Hasta nuestra mesa de redacción llegó una nota del los Ateneos Arturo U. Illia e Hipólito Yrigoyen de la UCR, que con las firmas de sus titulares Miguel Angel Cerimele y Abelardo Tejo, recuerda los 12º años de Arturo U. Illia y dice los siguiente:
“No es posible evocar la memoria del Doctor Arturo U. Illia y omitir la apropiada apreciación tanto de sus valores morales como de su acendrado espíritu humanitario que vale decir, lo han llevado a consagrarse como un paradigma de probidad inquebrantable.
Su abuelo llegó a Argentina a los 35 años y su padre a los 6 años, nativos de Sambonaco, Nombardía Italia, se radicaron en Tandil que era una especie de fortín con hacienda sin dueño, y se convirtió en uno de los primeros lecheros. Pasado el tiempo, los indios se sublevaron y pusieron en peligro sus vidas, resolviendo volver a Italia.
El padre de Arturo Illia a los 16 años volvió a la Argentina y comenzó a trabajar como peón en la construcción de los ferrocarriles ganando un peso por día, ahorrando compro un campito en Pergamino; dónde nació con el siglo Arturo Umberto Illia un 4 de agosto de 1900.
Cuando era niño ayudaba a su padre realizando todas las tareas rurales para luego ir a la escuela. Viviendo en su casa de nueve piezas donde paso una infancia maravillosa. Cuando finalizó 6º grado se trasladó a Buenos Aires y comenzó sus estudios en un Colegio de los Padres Salesianos, dónde concluyó el bachillerato e ingreso a la Facultad de Medicina de Buenos Aires.
En el año 1924 cuando le tocó el servicio militar ingreso como soldado granadero conscripto al Regimiento de Granaderos a Caballo del Militar San Martin. Recibido de médico fue practicante en los Hospitales Piñero de Buenos Aires y San Juan de Dios de La Plata, luego se trasladó a Cruz del Eje con una designación de médico de los ferrocarriles pero fue por poco tiempo ya que la dictadura de Uriburu lo dejo cesante en 1930. Abrió su consultorio en esa ciudad cordobesa, al tiempo que en aquellos momentos de persecución intensifica su militancia en la Unión Cívica Radical; médico de campo llegaba con su maletín más allá de los límites de Cruz del Eje, el campo y las cerraduras conocieron su trajinar.
En el ámbito político ocupo diversos cargos partidarios y electivos a nivel provincial que lo proyectaron como figura nacional llegando a la elección del 7 de julio de 1963 que lo convirtió cómo Presidente de los argentinos; prestando juramento el 12 de octubre de 1963 frente a la Asamblea Legislativa.
Arturo Umberto Illia abnegado hasta el sacrificio confrontando entre su vocación médica y el clamor por las libertades, fue el arquitecto de su propio camino, el camino que sin contemplaciones personales recorrió con la prisa mesurada de los prudentes invocando la supremacía de la ley por sobre la fuerza.
Inútiles fueron las más bajas acusaciones con las que se pretendió mancillar su imagen presidencial, en el fondo, no hacían más que exponer la intolerancia ante un hombre del interior que ostentando no más que el honor de su humildad pretendía purificar la vida institucional de la Nación.
Arturo Illia aquel médico ejemplar de Cruz del Eje, aquel estadista eficaz no solo es digno de recordarlo sino también imitarlo.
Los Ateneos Arturo U. Illia e H Yrigoyen recuerdan a este ilustre argentino a 120 años de su nacimiento”.