Obispo de Chascomús
La diócesis de Chascomús celebró los Encuentros Diocesanos de Infancia y Adolescencia Misionera y de la Pastoral Juvenil. Para este año, el obispo diocesano, monseñor Carlos Malfa, eligió a la comunidad de Maipú para ser anfitriona de dichas actividades
La ciudad de Maipú fue sede de los Encuentros Diocesanos de Infancia y Adolescencia Misionera, y de la Pastoral Juvenil de la diócesis de Chascomús. Continuando con lo que el obispo diocesano, monseñor Carlos Malfa, indicó durante el Año Santo de la Misericordia, ambos encuentros se realizaron el mismo día, para seguir potenciando la continuidad del itinerario de la vida cristiana.
“Con alegría en el corazón, 175 años de misión” y “Fijemos la mirada en Jesús” (Hebreos 12,2) son los lemas que guiaron los encuentros de la Infancia y de la Pastoral Juvenil y en torno a los cuales se desarrollaron las actividades previstas: animaciones, formación, talleres, y centrados especialmente en la Adoración Eucarística y misión por los barrios.
Si bien cada área tuvo su cronograma propio, al concluir los encuentros, ambos grupos se unieron en una procesión en la que más de 800 niños y jóvenes colmaron las calles del pueblo rumbo al templo parroquial, para finalizar con la celebración de la Eucaristía, presidida por el obispo.
En su homilía, monseñor Malfa les reiteró el pedido a los adultos que trabajan con niños y jóvenes en la diócesis a que “nunca den nada por supuesto. Nunca den por supuesto que los chicos ya se han encontrado con el Señor Jesús; nunca den por supuesto que conozcan de corazón las oraciones con las cuales poder hablar con el Señor y participar activamente en la Eucaristía (…) nunca den por supuesto que tengan ya una conciencia fuerte y formada en los valores que nacen del Evangelio: el amor a la vida desde la concepción hasta la muerte natural, el cuidado de la familia, el valor de la educación, el sentido de la fraternidad, en la búsqueda incansable de la dignidad humana, para el hombre y para la mujer, en la justicia para los más pobres”, señaló.
“Estos valores que nacen del Evangelio de Jesús, forman la conciencia y llenan el corazón y dan sentido a la vida. Por eso les pido a los adultos, que nunca demos nada por supuesto”, sostuvo.
“Invito a todos a realizar un pequeño ejercicio espiritual: que cada día nosotros vayamos a nuestra parroquia, a nuestra capilla; miremos la cruz de Jesús y nos arrodillemos ante el sagrario. Para renovar el entusiasmo de la fe lo que tenemos que hacer es vivir con los ojos fijos en Jesús. Por eso, insisto en este ejercicio espiritual, cada día mirar la cruz, cada día ir al sagrario y experimentar que allí Jesús está vivo y presente: ‘El Señor está allí y te llama’”, afirmó.
“Al hacer esto, ¿Qué nos sucederá? Vamos a experimentar la alegría incomparable de sentirnos amados profundamente por Jesús. Jesús es quien puede transformar la vida y enviarnos al cruce de los caminos para anunciar a todos el Amor de Dios: ‘La belleza del amor salvífico de Dios manifestado en Cristo crucificado y resucitado’”, continuó, citando la exhortación apostólica Evangelii Gaudium. “Les pido que mirándonos a los ojos, siempre podamos decirnos ¡Jesús te ama! ¡Jesús te envía!”, concluyó.
Este año, con motivo del 175º aniversario de la organización Infancia y Adolescencia Misionera (IAM), una de las Obras Misionales Pontificias (OMP), presentaron la propuesta de poder plantar 175 árboles en todo el país, para poder así formar un gran bosque de amigos de Jesús, y responder también a lo que el Papa nos propone en el cuidado de la casa común a través de su Encíclica Laudato si’. Por esa razón, durante la procesión se vivió un momento muy especial, cuando monseñor Malfa, junto con el director nacional de OMP, padre Jorge Faliszek SVD, que acompañó los encuentros; sacerdotes, jóvenes y niños junto con sus referentes parroquiales y la comunidad de Maipú, plantaron un árbol en la plaza central, en adhesión al jubileo de la IAM, siendo éste el sexto árbol que se planta en la diócesis.
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