El Presidente dijo que la Argentina tuvo un cambio cultural e insistió con su decisión de eliminar el Banco Central y de dolarizar.
El presidente Javier Milei reconoció este viernes que “los salarios son miserables” en la Argentina, pero consideró que eso no culpa de su administración, sino de no “20 años de populismo” de los gobiernos anteriores.
“Desde nuestro punto de vista, ha habido un cambio cultural en la Argentina. La mayor parte entendió que la solución no es el populismo. Hoy los salarios son miserables no por culpa nuestra, sino como consecuencia de 20 años de populismo”, explicó el mandatario desde Casa Rosada para el medio económico estadounidense Bloomberg.
El mandatario indicó los motivos por los que considera que la inflación bajará en un largo plazo y también cómo se llevará adelante el proceso para salir del cepo: “Estamos saneando el Banco Central y eso hace que el nivel de precios a largo plazo se vaya achicando, porque le estamos achicando la escala nominal a la economía. Por ende, esa pendiente se reduce y la tasa de inflación baja”.
Asimismo, dijo que el Gobierno hará “una reforma financiera para que no haya posibilidad de emitir redescuentos” y que así “no haya una corrida (cambiaria) y todo se limpie vía precios”.
El mandatario insistió en que las cuentas públicas deben “estar en orden” y repitió su decisión de que “el Ejecutivo presente un proyecto para que emitir dinero sea considerado un delito de lesa humanidad”. En ese contexto, dijo que decidió apelar a un fuerte ajuste fiscal “sin precedentes en la historia de la humanidad” para el orden fiscal.
Además, Milei reconoció que no pudo llevar a cabo su programa original de dolarización por temor a un juicio político.
“Nosotros teníamos una estrategia para dolarizar que era tomar los activos del Banco Central contra el gobierno nacional, esos títulos pasarlos a mercado y hacernos de dólares… Y la realidad es que hubiera funcionado a la perfección porque cuando nosotros llegamos los títulos argentinos estaban en 18 dólares y hoy están en torno a los 54. Hubiera sido una gestión muy exitosa, pero dada la construcción del sistema político argentino, lo intelectualmente deshonestos que son los políticos, es muy probable que si yo hubiera hecho esa operación a precio de mercados, la política hubiera dicho que ahí hubo una estafa, nos hubieran acusado de un negocio turbio y nos hubieran mandado a la cárcel”, explicó.
E insistió: “No es que no era factible hacerlo en términos técnicos, nosotros inferimos que la política iba a jugar sucio y es efectivamente lo que hace”. (DIB)