación quedará a cargo de su vicepresidente Mariano Borinsky. Es en función del artículo 2 del reglamento de la Cámara de Casación se establece: “La Cámara Nacional de Casación Penal elegirá a su Presidente antes del 20 de diciembre de cada año observando el orden de ingreso al Tribunal. El ejercicio del cargo empezará el 1° de enero y terminará el 31 de diciembre de cada año, sin tener en cuenta para la elección que el electo hubiere ejercido la presidencia con carácter interino, o en reemplazo por licencia o acefalía. En la misma forma serán designados los Vicepresidentes primero y segundo quienes desempeñarán, en ese orden, las funciones del Presidente en caso de licencia o acefalía”. Técnicamente, la situación es de acefalía.

La reunión tuvo lugar esta mañana en el primer piso de Comodoro Py 2002. Allí estuvieron Figueroa, en calidad de presidenta, y los presidentes de las cuatro salas: Daniel Petrone, por la Sala I; Guillermo Yacobucci, por la Sala II; Mariano Borinsky, por la Sala III; y Gustavo Hornos, por la Sala IV. También estaba el secretario del tribunal, Juan Montesano y algunos empleados. Se trata de una reunión habitual, pera esta vez tenía una significancia especial por la fecha.

Fue la propia Figueroa la que, al arrancar la reunión, hizo su anuncio que el resto escuchó en silencio. Figueroa les anunció a sus colegas que por prudencia, si bien estaba esperando la resolución del Congreso, iba a cesar su cargo en la presidencia del tribunal. O en su interpretación delegar porque está a la espera del Senado. Al escuchar eso, los participantes respiraron aliviados. No iba a darse ninguna situación de conflicto que, a partir de mañana, si la magistrada decidía mantenerse en el sillón de la presidencia del tribunal, los obligara a actuar. La decisión de Figueroa no implica ni renunciar ni pedir licencia.

Eso abre a partir de ahora los interrogantes. ¿A partir de mañana es aún jueza? ¿Pueden salir sentencias con su firma? ¿Hasta cuándo es el tiempo límite?”.

En el entorno de Figueroa hablan de una resolución de 2017, apenas salió la resolución de la Corte en el fallo Schiffrin, del Consejo de la Magistratura que le permite mantenerse en su cargo mientras dure el trámite parlamentario. Los que no comparten esa mirada, mientras tanto, tiran con otra parte de la biblioteca.

El conflicto está en el artículo 99, en su artículo 4, en donde se habla de las atribuciones del Presidente de la Nación y señala que para que un juez continúe en su cargo, después los 75 años, necesita tener el acuerdo del Senado y el nombramiento del Jefe de Estado. Mañana, Figueroa cumple los 75, pero el oficialismo no ha podido hasta ahora conseguir el quórum en el Senado para respaldarla por otros cinco años más. Una vez que se sienten, la votación será un hecho porque el kirchnerismo tendrá los votos. Pero la discusión está en si eso puede tomarse como válido una vez que se llegó a la fecha límite.

En el Ministerio de Justicia entienden que sí mientras dure el trámite parlamentario. Es decir que pasadas las próximas elecciones podría haber una reunión con quórum en el Senado y, tras la votación y el decreto presidencial, Figueroa volver a aparecer por el primer piso de los tribunales de Retiro.

En las intrigas, sin embargo, Figueroa quiso hacer público que ella había dejado sus votos en las causas que intervino. En rigor no son votos sino proyectos de su opinión en todas las causas. Para que sean votos deben integrar un fallo. Pero ¿ella puede firmar fallos si no está en funciones? Discusiones en puerta se acercan. Y es que Figueroa tenía que resolver junto a sus colegas Diego Barroetevaña y Daniel Petrone dos causas clave para la vicepresidenta Cristina Kirchner: si se deben hacer el juicio de Hotesur y Los Sauces; y el juicio de Memorándum con Irán. También intervenía en la causa Oil Combustibles.

Demoras y especulaciones hicieron que el fallo de Hotesur y Los Sauces no saliera hasta ahora. Aunque nadie puede confirmarlo, la sospecha es que Figueroa iba a votar allí por hacer lugar a los planteos de la vicepresidenta. Pero la suerte se define por lo que pueda decir en su conjunto todos los integrantes del tribunal. Ellos deberán resolver si están en condiciones de sacar la resolución, con Figueroa, de 75 años, a la espera del Senado.

El artículo 30 bis del Código Procesal Penal que regula la competencia de la Casación establece que, salvo cuestiones unipersonales, en las causas “intervendrán tres (3) jueces, no obstante lo cual (se) podrá dictar resolución válida mediante el voto coincidente de dos (2) de ellos”. Eso se aplica, por ejemplo, cuando un magistrado está de licencia y los otros dos están de acuerdo en lo que se define. (DIB)