Una lectura lineal de la normativa del organismo puede llegar a ser errónea o confusa.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió una recomendación en la que desaconsejó el uso de edulcorantes, y alegó que el consumo prolongado en el tiempo no es eficaz para bajar de peso y, por el contrario, podría aumentar el riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y mortalidad en adultos.
En una nueva directriz publicada hoy en su página web, la agencia internacional indicó que, en general, las personas deben reducir los dulces de su dieta desde edades tempranas para gozar de una mejor salud. “Reemplazar los azúcares libres (los refinados y los naturales presentes en las frutas, miel y otros) por edulcorantes no ofrece ningún beneficio a largo plazo en términos de reducción de grasa en el cuerpo en adultos o niños”, aseguró la OMS.
No obstante, una lectura lineal de la normativa, también puede llegar a ser errónea o confusa, ya que la recomendación no expresa que un componente específico de los edulcorantes es lo que puede generar el deterioro en la salud y el desarrollo de patologías, y tampoco considera la importancia del consumo total de calorías en una comida.
En esa línea, el médico especialista Gabriel Lijteroff, jefe de Diabetología del Hospital Santamarina y Referente de PRODIABA en Esteban Echeverría, expresó a DIB que en las conductas alimentarias de cuidado “es importante considerar las calorías totales de lo que se consume” y advirtió que “se debe tener mucho cuidado con el diseño de los trabajos y luego la validez de las conclusiones por determinados sesgos”.
Lijteroff dijo “si se compara solamente el uso de edulcorantes versus consumo de azúcar, por ejemplo, en las gaseosas, se puede arribar a conclusiones erróneas” ya que “es muy habitual, en la vida real, que personas que comen exceso de calorías en grasas e hidratos de carbono y tienen sobrepeso u obesidad acompañen sus comidas con bebidas con edulcorantes, sin tener en cuenta la ingesta excesiva de harinas y otros alimentos ultra-procesados, que tienen efectos deletéreos para la salud cardiovascular, mientras que otras personas delgadas, que hacen actividad física en forma regular, comen equilibradamente y se permiten cada tanto una gaseosa común”.
El médico sintetizó que “una encuesta que se limita a si se consumen o no edulcorantes, sin tener en cuenta, la cantidad de calorías y/o azúcares totales que se ingieren, lleva a conclusiones erróneas”.
No obstante, hizo hincapié en que “el sobrepeso, la obesidad, el sedentarismo, aumentan la diabetes y la enfermedad cardiovascular” y puntualizó que “también sabemos que una cucharada de azúcar tiene 16 calorías versus casi cero de un sobre de edulcorante”.
Una enfermedad que se puede controlar
En la Provincia de Buenos Aires se estima que 1 de cada 10 personas mayores de 18 años tienen diabetes y el 40% no lo sabe, porque en las primeras etapas no da síntomas. Se trata de una enfermedad crónica que se caracteriza por presentar niveles altos de glucosa o azúcar en sangre. De no tratarse adecuadamente, puede provocar disminución o pérdida de la visión, enfermedad renal que puede necesitar diálisis o trasplante, dolor, adormecimiento o pérdida de sensibilidad en manos y pies, infarto agudo de miocardio, accidentes cerebrovasculares, obstrucción de los vasos sanguíneos de las piernas y predisposición a lesiones, que aumentan el riesgo de amputación de los pies.
Si bien la diabetes en las personas adultas puede no dar síntomas durante varios años, es posible que se manifieste con sed excesiva, falta de energía, mala cicatrización de heridas, aumento de apetito, necesidad de orinar con frecuencia, problemas sexuales, pérdida de peso y visión borrosa.
Actualmente, la diabetes es una enfermedad que, si bien no se puede curar, con el tratamiento adecuado puede controlarse y se pueden evitar todas las complicaciones.
Sobre Gabriel Lijteroff
Es especialista en medicina interna, en medicina de familia y magister en diabetología. Se desempeña como Jefe de Diabetología del hospital Santamarina de Esteban Echeverría. Es director del comité científico, director de asuntos internacionales y expresidente de la Federación Argentina de Diabetes (FAD) y miembro del comité ejecutivo y director de la Task force de Desastres de International Diabetes Federation IDF Región SACA (Sudamérica y el Caribe). (DIB) ACR