Entrevista a Norberto Galasso
El historiador asegura que el 25 de mayo fue parte de la revolución hispanoamericana, cuestiona la interpretación escolar y se pregunta sobre su legado. Además, considera que habrá “transformaciones muy importantes” después de la pandemia
El tono es monocorde pero incansable. No necesita levantar la voz ni ser estridente como un panelista en televisión. Norberto Galasso responde como quien sólo se atiene a los hechos. Citas fuentes, fechas, nombres propios y protagonismos colectivos para trazar un puente entre ayer y hoy, para pensar la historia como un camino hacia el futuro.
A los 83 años y con más de treinta libros publicados, Galasso no evita la polémica. La utiliza como método para sacudir los muros de escuelas y universidades, para proclamar que la historia está viva, que se actualiza a cada tranco.
“Lo central de la Revolución de Mayo en la Argentina de hoy es el protagonismo popular”, dice en un tramo del diálogo con Télam, y destaca “el apoyo de la mayoría de la población al gobierno de Alberto Fernández”.
Identificado con “la izquierda nacional”, dedicó buena parte de su producción a los “pensadores nacionales”. Manuel Ugarte, Scalabrini Ortiz y Juan José Hernández Arregui fueron algunos de los protagonistas de sus libros. También el peronismo, al que le dedicó sus últimos trabajos: “Perón” (2005) y “De Perón a Kirchner: apuntes sobre la historia del peronismo” (2011).
De cara al futuro, Galasso asegura que cuando pase la pandemia “va a haber transformaciones muy importantes, semejantes a las que hubo con la Segunda Guerra Mundial” y advierte: “Cuando los pueblos sufren una experiencia de este tipo no lo hacen para que vuelva a ocurrir”.
– Todos sabemos qué se celebra el 25 de Mayo, pero no siempre hay coincidencias sobre qué pasó realmente en mayo de 1810…
– Hay dos interpretaciones principales. La historia mitrista, que es la que se enseña en los colegios, dice que fue un movimiento anitespañol para separar a estas tierras de España y ser independientes. La otra interpretación es la de Juan Bautista Alberdi: el reemplazo del virrey Cisneros por una Junta Popular manteniendo la obediencia a Fernando VII, que en ese momento era el hijo del rey pero que había pasado a posiciones progresistas, influido por la Revolución Francesa. Tanto fue así que la bandera española siguió flameando en el Fuerte y la independencia se declaró recién en 1816. Esto provoca que los chicos le pregunten a sus maestros si la Argentina nació dos veces, en 1810 y 1816.
– ¿Y usted qué respondería a esa pregunta?
– En 1816 se declara la Independencia, 1810 fue un momento de la revolución hispanoamericana, donde en distintas capitales sudamericanas se mantiene una unidad con la revolución española. Después, cuando se cae esta, a partir de 1813-1814, sí se plantea la separación y la independencia de España.
– ¿Quiénes fueron los verdaderos protagonistas de la Revolución de Mayo?
– La revolución la hace un sector de la pequeña burguesía a partir de las ideas de la Revolución Francesa de 1789, que son fundamentalmente Mariano Moreno, Manuel Belgrano y Juan José Castelli, y en la Plaza de Mayo los sectores populares compuestos por intelectuales, políticos y por agitadores como French, Beruti y Donado, que eran los chisperos de la revolución, quienes promovían la presencia del pueblo en la Plaza y la presión a Cisneros para que renuncie. Ellos son los que entran precipitadamente junto a otros revolucionarios, pistola y cuchillo en mano, al primer piso del Cabildo, y le exigen al Virrey la renuncia. Entonces se forma una junta popular que encabeza Saavedra como representante de las Fuerzas Armadas y Moreno como Secretario de Guerra y Secretario de Gobierno, dos tareas fundamentales porque de Moreno nace el Plan de Operaciones, que es el plan de la revolución.
– ¿Qué influencia tienen estos hechos en la lucha por la independencia y la etapa post colonial?
– A partir de 1810 las fuerzas revolucionarias se ven enfrentadas a aquellos que prefieren al Consejo de Regencia de España, que era un giro a la derecha de la revolución española. Montevideo y el Virrey Abascal de Perú luchan contra la revolución. Recién en 1813, cuando vuelve al trono de España Fernando VII y se transforma de nuevo en un absolutista, España envía dos flotas. A su vez, los sectores del puerto de Buenos Aires y dominantes sobre la Aduana se apropian de la revolución en perjuicio de los pueblos interiores, lo que terminará generando una guerra civil. En el Litoral, Artigas aparece como el gran líder con un sentido más social: quiere redistribuir la tierra, otorgar derechos a los esclavos… Junto con Entre Ríos, Santa Fe, la Banda Oriental y lo que hoy es Misiones y Corrientes, en el Congreso de Oriente declaran la independencia en 1815. De hecho estas provincias no participan del Congreso de Tucumán de 1816. Este enfrentamiento va desembocar en las guerras civiles que se dan casi ininterrumpidamente entre 1810 y 1880.
– El General San Martín fue una figura clave en las luchas por la independencia ¿De qué manera impactaron sobre él los hechos de mayo?
– San Martín es un hombre que se ha formado en la España de las Juntas, en la España revolucionaria que nace del movimiento del 2 de mayo de 1808. Participa de logias revolucionarias tratando de llevar a España los ideales de la Revolución Francesa pero a su vez enfrentando a Napoleón, que ha invadido la península. Cuando la España revolucionaria está casi derrotada él comprende que en América se están reproduciendo lo que fueron las Juntas Populares que llevaron a la Junta Central de Sevilla y decide proseguir la lucha acá. Es la revolución hispanoamericana en la que él creía. La Revolución de Mayo coincide con la revolución de agosto en Chile, de septiembre en Bogotá, de 1811 en México y también en la Banda Oriental. Alberdi dice que la Revolución de Mayo es un momento de la revolución hispanoamericana, está un momento de la Revolución Española y esta, a su vez, un momento de la Revolución Francesa.
– ¿Cómo se resignifica el 25 de mayo en la Argentina de hoy?
– Hoy lo central de la Revolución de Mayo en la Argentina es el protagonismo popular. Esto se demuestra cuando la mayor parte de la población se siente expresada en el presidente Alberto Fernández, como sucede por ejemplo con la política de cuarentena. La cantidad de muertos en la Argentina con respecto a Chile y Brasil, y ni que hablar con respecto a los Estados Unidos, evidencia que se hizo una política correcta. Esto solo se logra cuando el pueblo está de acuerdo en seguir las políticas que fija el gobierno.
– ¿Cómo se interpreta la argentinidad en este contexto?
– Creo que somos un país, la Patria chica, integrando a la Patria grande, que es Latinoamérica. De ahí que algunos de nosotros tengamos alto interés con relación a lo que sucede en Cuba o en Venezuela, y como propios a San Martín, a Hugo Chávez. Latinoamérica sufrió mucha opresión, golpes de Estado, injerencia externa. En algún momento tiene que retornar a una política independiente, como la que pretendemos que tenga este gobierno, con las limitaciones que da el desastre económico que ha recibido al asumir.
– La pandemia parece reforzar los cuestionamientos a la globalización ¿Hay un regreso al protagonismo de los estados nacionales?
– Creo que sí. La pandemia obliga a replantearse muchas cosas. El camino independiente que ha tomado la Argentina, algo que han hecho pocos países en general, ha dado sus frutos. La experiencia durante el coronavirus demuestra que el Estado debe ocupar un lugar importante, no solo en la salud pública sino también en la orientación económica. Este debate se va a producir abiertamente cuando termine la pandemia.
– De la Revolución de Mayo de inicios del siglo XIX a la pandemia del siglo XXI, ¿qué país y qué mundo imagina en el futuro?
– Yo creo que va a haber transformaciones muy importantes, semejantes a las que hubo con la Segunda Guerra Mundial, donde Inglaterra, por ejemplo, socializaba medicina. Los pueblos que han visto morir a seres queridos, perder sus costumbres habituales y estar sometidos al encierro, reclaman soluciones. Sucede ahora con las villas, por ejemplo, que siempre se habló de erradicarlas y nunca se hizo. Entonces el presidente pone en marcha un plan de viviendas. Esto es un indicio de lo que puede suceder después, la necesidad de un Estado distinto, donde va a haber también reclamos diferentes, más profundos. A nivel internacional también va a haber cambios, con Estados Unidos perdiendo protagonismo. Cuando los pueblos sufren una experiencia de este tipo no lo hacen para que vuelva a ocurrir. Nosotros perdimos hasta el Ministerio de Salud por la política neoliberal del macrismo. Y lo mismo con la ciencia. Todo esto se va a tomar en cuenta en lo que viene. (Telam)