Casi anónimos, laboralmente exigidos y sin salarios: por qué para los voluntarios, la experiencia en el Mundial Juvenil ya es “inolvidable”.
Con la indumentaria roja que los distingue, es prácticamente imposible no verlos: uno podría alzar la vista en cualquier sector del Estadio Diego Armando Maradona -también llamado Ciudad de La Plata, mejor y mal conocido como Estadio Único- y verlos ahí, a disposición de quien los precise.
Uno diría que son cientos, pero entre ellos deslegitiman la aproximación: en la sede bonaerense de la vigésima tercera Copa Mundial Juvenil masculina, el número apenas sobrepasa los ochenta; son los y las FIFA Volunteers, una cantidad de jóvenes (y no tanto) que decidieron aplicar en la solicitud ofrecida por la organización para trabajar de manera gratuita en el evento deportivo más importante (o al menos, el más trascendente) de los que pisaron la ciudad en la última década.
Con más de medio millón de inscriptos en la previa del Mundial de Qatar que la Selección Mayor de Argentina ganó en diciembre pasado, la Casa Matriz del fútbol internacional se jacta de haber impulsado y renovado en diciembre de 2020 “el mayor proyecto de ese tipo en el deporte global”. Para muestra, vale un botón: para los Juegos Olímpicos que se disputarán en París en 2024, el COI ya abrió el proceso para elegir a 45 mil personas que apoyarán a medios y deportistas.
En esta oportunidad y tras la cancelación de Indonesia como sede de esta Copa del Mundo a fines de marzo, los plazos fueron acelerados y la preparación, escasa: quienes se encargan de capacitar a los voluntarios en tiempo exprés se repiten en disculpas y aseguran, entre lamentos, que “normalmente trabajamos con un año de organización”.
¿Pero qué hace un voluntario? Las tareas son diversas y van desde apoyar en cada aeropuerto la llegada de distintas delegaciones, asistir a los funcionarios e invitados FIFA en cada evento o bien estar al servicio de la prensa en el Media HUB para subsanar cualquier necesidad de conexión, entre otras tareas. El sábado 20, en el ensayo y las pruebas de sonido previos a la primera jornada en el Estadio, las tareas de los voluntarios fueron más divertidas: debieron simular ser jugadores, árbitros o encargados de portar las banderas y logos.
La mayoría de edad y el dominio del inglés resultaron requisitos excluyentes de elegibilidad, aunque todos los voluntarios coinciden en que no debieron rendir un examen de nivel para ser aceptados.
Exigentes jornadas de ocho horas en dos turnos (de 9 a 17 y de 11 a 20 los días de partido) se suceden en esta sede donde se disputarán en total 18 encuentros, entre ellos una semifinal y la final del certamen: comenzaron una semana y media antes del inicio de la Copa del Mundo y se extenderán hasta las 20 horas del mismo día 11 de junio.
Como FIFA se encarga de aclarar en su plataforma de solicitud, la labor de los voluntarios no es remunerada, algo que parece no importarle en este caso a los inscriptos. “No sé si voy a tener la oportunidad de estar en otro evento FIFA -asegura Nicolás (26)- así que no quería dejar pasar la chance”.
Por su labor, cada voluntario recibió en su primer día la indumentaria completa que los distingue: un conjunto confeccionado por la firma alemana Adidas (sponsor oficial de la Copa del Mundo) que incluye desde las zapatillas y medias, joggins, remeras y chombas, hasta dos tipos diferentes de camperas rompevientos, todas ellas con el logo de la FIFA y la inscripción “FIFA VOLUNTEERS”. Quienes se tomaron el trabajo de googlear el valor del paquete, aseguran que “supera los 700 euros”, una cifra improbable pero también anecdótica. El combo incluye, además, vianda en doble turno los días de partido y la posibilidad de recibir una devolución del valor del transporte público.
“Más allá de la exigencia, que a veces es mucha, esto para mí es inolvidable. Nunca había tenido la oportunidad de hablar con gente de tantos países distintos y, encima, todos son recontra amables. No quiero que se termine”, asegura entre risas Nicolas, mientras sube y baja los escalones del sector de prensa asistiendo en un rudimentario pero comprensible inglés a un aparatoso equipo de comunicación japonés.
“Lo mejor que te deja todo, más allá de la ropa, es que si hacés bien tu trabajo, FIFA te tiene en cuenta para futuros voluntariados. Me encantaría poder estar en el Mundial 2026, pero ojo que La Plata no sea sede en 2030”, se ilusiona, antes de despedirse. Por WhatsApp recibe la indicación de que lo necesitan en la zona de palcos. Su lugar en el Media Center lo ocupará otro de sus compañeros y lo hará, al igual que él, con una sonrisa. Es la mueca que desprende la ilusión de formar parte de un evento que no por ser de menor escala deja de ser diferente a todos los demás.
Visto y oído en el Ciudad de La Plata
¿Mate? No señor.- Desagradable sorpresa se llevaron aquellos curiosos argentinos y un nutrido grupo de uruguayos que se acercaron entre domingo y lunes para seguir las acciones de las primeras jornadas de la Copa del Mundo Sub-20: es que en el perímetro de ingreso fueron rechazados todos aquellos que intentaron entrar con su equipo de mate. Los no pocos damnificados no encontraron mejor alternativa que regresar a sus vehículos a descartarlos, mientras que aquellos platenses curiosos, ofuscados, optaron por volver a sus domicilios particulares sin ver fútbol. Tomando mate, eso sí.
Esos raros anuncios nuevos.- Ya el sábado en el debut de Argentina llamó la atención y en La Plata el sistema también hizo su estreno: es la nueva decisión de la FIFA de que el árbitro comunique por micrófono para el estadio sobre la resolución de jugadas que se observan en el VAR. La aplicación, no muy diferente de los ampulosos gestos que se acostumbran para señalar “penal” o no, sí trajo una reacción inesperada del público. La alegre expectativa que el árbitro costarricense Juan Calderón despertó el domingo en la hinchada colombiana luego de revisar una jugada y la casi actoral pausa que emitió después de decir “Mi decisión final es… penal” fue celebrada como un gol por el populoso público de la tricolor.
Hostilidad con los chicos ingleses.– Aunque no fue precisamente sorprendente, sí fue especialmente ruidosa la silbatina que el público que asistió este lunes al Diego Maradona les dedicó a los juveniles de la Selección de Inglaterra en su duelo ante Túnez en la salida del campo de juego. Tan incómoda fue la situación para los británicos que ante el gol de Scarlett que les dio el triunfo, no disimularon su bronca al gritarlo de cara al público que ocupó la platea Sur del Estadio. Los hinchas, naturalmente, respondieron con más y más silbidos.
Procedió Maslatón.– El abogado y economista mediático Carlos Maslaton, de fuerte presencia en las redes sociales y protagonista de un divertido cruce en las últimas horas con la vicepresidenta Cristina Fernández, asistió al partido entre Israel y Colombia y fue un furor entre los hinchas que intentaron sacarse con él una foto. “Estoy feliz de estar en este Estadio Único de La Plata, contento de que el Mundial se haya hecho acá en Argentina. Gran decisión del ‘Chiqui’ Tapia” aseguró, gaseosa en mano, mientras ocupaba su lugar en la platea.
Presencia de Primera. Nicolás Sánchez (18), volante de la Primera División de Gimnasia de La Plata, fue uno más entre los hinchas que asistieron el domingo al estadio. El mediocampista central (categoría 2004) oriundo de Villa General Savio, en el partido bonaerense de Ramallo, casualmente fue titular el viernes ocupando en la mitad de la cancha el lugar del bolivarense Ignacio Miramón (2003), quien ingresó en el segundo tiempo del triunfo de Argentina ante Uzbekistán. (DIB) LT GML