El diputado Julio Cobos presentó un proyecto. La idea es tener más horas de luz natural. Además de la energía, afirman que mejora el aprendizaje. Apoyo científico.
El diputado Julio Cobos volvió a presentar un proyecto para modificar la hora en Argentina, con el objetivo de “mejorar la eficiencia” energética y optimizar el aprendizaje de los alumnos en las escuelas.
La idea de Cobos –atrasar una hora los relojes- se basa en que Argentina existe un “desfasaje entre la hora oficial (-3) y el huso horario que realmente nos corresponde (-4)”, lo que según el legislador “provoca varios inconvenientes”.
“Argentina se encuentra casi en su totalidad dentro del huso horario de 4 horas al Oeste de Greenwich, solamente la zona cordillerana ingresa en el Huso -5; sin embargo usamos la hora del Huso -3. Además, parte de Brasil, Paraguay, Bolivia, Venezuela y Chile hoy están en el Huso -4”, remarcó el diputado radical.
“La educación es uno de los principales sectores damnificados en el desfasaje entre la hora solar y la hora oficial. La gran mayoría de los alumnos en Argentina comienzan su jornada en plena oscuridad, produciéndose un efecto negativo en su desempeño escolar. Actualmente en Mendoza, la hora reloj de inicio de las actividades escolares es a las 8 de la mañana, pero en realidad corresponde a las 6:30 de la hora solar”, argumentó el ex gobernador de Mendoza.
En su argumentación, citó un estudio del Conicet a través del Instituto Nacional de Ambiente, Hábitat y Energía (INAHE,) y afirmó: “Argentina hoy tiene una de las mayores diferencias entre la hora solar y la hora oficial, lo que afecta no solo al consumo de electricidad sino también al desempeño escolar. Necesitamos lograr una mayor coincidencia entre la hora solar y la oficial”.
Argentina comenzó a modificar su huso horario en 1930, cuando para el verano adoptó la zona horaria -3, y para el invierno la zona horaria -4. El que lo dejó en claro con ejemplos y mapas fue el biólogo e investigador del CONICET, Diego Golombek.
“Si contamos las alternancias verano invierno, en Argentina hemos cambiado la zona horaria unas 57 veces. Lo peor es claramente la alternancia en verano a huso horario -2: si ya estábamos en la punta de Brasil, en el verano pasábamos a estar en medio del Atlántico. Como dijo algún periodista, estábamos ‘azorados’, pero no sorprendidos, sino en las islas Azores…”, publicó en las redes sociales Golombek.
“Estar en el huso horario adecuado a nuestro lugar en el mundo hace que nos expongamos a la luz adecuada para la salud, el sueño y el alerta”, añadió el científico.
Tras la nueva presentación de Cobos en Diputados, Golombek se ofreció a colaborar: “Nuestro Laboratorio del Tiempo trabaja en estos temas y estamos muy dispuestos a asesorar en el cambio de horario necesario, y todo lo relacionado a ritmos circadianos, sueño y salud pública”.
Y Cobos respondió: “Muchas gracias, Diego Golombek por tu predisposición. Sé de tu conocimiento en el tema y sería muy bueno que participes en la discusión cuando lo tratemos en las comisiones. Es importante que avance y se concrete”.
Hasta 2009, para aprovecha la luz solar y ahorrar energía, la Argentina tenía un “horario de verano”. Este regía entre noviembre o diciembre hasta febrero o marzo, período durante el cual había que adelantar los relojes para estar en el huso horario -2.
Durante el último cambio, entre octubre de 2008 y marzo de 2009, el huso fue -2, salvo para las provincias de Catamarca, Chubut, Jujuy, La Pampa, La Rioja, Mendoza, Neuquén, Río Negro, Salta, San Juan, San Luis, Santa Cruz y Tierra del Fuego, que permanecieron con el -3. Esta diferencia con el UTC está relacionada con la Ley 26.350, promulgada en 2007, que establece como HOA durante el invierno el huso horario -3 y durante el verano el huso -2. Sin embargo, desde 2009, el horario de invierno se mantiene durante todo el año. (DIB)