Monseñor Liébana participó de un encuentro con el Papa Francisco

El Obispo de Chascomús dijo que fue «un diálogo muy cercano» y destacó que, en ese momento compartido, Francisco preguntó sobre la realidad pastoral de las diferentes diócesis

Los obispos argentinos Juan IgnacioLiébana (Chascomús); Alejandro PardoPedro Cannavó e Iván Dornelles (auxiliares de Buenos Aires); AlejandroMusolino SDB (auxiliar de Córdoba); y Mauricio Landra (auxiliar de Mercedes-Luján) compartieron, este jueves 19 de septiembre, un almuerzo con el Papa Francisco en la Casa Santa Marta.
Monseñor Liébana le contó a AICA que fue «un diálogo muy cercano» y destacó que, en ese momento compartido, Francisco preguntó sobre la realidad pastoral de las diferentes diócesis.
Durante la misma jornada, los seis compatriotas visitaron la Iglesia Argentina en Roma, y compartieron un momento con el rector, presbítero Fernando Laguna, y el vicerrector, presbítero Andrés Marcos.

Audiencia con los nuevos obispos
El encuentro con los prelados argentinos se dio después de que el pontífice recibiera en audiencia, en la Sala Clementina, a un grupo de 160 prelados -entre ellos los seis argentinos- que participan del Curso Anual de Formación para Nuevos Obispos, que se realiza en el Colegio Apostólico San Paolo, de Roma.
El Papa recibirá hoy, sábado 21, a los que lo llevan a cabo en la Pontificia Universidad Urbaniana, también en la Ciudad Eterna.
En ese encuentro de una hora y media, Francisco abrió la posibilidad de que los obispos presentes hicieran preguntas o comentarios; y, de esa manera, se escucharon testimonios de obispos de Finlandia, Líbano, Siria y Ucrania, entre otros.
El Papa les pidió a los nuevos obispos que sean «cercanos a la gente» y reiteró el llamado a la inclusión, con una frase que caracteriza su discurso: «Todos, todos, todos».
Asimismo, los animó a edificar una Iglesia de «puertas abiertas y siempre en salida hacia las periferias».
Francisco les pidió puntualmente ir a las cárceles y visitar a los presos, recordándoles asimismo que una de las puertas santas que él mismo abrirá, en el marco del Jubileo 2025, será la de una cárcel.
El pontífice también alentó a los nuevos obispos a ser misericordiosos, a dedicar tiempo a la oración y a no descuidar la fraternidad episcopal.
Quienes participaron de la audiencia, aseguraron que al Papa se lo vio «muy bien; con mucha fuerza, lucidez y claridad; y muy al tanto de la realidad mundial».