Coronavirus en la Argentina
Elena Rojas tenía 62 años y trabajaba en el Sanatorio San Carlos
“La doctora era una excelente profesional. Muy profesional. Qué mujer tan dedicada a la salud”. Así la recordó Jonatan, uno de los enfermeros, que trabajó durante los últimos 20 años junto a Elena Rojas. Esta mujer de 62 años y dos hijos es otra trabajadora de la salud que deja la vida en el combate contra el coronavirus. Murió durante la madrugada de este martes y es una de las cinco víctimas fatales dentro del Sanatorio San Carlos recientemente intervenido por el Estado después de comprobarse una larga lista de irregularidades en el manejo de la pandemia.
“Estoy muy apenado por la partida de ella. Yo tenía 20 años cuando ingresé a la terapia intensiva y apenas estaba dando mis primeros pasos y ella estaba detrás de mí, atenta, sacándome dudas, me enseñó muchas cosas. Siempre decía ‘a Jonathan lo vi crecer, ¡era flaquito!’. Tengo muy buenos recuerdos”, contó emocionado el enfermero, quien compartió con Rojas la atención de los pacientes en Terapia Intensiva, hasta que llegó el COVID-19 y él pasó a atender a los jubilados aislados por ser casos positivos o sospechosos de coronavirus.
Rojas tenía dos hijos. Se trata de la quinta muerte dentro de la clínica San Carlos y la cuarta contabilizada en Escobar, donde la médica vivía desde siempre. “Dio su vida por mucha gente, que descanse en paz”, comentó a este medio Lucía, otra trabajadora de la salud de la clínica, que desde el 2 de mayo volverá a funcionar pero ya bajo la gestión pública, dado que el gobierno de Escobar decidió municipalizar este centro de atención.
Ubicado sobre la Ruta 26, en la localidad de Maquinista Savio, al límite con el partido de Pilar, el Sanatorio San Carlos era el centro de salud de referencia para 22 mil afiliados al PAMI de toda la «Región norte 2″, una zona de clases media y baja. El intendente Ariel Sujarchuk ya había anunciado el año pasado la intención de comprar la clínica por entonces sospechada de manejos no del todo claros en la administración, lo que para algunos podía aproximarse a la sospecha de vaciamiento.
Rojas había sido enfermera durante muchos años y luego estudió Medicina. Trabajó en el Hospital Provincial Erill, también de Escobar, y durante la última década y media fue una de las médicas del San Carlos. Ya jubilada e incluso ante la pandemia del COVID, Elena decidió trabajar igual.
Si bien no trataba con los casos sospechosos o aislados, se estima que la médica se contagió el virus allí mismo, porque no fue la única trabajadora de la salud de Terapia Intensiva en contraer el coronavirus: el primer diagnosticado positivo de San Carlos, de hecho, fue el jefe médico de esa área de la clínica. “Y ellos siempre tuvieron contacto estrecho”, contó uno de los empleados.
San Carlos está cerrada como consecuencia del escándalo que terminó en su intervención. El Municipio decidió testear a todo el personal (unos 240 trabajadores) y retomar la actividad el 2 de mayo, con los resultados de esas pruebas.
“Durante el tiempo que transcurra hasta tener el resultado de los hisopados –entre tres y cuatro días–, la Secretaría de Salud evaluará de manera coordinada con el PAMI y la cartera sanitaria de la provincia de Buenos Aires las necesidades operativas de la clínica, tanto a nivel de recursos humanos como de insumos de bioseguridad, para recuperar su normal funcionamiento a partir del 2 de mayo, fecha estimada para la reapertura parcial de la clínica”, comentaron a Infobae fuentes del Municipio.
Sujarchuk lamentó públicamente la muerte de Rojas. “Quiero expresar mi profunda consternación por la partida de la Dra. Elena Rojas, una mujer amada por sus hijos, queridísima por sus colegas y con una enorme vocación de servicio. Hoy amanecimos con la triste noticia de su partida, a causa de esta pandemia que azota al mundo y que se cobra la vida de personas tan valiosas para nuestra comunidad”, posteó el jefe comunal de Escobar en sus redes sociales.
Según explicó el intendente Sujarchuk a Infobae días atrás, las negociaciones para municipalizar la clínica habían empezado a fines de 2019 luego de que los dueños admitieran su interés en venderla. Según el intendente, el plan era tomar la operación de la clínica a principios de abril, pero en el medio apareció la pandemia. En marzo, el Concejo Deliberante había autorizado al intendente a firmar un acuerdo para su adquisición.
“Cuando empezó la pandemia, los dueños entraron en una etapa de especulación porque querían renegociar los términos del contrato. Ellos provocaron la situación de desidia y emergencia en la que se encuentra la clínica en la actualidad. Además, en el marco de los nuevos protocolos, empezamos a recibir denuncias de casos positivos e incumplimientos de las medidas de seguridad sanitaria”, detalló Sujarchuk, quien aseguró: “Les marcamos todas las irregularidades pero igualmente no implementaron los protocolos. Entonces avisamos a PAMI y a Salud para intervenir inmediatamente”.
Los trabajadores de San Carlos denunciaron, de hecho, la falta de insumos de protección para el personal de salud, la negativa a realizarles hisopados tras la detección del primer caso positivo y el desecho de residuos patogénicos en bolsas comunes.
“Como no hacían hisopados, no se sabía cuántos contagios había y seguían atendiendo. El miércoles recibimos la denuncia de los residuos, el viernes hicimos el traspaso de acciones y se dispuso la inmediata evacuación del edificio”, dijo Sujarchuk.
Algunos empleados contaron a este medio que faltaban camisolines, barbijos y alcohol en gel. Y que incluso tuvieron que hacer una “vaquita” para comprar elementos por sus propios medios ante la indiferencia de los propietarios. “Del turno de ocho horas estábamos cuatro sin poder trabajar”, comentaron.
Días atrás un video con imágenes muy crudas se viralizó. Lo filmó el hijo de un jubilado internado. Se pudieron ver las condiciones pésimas en las que estaban los pacientes. En ese contexto de desidia e irresponsabilidad, Elena Rojas se contagió el virus y finalmente murió.
“Tengo mucha gratitud hacia ella, porque todo lo que soy como enfermero de Terapia lo soy gracias a ella, que siempre me enseñó, hasta el último día”, lamentó entre lágrimas Jonatan. Lo dijo en su nombre y en el del resto de los compañeros de una médica que dejó la vida por su vocación. (Infobae – Por Fernando Soriano)