Es hijo de Cristina Navajas y Julio Santucho y descendiente de la abuela Nélida Navajas.
La Asociación Abuelas de Plaza de Mayo anunció este viernes la recuperación de la identidad del nieto 133 en una conferencia brindada en el auditorio de la Casa por la Identidad del Espacio Memoria y Derechos Humanos exEsma, donde se reveló que se trata del hijo de Cristina Navajas y Julio Santucho y descendiente de la abuela Nélida Navajas.
“Hoy honramos a Nélida y a todas las Abuelas que nunca perdieron la esperanza de encontrar a sus seres queridos. Encontramos al hijo de Cristina Navajas y Julio Santucho, el nieto de la Abuela Nélida Navajas”, señaló en la conferencia hoy la presidenta de Abuelas, Estela Barnes de Carlotto.
Abuelas informó que Nélida a través de testimonios de sobrevivientes confirmó que el embarazo de su hija había seguido su curso. “El mensaje traía implícito la determinación de que su hijo nacería y el pedido de que lo sigan buscando. Nélida nunca perdió las esperanzas”, indicó Carlotto.
La presidenta de Abuelas destacó que Nélida “recorrió el mundo buscando un método para identificar a los nietos y nietas” de miles de desaparecidos por la última dictadura cívico militar. “Entre detenidos, asesinados y exiliados los Santucho suman una veintena, diez de ellos aún desaparecidos y un niño buscado”, indicó Carlotto al leer un comunicado.
Miguel “Tano” Santucho, hermano del nieto 133 y quien participó activamente de la búsqueda, dijo que “haber podido encontrar a mi hermano demostró lo fuerte y valiosa que fue mi mamá en ese momento, cómo pudo seguir luchando y defendiendo la vida”.
“Mi primer pensamiento fue y siempre va a ser para mi mamá y mi abuela que siguen viviendo en mí y en todas estas búsquedas. No estaría acá sin ellas”, indicó.
En tanto, Julio Santucho, padre del nieto recuperado, recordó a Cristina Navajas: “Sé el calvario que tuvo que pasar. Que a pesar de eso haya tenido fuerza de voluntad parta dar a luz a este hijo es maravilloso, es una demostración de su fuerte carácter”.
Además, expresó: “Pienso que a pesar de lo duro que es, lo mejor que pude hacer fue decirles a los chicos la verdad: que su mamá no está por culpa de los militares”.
La historia
A través de un comunicado, Abuelas contó que Cristina Navajas y Julio Santucho se conocieron en la facultad e integraban el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT).Se casaron en 1971 y tuvieron en 1973 a su primer hijo, Camilo, y en 1975 a Miguel. Cristina fue desaparecida, embarazada, el 13 de julio de 1976.
“El operativo fue en un departamento de la familia Santucho, en Avenida Warnes 735, donde estaba viviendo su cuñada, Manuela, con su hijo Diego, de un año. Cristina se encontraba allí con sus hijos de casualidad. Además, estaba con ellas otra compañera de militancia, Alicia D’Ambra, también embarazada de un bebé que seguimos buscando”, señalaron desde Abuelas.
Y agregaron: “Una patota secuestró a las tres mujeres y dejó a los tres niños solos en el departamento. Una vecina avisó a Nélida sobre lo ocurrido, pero nadie se acercó a auxiliarlos. Nélida fue a buscar a los chicos con Jorge, su hijo menor, y ya desde la entrada pudo escuchar los llantos y gritos de sus nietos. Allí encontró una cartera y adentro una carta que Cristina no llegó a enviarle a Julio, donde le mencionaba un atraso y se manifestaba convencida de estar embarazada”.
Las tres mujeres secuestradas fueron vistas en Orletti, centro clandestino bajo las órdenes del Servicio de Inteligencia del Estado (SIDE), en el barrio porteño de Floresta. Allí “fueron torturadas con brutalidad, en especial Manuela y Cristina, por pertenecer a la familia Santucho. Además, pasaron por el centro clandestino Proto Banco y por el Pozo de Banfield. “Cristina llegó allí con un embarazo avanzado. Por el testimonio de la sobreviviente Adriana Calvo, se estima que Cristina estuvo en el Pozo de Banfield hasta el 25 de abril de 1977”, indica el escrito de Abuelas.
Sobre la recuperación de la identidad, señalaron que el nieto 133 “fue anotado como hijo propio por un integrante de las fuerzas de seguridad y una enfermera, el 24 de marzo de 1977” y que “se acercó a Abuelas de manera espontánea”. Y agregaron: “Desde joven, tuvo dudas de su identidad, fue criado como hijo único, con una hermana 20 años mayor que ya no vivía con ellos. Fue ella quien le confesó que no era hijo de quienes decían ser sus padres”.
Asimismo, detallaron que el nieto recuperado “en dos oportunidades, se enfrentó con el apropiador para saber la verdad, pero el hombre sostuvo siempre ser su padre biológico”. “Llevó tiempo acomodar toda la información para tomar la decisión de acercarse a Abuelas, pero con valentía lo logró. Luego de la presentación correspondiente en la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi), se realizó la investigación documental para, finalmente, en abril de este año realizarse el examen de ADN en el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG) que confirmó su verdadera identidad”, indicaron. (DIB) MT