El Senado de la Nación debía decidir aye a la tarde si autorizaba la realización de allanamientos a los domicilios de Cristina Fernández en Río Gallegos, El Calafate y Buenos Aires. Pero sólo faltó la presencia de un senador para lograr el quorum necesario para el tratamiento en el recinto. Por lo que Gabriela Michetti debió levantar la sesión que, en principio, se tratará la semana próxima.
Hubo 36 senadores sentados y faltó uno solo, ya que con 37 se iniciaba la discusión. A pesar de la amplia concurrencia del bloque oficialista, el mismo tuvo ausencias: Esteban Bullrich se encuentra de vacaciones en Italia, y pudo haberle dado el número necesario al oficialismo. Lo curioso es que Bullrich está de viaje por Italia y tiene previsto un encuentro con el Papa Francisco.
La cercanía de Cristina al Sumo Pontífice y los gestos que se prodigaron esta semana -la expresidenta entró a Comodoro Py acompañada de dos de los dirigentes de más confianza de Francisco, Juan Grabois y Eduardo Valdés- dieron rienda suelta a la versión de que una nueva «ayuda» del Jefe del Vaticano a la expresidenta.
Los procedimientos se dan en el marco de la investigación que lleva adelante el juez federal Claudio Bonadío a partir de la aparición de los cuadernos del ex chofer, Oscar Centeno.
La decisión divide al bloque justicialista que preside Miguel Pichetto y del cual depende la aprobación de tal iniciativa. Si bien, el senador emitió un comunicado donde sostuvo: “Ratifico la posición que públicamente he planteado en el sentido de que el pedido de allanamiento, una vez que el juez amplió sus fundamentos resolutivos, no debe ser trabado toda vez que se trata de una medida de prueba y no se puede impedir la prosecución de la investigación», hay expectativa por la resolución.
A pesar de eso, el senador se opone a un eventual desafuero hasta que exista una condena firme sobre CFK y dio “libertad de acción” al resto de los integrantes del bloque.
Ayer en diferentes ciudades del país, las calles amanecieron con múltiples pintadas para respaldar a Cristina y presionar a Pichetto, al igual que las redes sociales que fueron inundadas con consignas en contra y a favor de los allanamientos.
«Es la nueva estrategia regional para proscribir dirigentes, movimientos y fuerzas políticas que ampliaron derechos y permitieron salir de la pobreza a millones de personas durante la primera década y media del siglo XXI», escribió la expresidenta en Twitter, donde siguió: “Hoy, Bonadío vuelve a citarme a indagatoria acusándome de ser la jefa de una nueva asociación ilícita. Esta vez con los principales empresarios de la construcción. Ya voy por la cuarta organización delictiva. Eso sí, siempre soy la jefa”.
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