Manuel Lozano, de Fundación Sí
El director de la Fundación Sí, Manuel Lozano,aseguró que detrás de cada una de las personas en situación de calle “hay una historia de dolor” y en ese sentido explicó que la problemática es “mucho más compleja” porque hay una “multiplicidad de causas” que se deben abordar para buscar una solución. Lozano recorre las calles de la ciudad y distintos barrios de la provincia de Buenos Aires y del país junto a otros voluntarios para asistir durante los 365 días a gente en situación de calle. Además, desde la Fundación Sí desarrolla proyectos educativos, jornadas solidarias y arma equipos para ayudar en catástrofes mediante la participación comunitaria.
–¿Cómo está viendo hoy a la gente en situación de calle?
–La situación que veo en la calle es compleja. Hoy, el año pasado, claramente nadie quisiera elegir la calle como un lugar para vivir. No es un lugar ni digno, ni apto para que alguien que está en la calle viva. Es una situación compleja, sobretodo porque quienes están en la calle llegan con una multiplicidad de causas, en las que abunda el dolor, el abandono, la violencia, el abuso sexual, y eso es lo que torna la problemática más compleja aún. No está directamente ligada a lo económico, si bien eso influye y mucho.
–¿Y usted vio un crecimiento en este último tiempo? Porque el gobierno habla de 1091 personas y Proyecto 7, de más de 6300.
–No soy de atarme a los números, te puedo decir de la gente con la que nosotros trabajamos que no es toda y la verdad siento que el debate de cuántos son hace que perdamos energía en el trabajo que hay que hace que para mí es mucho, lo que se hace todavía no es suficiente, ni de parte del gobierno, ni de parte de la sociedad, ni de parte de todos los que podemos hacer algo para que cada una de estas personas puedan tener una realidad mejor. Yo soy de concentrarme más en nuestro laburo, pero más allá de la diferencia de los números, todos los que establecen cifras coinciden en que hubo un aumento que de acuerdo a las cifras oficiales fue del 26 por ciento, por lo que si la situación era compleja, que haya un aumento obviamente se complejiza aún más porque significa que hay mucha más gente durmiendo en la vereda. Y en esos números no están contemplados todos los que duermen en los paradores, todos los que residen en sociedad habitacional, que son soluciones temporarias y que no hacen que la persona tenga el problema de vivienda resuelto. Si uno pensara en todos ellos el número se incrementaría mucho más aún.
–¿Cuáles son las razones por las que hay gente viviendo en la calle?
–Lo podemos resumir en una sociedad que no los incluye, pero entrando más profundamente, hay una historia de dolor detrás y uno de los grandes temas es lo que cada una de las personas que hoy encontramos en la calle padecieron tanto en la infancia como en la adolescencia, eso es casi una causa común en todos, después cada uno tiene sus particularidades pero la historia muy traumática en la infancia y en la adolescencia es algo común en la mayoría y que hizo que las redes de cada uno se fuera acortando. Para que se entienda la diferencia, si cualquiera de nosotros hoy se quedara sin trabajo tendríamos algún primo, hermano, pareja, amigo que nos tiraría un colchón en el living y no estaríamos durmiendo inmediatamente en la calle. Hubo algo más que la red de contactos y los vínculos se vayan cortando. Por eso es tan compleja de abordar esa problemática, si cada uno de nosotros fuera millonario y tuviéramos la posibilidad de construirle una casa a cada una de estas personas, sino resolviéramos las otras problemáticas que padecen, muchos seguirían igual durmiendo en la calle.
–¿Qué son las cosas que le falta hacer al Estado y qué cosas le falta hacer a la sociedad en esta problemática?
–Soy partidario de pensar que ante una problemática social todos tenemos nuestro grado de responsabilidad. No tiene la misma responsabilidad el Ministerio de Desarrollo Social que un vecino, pero todos tenemos algún grado de responsabilidad, porque todos tenemos la posibilidad de hacer algo. Siempre pongo el ejemplo de una persona que llegó a la calle y que tiene antecedentes penales, en el momento de querer trabajar le es muy difícil, porque la mayoría de las empresas, cuando les salta un antecedente penal, no lo toman. No hay una segunda oportunidad para esa persona, pero pretendemos que deje la calle, sin trabajar cómo va a dejar la calle. Es un círculo vicioso, si no le damos una segunda oportunidad, difícilmente podamos romperla.
–¿Cómo está viendo este invierno en la calle?
–Este invierno tiene la característica de que es más duro en cuanto a las temperaturas. Me animo a decir que hace dos o tres años que no hacía el frío que está haciendo este invierno y obviamente para quienes están hoy en la calle es aún más duro estar, hace que se consuma más alcohol para poder sobrepasar la noche. Siempre el invierno se complejiza más, más allá de que nuestro trabajo es todo el año porque nosotros las recorridas las hacemos los 365 días, porque para poder hacer el seguimiento de las diferentes historias y abordajes para que puedan dejar la calle hace falta trabajar todos los meses.
–¿Está funcionando el Operativo Frío?
–Nosotros trabajamos de forma independiente, así que no sobre los detalles del Operativo no sería la persona acertada para decírtelo pero creo que la contención tiene que estar todo el año y no solamente de acuerdo a la temperatura.
–¿Y cuál es la problemática de los paradores?
–Me parece que tiene que ver más con el recurso humano que con la capacidad edilicia. De hecho con el Operativo Frío se abren nuevos y son temporarios, y es cuando la gente más accede a ir. La realidad es que si pusiéramos a dormir en un lugar a 200 personas que no se conocen, aunque no vivan en la calle, 200 personas de clase media que sacamos de sus casas y las ponemos a dormir juntos, seguramente habría conflicto. Porque no se conocen, cada uno tiene sus mañas. Si en vez de esas personas que imaginamos sacar de su casa, las sacamos de la calle con esta problemática, las adicciones y demás, y la convivencia en un parador es compleja. El desafío es sumar más recursos humanos para que se haga un trabajo con cada una de estas personas. Aprovechando que están durmiendo ahí para que después no vuelvan a la calle.
–¿La situación de las mujeres hoy en la calle?
–En calle la mayoría son adultos hombres, sobre todo en el momento en el que nosotros trabajamos, que es a la noche porque, durante el día mucha gente de la que ve en la calle pidiendo, muchos de los chicos que uno ve, después a la noche se van a dormir a algún lado y nosotros a la noche no los encontramos. A la noche, que es cuando nosotros salimos, la mayoría son hombres, lo que sí ha pasado es que hay mujeres, hay chicos, hay familias enteras, pero cada vez llegan a la calle más jóvenes.
Fuente: Página 12
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