El Gobierno nacional resolvió postergar hasta enero del 2020 el aumento en las tarifas de gas que debía regir en octubre próximo. La decisión se tomó para evitar mal humor social con los tarifazos y otro golpe al bolsillo en el mes de las elecciones generales.
Este aplazo se suma a otras medidas similares de este año, que frenaron el impacto del tarifazo en los hogares argentinos, y el efecto de la fuerte devaluación post-PASO.
El aumento de 29% que comenzó a regir en abril se pagó escalonado en tres cuotas acumulativas: 10% en abril, 9,1% en mayo y 7,5% en junio.
Los incrementos en los meses de mayor consumo (julio, agosto y septiembre) también se postergaron hasta diciembre y el verano 2020, con un descuento de 22% (Resolución 336/2019).
El “diferencial estacional” de julio a septiembre se abonará en 4 cuotas consecutivas de diciembre a marzo de 2020.
El costo de postergar estos pagos será absorbido por el Estado Nacional, que desembolsará una compensación a las gasíferas de al menos $ 4.500 millones extras a lo presupuestado.
A fin de año, tras las elecciones y con tras la asunción del presidente, la tarifa de gas tendrá una suba acumulada de al menos 60% a pesar del aplazamiento del ajuste. Podría llegar al doble con la nueva postergación.
Este panorama, que el experto en energía Federico Bernal describió como un truco para que las tarifas sean impagables siempre, se agravó con la reciente decisión del Gobierno nacional.