La visión panorámica que ofrece la oficina de Malena Galmarini desde un piso 20, en pleno centro porteño, alcanza el Río de la Plata y gran parte de la ciudad. Mientras el sol cae, la luz inunda el amplio despacho que tiene la presidenta de AySA, a cargo de una de las cajas más importantes de la administración nacional. Solo este año, si le dan lo que le prometieron, habrá administrado $77.000 millones.
Frontal, no esquiva temas ni calla nada. Sergio Massa, Alberto Fernández, Cristina Kirchner, Sergio Berni, aborto, el lugar de la mujer en el Gobierno. «Vamos a una Argentina con más pobreza», dice sobre la pandemia y la profundización de la crisis económica. Califica como un acto de «violencia política de los varones a las mujeres» la última irrupción del ministro de Seguridad bonaerense en un retén policial. Y, si bien dice no ambicionar cargos, no duda en volver a postular a su esposo a la presidencia: «Ojalá la Argentina le dé a Sergio la oportunidad».
-La Argentina atraviesa la pandemia, mientras la economía se derrumba. ¿Qué visualiza para el día después?
-Es algo que me angustia un poco. Me parece que vamos a una Argentina con más pobreza. Ya veníamos de un país con mucha pobreza, los últimos dos años fueron letales, nefastos para la gente.
-¿Cómo impactará la crisis en la pobreza?
-La crisis puso sobre la mesa la pobreza. La Argentina está en una situación muy compleja y que va a terminar en una situación más compleja. Hay que dejar de pelearse por nimiedades. Tenemos que entender que cuando estalla una crisis social no hay muro que la frena.
-¿Cree que el Gobierno está atendiendo de forma correcta la emergencia?
-Estamos haciendo las cosas bien con los errores que conlleva trabajar sobre un escenario desconocido para todos. Son errores posibles cuando vas a 300 kilómetros por hora.
-¿No cree que la pandemia dejó expuesta en algún punto la fragilidad de un frente heterogéneo como el Frente de Todos?
– ¡No! Al contrario, nos unió más. Ahora, la diversidad de opiniones, la multiplicidad de ideas es parte de cualquier frente. Sí, creo que complicó mucho a la oposición. La pandemia los puso en crisis, no saben para dónde correr.
-¿A qué se refiere?
-Discuten sobre si el Congreso está cerrado, pero después se contagian todos con Covid. En el peronismo, cuando hay un problema, nos abroquelamos. Vamos todos atrás de quien conduce. No hay nada peor que el discurso homogéneo. Nosotros perdimos el gobierno porque nos fuimos encapsulando y fuimos excluyendo personas.
-El Gobierno muestra diferencias en varias áreas donde se generaron internas, como en Desarrollo Social, Seguridad y Justicia.
-No hay que confundir la política de un frente con las discusiones puntuales entre personas. Son cosas diferentes. Ahora, creo que tenemos que ir hacia un gobierno más abierto y transparente.
-¿Qué cree que pasó el otro día entre Sabina Frederic y Sergio Berni? ¿Fue más que una discusión entre personas?
-En este caso hay un tema puntual con la violencia política de los varones a las mujeres. Alguien debería decirle [a Berni]. Vos podés estar de acuerdo o no con la política que se lleva a adelante, lo que no podes es llevarte puesta a una mujer.
-¿Cómo calificaría lo de Berni?
-Lo de Berni es violencia política. Cuando hay una crisis como la que estamos atravesando no sirven los héroes individuales. Todos tenemos que hacer lo que nos toca. Estar desbordado no te da derecho a maltratar a tus pares o a los que están bajo tu mando.
-¿Ocupa un lugar de relevancia la mujer en el Gobierno?
-Si hay un tema que me acerca a Alberto es ese progresismo de poner, no solo a la mujer, sino a las minorías en los lugares de relevancia de la agenda política.
-¿Cómo le cayó que se haya pospuesto el envío al Congreso de la ley del aborto?
-Trato de comprender, es un tema que miro mucho todo el tiempo. Entiendo a los que todavía no entienden [sobre la necesidad de avanzar con la ley de interrupción del embarazo], y estoy segura de que si seguimos explicando se va a entender mejor.
-¿Pero le molestó?
-No, no es que me moleste. No me enoja, creo que hay que encontrar el mejor momento. Yo sé que, si no es este año, será el próximo. Lo hablé con Alberto en más de una ocasión y sé que lo va a impulsar. Y creo que se va a aprobar.
-¿Quién es hoy su líder político: Alberto Fernández o Sergio Massa?
-Es Sergio Massa. Sergio es el amor de mi vida, es el tipo que elegí para ser padres de mis hijos, pero además Sergio me conduce. Le veo condiciones distintas, se formó mucho, tiene un talento para aprender de todo y habla con todos.
-Usted dijo que «Massa puede ser uno de los mejores presidentes de la historia». Ahora forman parte de un frente con muchos actores que compiten por el mismo lugar. ¿Cree que llegará una nueva oportunidad?
-La política es tan dinámica, que un día sos el mejor y al otro el peor. Nosotros aprendimos que hay que trabajar. No es una discusión puertas adentro. Ojalá la Argentina le dé a Sergio la oportunidad.
-¿El Frente Renovador no corre riesgo de diluirse dentro del Frente de Todos?
-No hay una división tan profunda de pensamientos respecto de los espacios políticos, sino no hubiésemos podido armar un frente.
-Con Vicentin hay una diferencia profunda entre el kirchnerismo duro y el Frente Renovador. Ahí hay miradas contrapuestas sobre lo que pretenden para la Argentina.
-Sí y no. La construcción de un frente no es un tema y menos una acción. Segunda razón: cuando surgió el debate respecto de la acción, nos pusimos de acuerdo.
-¿Tiene diálogo con Cristina Kirchner?
-No hablo con Cristina.
-¿Con Máximo Kirchner?
-Sí, hablo. La última vez fue después del cierre de listas. Pero muchas veces, cuando termino tarde, lo paso a buscar Sergio y si hay sesión [en Diputados] me quedo en el hemiciclo y charlo con todos. Con Cristina no tengo relación personal porque no hubo oportunidad, no porque haya una pelea.
-¿Cuál es su mirada sobre la figura de vicepresidenta en la toma de decisiones y la constante tensión que se genera?
-¿Quién dice que hay una tensión?
-Hay ejemplos que sirven para graficarlo. Por citar uno, la vicepresidenta se quedó con el control del Ministerio de Justicia y el resto de los resortes en esa área que considera sensible a sus intereses. ¿No cree que condiciona al Presidente?
-¿Está mal tener una vez en la Argentina una vicepresidenta con poder real o preferimos seguir teniendo pusilánimes? Nosotros nos quejamos del híperpresidencialismo y cuando hay una vicepresidenta que puede colaborar, que puede poner otra mirada, es algo positivo. No creo que lo condicione. Hay un prejuicio respecto de cómo Cristina ejerce el poder.
-¿Imagina una interna entre Massa y Fernández en 2023?
-No hago futurología. Antes hay otra elección.
-¿Cuál es el objetivo para su gestión al frente de AySA?
-Primero, todo depende del presupuesto. Igualmente, creo que la pandemia nos da una oportunidad, ya que puso en relevancia la necesidad de tener agua potable y cloacas. AySA ya es parte del motor de la reactivación económica generando 30.000 puestos de trabajo.
Malena Galmarini
-¿Le dieron la plata que pidió?
-Cuando la dirigencia política dice que algo es prioritario, sino no se ve reflejado en el presupuesto para mi es realismo mágico. Nosotros mandamos el presupuesto ajustado para el próximo semestre y para el año que viene. Para los próximos seis meses necesitamos 40.000 millones de pesos para avanzar con el plan de obras.
-En medio de la crisis, ¿se lo garantizaron?
-Sí, me dijeron que está, no tengo por qué no creer. Nuestra meta es llegar al 2023 con el 100 por ciento de agua potable en la vieja concesión de AySA, en los primeros 17 municipios. (La Nación – Por Santiago Dapelo)