El exarzobispo de Mercedes-Luján monseñor Agustín Radrizzani, quien falleció en la madrugada del miércoles por “una insuficiencia respiratoria debido a una neumonía bilateral”, tenía coronavirus y su caso despertó preocupación por el hogar de ancianos de Junín en el que vivía.
Radrizzani, de 75 años, había sido internado el martes en el Hospital Interzonal General de Agudos juninense tras presentar un cuadro febril y, tras su muerte, se esperaban los resultados del hisopado.
En las últimas horas, se confirmó finalmente que el clérigo había contraído coronavirus y la notica despertó una alerta en el Hogar San José, de las hermanas de los Ancianos Desamparados de Santa Teresa de Jesús Jornet, donde vivía el exarzobispo junto a su madre de 98 años.
Radrizzani se convirtió en el primer obispo argentino en fallecer por coronavirus y el tercero en contraer la enfermedad. Actualmente se encuentra internado exobispo de Avellaneda-Lanús, Rubén Frassia, mientras que el obispo de Mar del Plata, Gabriel Mestre, ya fue dado de alta.
En su trayectoria como obispo, Radrizzani estuvo a cargo de las diócesis de Neuquén, en 1991. En 2001, fue trasladado a Lomas de Zamora; y de allí partió a Mercedes-Luján, en 2008.
En 2018 protagonizó un hecho político que generó controversias al oficiar una misa por “paz, el pan y trabajo” convocada por el Frente Sindical del jefe de Camioneros, Hugo Moyano, y de la que participaron varios referentes peronistas.
La celebración fue leída como un acto opositor al gobierno del entonces presidente Mauricio Macri, por lo que Radrizzani salió luego a aclarar que no tuvo “la intención de apoyar ni a un partido, ni a una ideología” y que el Papa Francisco no había tenido “ninguna injerencia” en la realización de la misma. (DIB) MT