Carta del Lector
La estrella Polar o estrella del Norte, fue el elemento utilizado en la antigüedad por los viajeros de medios terrestres como acuáticos para guiarse y así llegar al lugar pretendido. Entonces perder el Norte significaba perder el rumbo.
Cuando giramos y miramos hacia los cuatro puntos cardinales no podemos dejar de reconocer que quienes nos dirigen han perdido el norte y nosotros nos tornamos incapaces de cambiar el rumbo y en muchos casos decidimos pasar desapercibidos y dejar que hagan, como si de esta manera la injusticia y dolor fueran menores y sin embargo de esa situación se desprenderán en cascada la bronca, la angustia y el resentimiento propio de quienes a manos de inescrupulosos son violentados tanto a nivel físico como emocional y de ahí en adelante el efecto dominó es devastador.
Quienes no entran en la lista de los genuflexos son rotulados con calificativos acorde a quienes los administran
“Vivimos tiempos críticos difíciles de manejar”…reza un versículo de la Biblia en alusión a las tremendas situaciones que se vivirían, todas juntas, llegado el tiempo en el que, para los creyentes cristianos, sería el fin de sistema de cosas actual y en 2 Timoteo enumera detalladamente las características de los hombres que no tienen como guía y norte la palabra de Dios, “traicioneros, testarudos, hinchados de orgullo, amadores de placeres más bien que amadores de Dios, presumidos altivos, blasfemos, desobedientes a los padres, desagradecidos y desleales, sin tener cariño natural, no dispuestos a ningún acuerdo, calumniadores, sin autodominio, feroces, sin amor del bien…” y esto es lo que vivimos a diario y en esa carrera vertiginosa por defendernos muchas veces descendemos al mismo nivel de estos depredadores y sin darnos cuenta se va desdibujando el Norte e inevitablemente se va perdiendo el rumbo.
Alguien dijo que no se pueden obtener distintos resultados haciendo siempre las cosas del mismo modo, entonces es hora de cambiar el rumbo, de poner en valor los valores perdidos, de expresar hasta con la piel que somos muchos los que hemos tomado otro camino, los que vamos para otro lado, los que pagamos el precio de no ser del rebaño de los que no tienen dignidad.
Fernanda Romero