Patricia Bermúdez, representante de lucha en Londres 2012 y Río 2016, que busca una plaza para Tokio 2021, cuenta su vivencia con la enfermedad.
“Hoy, día 11 de aislamiento por Covid positivo. Después de tantas idas y vueltas a la clínica por falta de aire, mareos, presión en el pecho… No me fue nada fácil. Hoy les escribo porque escuché a más de uno que dicen que a los deportistas nos agarra leve, que es solo un resfrío y bla bla bla. Por favor, tengamos conciencia, cuidémonos entre todos. No es joda, a mí me toco despedir a muchos seres queridos por esta enfermedad. Gracias a Dios mi marido y yo estamos mejorando. Aún nos faltan días pero no hay que perder la fe que de esto se sale TODOS JUNTOS”.
El texto le corresponde a Patricia Bermúdez, integrante de la selección argentina de lucha, representante olímpica en los Juegos de Londres 2012 y Río de Janeiro 2016. Lo publicó el 22 de noviembre en sus redes sociales, hace ya tres semanas. Desde entonces, ella ya está mucho mejor y va retomando las actividades, aunque descubre que el regreso es más complejo de lo que se imaginaba.
“La verdad, nunca pensé que me iba a pegar tan duro”, le cuenta a la Agencia DIB Bermúdez, santiagueña de 33 años, quien a la par de ser luchadora olímpica -y en realidad desde antes- es también cabo de la Gendarmería Nacional Argentina. “Ya lo había vivido antes con mis compañeros, en mi lugar de trabajo. Hubo un momento en que cayeron casi todos, algunos con síntomas, y que no la pasaron tan bien; otros no tuvieron nada. Y entre todos sacábamos la conclusión de que yo había zafado porque soy deportista, atleta, y que si me agarraba iba a ser solo un resfrío”. Y en ese punto, admite: “Lo subestimé. Si bien nunca dejé de cuidarme, ya no le tenía miedo”.
“Después de estar tanto tiempo encerrada”, Bermúdez se entrenaba en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Cenard). “Era el único lugar que recorría. Y del Cenard a casa, o como mucho al supermercado, tomando las medidas. Pero me contagié igual, y la verdad que me pegó feo”, le explica a DIB. “Feo en el sentido de que sentía que me moría”, grafica. “Empecé con los mareos y después vinieron la presión en el pecho, la falta de aire, el pulso que se subía de repente estando en reposo y eso me asustaba muchísimo, porque pasaron varios días y no pasaba, no pasaba. A veces lloraba porque no lo podía sostener, no lo podía controlar, era una cosa horrible”. Su vida no corrió peligro, pero “miedo, ni te cuento”, admite. “Fue horrible, y lo peor de todo es que estaba resignada. Estaba sin aire, era patético…”.
Por estos días, Bermúdez va retomando los entrenamientos. No es grupo de riesgo, se cuidó, se contagió y no la pasó nada bien. “Justamente por eso subí una publicación en mi Facebook, explicando esta situación, para que se tome conciencia. Escuché de muchos que a mí por ser deportista me iba a pegar como un resfrío, que me iba a sentir un poco cansada, que no era nada. Conté lo que me pasó, que no fue nada lindo, y que a mí me tocó despedir gente también por este bicho de mierda”. Y cuenta la experiencia de un conocido de la fuerza que en su segundo positivo de Covid estuvo más de un mes en terapia intensiva. “No es joda”, insiste. “Por eso en el escrito me basé mucho en que hay que tener conciencia porque nunca se sabe cómo te pega. Y además, puede ser que seas asintomático, pero eso no significa que no puedas contagiar y no sabés cómo le va a pegar al otro. Era más o menos dar ese mensaje porque no me quiero imaginar cómo la pasan las personas que estén realmente graves y que tienen algún problema médico”. Y cierra: “Yo, deportista, nunca tuve nada, y me pegó así. Imaginate”.
Muy de a poco
Patricia Bermúdez compitió en los Juegos Olímpicos de Londres y en los de Río de Janeiro; en estos últimos culminó cuarta, muy cerca de la medalla de bronce. Y ahora intenta retomar los entrenamientos con vistas a la clasificación a los Juegos Olímpicos de Tokio, reprogramados para julio y agosto de 2021. “En la medida que fueron pasando los días, se me fueron yendo los síntomas”, le describe a la Agencia DIB. “Pero sí me quedaron algunas contracturas, como por ejemplo en la espalda, y cansancio, me canso mucho: hago pocos esfuerzos y me muero”, explica. “Troto, camino, voy retomando la actividad. Pero me canso muchísimo, muchísimo, muchísimo. Esto la verdad que te mata, te entra por todos lados, y cuesta. Tengo amigos que recién se recuperaron a los tres, cuatro meses”.
Extremo opuesto
En el marco de otra nota, Agencia DIB había consultado acerca de su experiencia personal con el positivo de Covid-19 a otra deportista, campeona panamericana ella, y que también busca su clasificación olímpica en otra disciplina. “Nada, no tuve nada, ni una línea de fiebre. Solo un papel que decía que tenía coronavirus, nada más”. (DIB) GML
Por Gastón M. Luppi, de la redacción de DIB.