Con un horizonte complicado, las pequeñas y medianas empresas de la provincia de Buenos Aires no pueden pensar en el día después de la pandemia porque la situación actual es tan agobiante que no saben cómo transitar los próximos días. Ruptura en la cadena de pagos, despidos y temor por los cierres masivos son sólo algunas de las preocupaciones que se repiten a lo largo y ancho del territorio.
A pesar de las medidas que viene tomando el Gobierno de Alberto Fernández y el de Axel Kicillof para aliviar el golpe de la crisis económica por el Covid-19, las historias de las pymes se replican en cada uno de los 135 municipios en un mercado que, a partir de la declaración de la pandemia, quedó prácticamente paralizado, excepto aquellas empresas consideradas esenciales, como las que trabajan en el rubro alimenticio. Y a esto se suma las complicaciones y trabas que aparecen a la hora de acceder a créditos para buscar una solución.
“Estamos en una guerra y en la guerra pierden todos”. La frase pertenece a un dirigente empresarial y resume una posición bastante generalizada en el sector: descontento por la situación, pero la comprensión por la complejidad de una crisis que excede a lo económico.
“Está bien que prioricemos la salud como se viene haciendo con un éxito que es para felicitar al Presidente, pero las pymes de acá a junio van a tener una mortalidad importante. Están sacando herramientas, pero no van a alcanzar. Reactivar la economía va a llevar unos cuantos meses”, le dijo a DIB el titular de la Federación Económica de la Provincia de Buenos Aires (FEBA), Alberto Kahale.
Las medidas lanzadas por el Gobierno para paliar la crisis son varias. Entre las más importantes están la postergación o reducción del 95% de los aportes patronales, el pago del 50% del salario neto de los trabajadores (con un máximo de $33.750), y créditos de hasta 150 mil a tasa cero para monotributistas y autónomos, entre otras.
Sin embargo, los empresarios pyme señalan que ya hay rupturas en las cadenas de pagos y que se triplicaron la cantidad de cheques sin fondos. Advierten algunas complicaciones vinculadas a las urgencias, a los tiempos de tramitación y a la falta de financiamiento para capital de trabajo. Además, según marcó un relevamiento del Observatorio Pyme solamente una de cada cuatro pymes pasó el filtro de los bancos y pudo acceder al crédito a tasa subsidiada del 24% para enfrentar el pago de salarios y de capital de trabajo en medio de la cuarentena.
Solución parcial
Pero por el momento esta, es una solución parcial. De acuerdo a lo planteado por los empresarios consultados por esta agencia, son numerosas las trabas burocráticas y formalismos con los que se encuentran al intentar acceder a los beneficios crediticios del Banco Provincia, sobre todo porque muchas pymes son consideradas “de riesgo”. Y dejaron en claro, además, que si las medidas no agilizan en forma urgente ya no servirán al menos para una gran cantidad de empresas que ya adeudan sueldos del mes pasado.
“Todos los préstamos que se han dado son para cubrir sueldos y lo que se da para capital de trabajo es poquito. Entendemos que se están haciendo esfuerzos pero no nos preocupa sólo el transcurso, vemos una situación compleja para cuando se levante la cuarentena”, opinó Rodolfo Llanos, titular de la Unión de Emprendedores, en diálogo con DIB.
El futuro es difuso. Desde la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), que aglutina a entidades del sector de todo el país, señalaron también que “la situación es muy crítica” y que “la cadena de pagos está virtualmente quebrada en casi todos los sectores”. Además, pidieron una ampliación de moratoria de impuestos.
“Veníamos de unos 20 meses malos y vino esto que nadie esperaba. Nadie estaba preparado, nadie tiene un colchón para bancar una situación de esta naturaleza”, sintetizó Kahale. Y agregó: “Por desgracia, va haber mucha mortalidad de pymes”.
Los sectores más afectados
Fuentes oficiales le señalaron a esta agencia que los comercios y las industrias son los más afectados dentro del orden económico provincial. Y que, en el caso de las fábricas, “el panorama más complicado lo tienen las actividades que dependen directamente de la demanda para seguir produciendo”. Entre ellos, las textiles y los productores de muebles, calzado y juguetes.
En cuanto a los comercios, CAME registró para marzo (la cuarentena total se inició el 20 de ese mes) una caída anual de ventas del 48,7%, con las mayores disminuciones en muebles (-65,1%), indumentaria y lencería (-65), y bazar y regalos (-67,2%). También es muy crítica la situación del turismo (hoteles y gastronomía), mientras que los comercios de alimentos y las farmacias se mantienen bien.
En este marco, Llanos, de la Unión de Emprendedores, sostuvo que las pymes que no son del rubro alimentos “han bajado sus ventas entre un 80 y un 90%. Eso les ha quitado el dinero circulante totalmente”.
En tanto, el presidente del Nucleamiento Empresarial del Noroeste, Daniel Tombolato, le dijo a DIB que en su zona, unos 40 distritos del interior, “el 70% de lo que es el tema producción y comercio está cerrado”.
“La prioridad es cuidar la salud de todos nuestros vecinos, pero también importante que se mantengan en pie las empresas por su cantidad de empleados y porque son las que generan el circuito del dinero en circulación”, explicó el dirigente empresarial. (DIB) MT