Crisis económica y social
Los obispos católicos cuyas diócesis están en el Conurbano le advirtieron ayer a la gobernadora María Eugenia Vidal que en esa región de la Provincia se están sintiendo los efectos de la crisis económica y la creciente desocupación, a tal punto que la Iglesia no sólo asiste a los sectores más vulnerables de ese territorio sino también a familias de clase media que antes no pedían ayuda.
En una reunión de casi dos horas en la Casa de la Provincia en la capital, los obispos acordaron con Vidal en la necesidad de “priorizar la paz social”, aunque no avanzaron con la Gobernadora en el reclamo de los intendentes del PJ que piden la declaración de la emergencia tanto en materia alimentaria como social, en un formato político que no cae bien a la administración bonaerense.
Es que la jugada de los jefes comunales peronistas se retrotrae a la crisis de 2001/2 y se basa en un diagnóstico económico que no comparten en la Gobernación.
Vidal agradeció la mediación de la Iglesia en conflictos puntuales como el del Astillero Río Santiago y su contribución a bajar la tensión en distritos calientes como Moreno.
La reunión fue a puertas cerradas y la Gobernación emitió un escueto comunicado, pero no precisó el contenido del intercambio entre Vidal –que estuvo flanqueada por la ministra nacional de Desarrollo Social-, Carolina Stanley, y los prelados, entre los que no pasó inadvertida la ausencia de monseñor Jorge Lugones, titular de la Pastoral Social y obispo de Lomas de Zamora.
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