Las subas de tarifas del servicio eléctrico, que acumulan cerca de 1.500 por ciento desde la llegada de Mauricio Macri, empiezan a tener su impacto en las estadísticas de morosidad y en la cantidad de usuarios a los que, por falta de pago, se les retira el medidor, con lo cual se quedan sin servicio.
En las últimas semanas se conocieron casos de personas consumidores para los cuales la prestación de servicio era cuestión de vida o muerte. El de Valentino, de 5 años, que falleció a fines de junio luego de que su familia no pudiera afrontar un gasto de 60 mil pesos y EDESUR procediera a cortarle el suministro es tan sólo uno de ellos.
Incluso en el interior, donde operan cooperativas, que no aplican la lógica de hierro de las distribuidoras nacionales, se registra un incremento de los cortes por falta de pago del servicio. Distintas consultas efectuadas por este portal se encontraron con un aumento de entre el 25 y el 60 por ciento de incremento en las notificaciones de deuda.
“Se está viendo un incremento de morosidad y dificultades de recupero de deuda”, admitió el presidente de la cooperativa Los Toldos ante la consulta de INFOCIELO. “Aumentamos en 25 por ciento la cantidad de avisos que tenemos que mandar y hacemos lo imposible para evitar la suspensión del servicio”, agregó la fuente.
En Bolívar, la situación es todavía peor: “el saldo por mora a Junio representaba el 61.70 por ciento del total de facturación”; aseguraron desde la cooperativa portal, también ante un requerimiento de este portal. La morosidad fue en incremento a lo largo de todo el año: en mayo fue de 20 por ciento, en abril 8 por ciento y en marzo del 5 por ciento.
En cuanto a los cortes, en el mes de Mayo fueron de 439 y en el mes de Junio de 349, de los cuales se reconectaron en ambos meses 546.
La realidad no escapa a distritos más grandes. José Rigane, secretario general de Luz y Fuerza de Mar del Plata, reconoció que “se han incrementado” los cortes por falta de pago. Y aseguró que la situación empieza a parecerse a la de 1999, cuando el malestar y los reclamos se tradujeron en la implementación de la tarifa de interés social.
“El sindicato participa de asambleas y asesora a los consumidores para que tramiten tarifa social o incluso para interpretar las facturas. La gente está muy preocupada porque es consciente de que no va a poder pagar esos aumentos”, afirmó.
La situación preocupa y mucho en todo el interior, al punto que es tema de conversación en cada reunión de coopertivistas. “El problema es que empieza a aparecer gente que nunca antes estuvo en mora”, explicó el gerente de otra cooperativa que prefirió resguardar su identidad.
Todos los actores del sector reconocen que siempre existieron niveles de morosidad y gente que espera hasta el aviso de deuda para cancelar la cuota, pero ahora “aguardan el aviso de corte para llegar a un acuerdo con la cooperativa”. Incluso hay una tendencia a pagar las boletas con cheques diferidos. Y advierten que la tendencia “no se modifica”.
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