Entrevistado por Clarín
El ex diputado nacional, dice que le costó aceptar el cargo de embajador. El gesto del Presidente contribuye a mejorar las relaciones políticas.
-¿Se siente más cerca ideológicamente de Alberto Fernández que de Mauricio Macri?
-A mí no me gusta personalizar. Digamos del peronismo. La UCR se siente más cerca ideológicamente por lo menos en cuestiones económicas y sociales del peronismo que del PRO. En cuanto a los intereses que hay que defender o respecto del rol del Estado en la economía. Esto es reconocido por todo el mundo, más allá de que ahora algunos radicales sostengan lo contrario. Siempre se ha dicho que en la Argentina había un bipartidismo y que ambos partidos eran de centroizquierda, populares, hasta populistas, pese a algunas desviaciones en ambos casos.
-¿Le costó aceptar el cargo de embajador?
-Sí, me costó. El primer ofrecimiento fue en noviembre y le dije al Presidente que yo podía ayudar desde otra instancia, desde mi propio partido, intentando que la UCR recuperara su identidad, defendiera las ideas radicales y que si eso ocurría las relaciones entre el Gobierno y la UCR iban a ser mejores. Después me lo pidió de nuevo en diciembre y después me llamó desde Alemania. Una gran mayoría me apoyó, más allá de las críticas que trascendieron, y celebraban dos cosas: el hecho de que el Presidente hubiera tenido un gesto de esta naturaleza hacia un partido de la oposición y que al revés de lo que pensaban algunos yo hubiera aceptado. Esto contribuye a mejorar las relaciones políticas.
-¿Ahora forma parte del oficialismo?
-No, yo soy embajador del Gobierno argentino. Yo soy radical. No soy peronista ni justicialista. Si consideramos a los partidos sistemas de ideas, soy mucho más radical que algunos que se ufanan de tener una posición dura con el Gobierno desde ideas que no tienen nada que ver con la UCR.
-¿Con Macri fue uno de los más opositores de la coalición oficialista y ahora tendrá un cargo en el Gobierno de Alberto Fernández pero seguirá en la oposición?
-Yo no fui opositor al gobierno anterior, es necesario aclararlo. Fui el más consecuente con lo resuelto por la UCR en la Convención de Gualeguaychú. Allí habíamos dicho que si perdíamos las PASO, como partidos diferentes en el frente, trataríamos de influir en las decisiones y de evitar que se cometieran errores. Nada de eso hicimos. Avalamos decisiones que hasta 2015 la UCR creía que eran equivocadas.
-¿Cuáles principalmente?
-Si en 2012 o 2013 nos hubieran preguntado si la UCR avalaría la designación de jueces de la Corte Suprema por decreto, nadie hubiera contestado que sí. Lo avalamos. Con las tarifas decíamos que había que ir mucho más gradualmente, que no se podía colocar solamente el esfuerzo en los usuarios y en las pymes. También la decisión que se tomó con el dólar futuro, el pago en efectivo mientras se les decía a los trabajadores que no se podía aumentar el mínimo no imponible porque no había recursos. Otra: eliminar la obligación de liquidar las divisas por exportaciones, que había sido establecida en el gobierno de don Arturo Illia.
-Algunos radicales cuestionan que su decisión daña a la oposición y la posibilidad de alternancia en el poder, ¿qué les responde?
-Hay algunos que han criticado mi posición porque tienen miedo que se potencie dentro de la UCR una dirigencia que plantee un frente distinto. Hay algunos que están muy preocupados por la eventual desaparición de Cambiemos. No podemos definirnos por la negativa diciendo “no somos peronistas”. Nosotros nacimos antes que el peronismo. Que la UCR diga efectivamente qué es lo que representa desde el punto de vista político en la Argentina.
-¿Otros radicales pueden incorporarse al Gobierno?
-Yo no me incorporo al Gobierno. No soy funcionario del Ejecutivo nacional, soy representante de la Argentina en este Gobierno, pero soy representante de los argentinos. Puede que haya radicales que se vayan del partido. Si persevera en estas posiciones, va a seguir la diáspora. La UCR disputa por derecha el liderazgo de la oposición al PRO. Y piensa que esa competencia la va a ganar el que sea más duro con el Gobierno. Yo digo siempre que en ningún país se puede esperar algo bueno si el oficialismo y la oposición definen sus posiciones políticas a partir de especulaciones electorales y no en función de lo que es mejor para el país. Y veo a la UCR pensando mucho en el calendario electoral.
-¿Cuál es su opinión de la gestión de Alberto Fernández?
-Tengo un preocupado optimismo. Preocupado porque la situación es mucho más difícil que la que existía en 2015. Lo reflejan los indicadores sociales. Hay elementos nuevos, como la deuda, que permiten decir que la situación es todavía más grave. Las decisiones que se han tomado son las que hubiera tomado la UCR. El margen de maniobra es bastante reducido y las decisiones aunque sean las correctas no van a producir efectos inmediatos. Hay que decirle a la sociedad que otorgue un poco de tiempo al Gobierno. Algunos han criticado mi posición porque tienen miedo de que se potencie una dirigencia radical que plantee un frente distinto”
-¿Cómo ve el rol de Cristina Kirchner en el Gobierno?
-Está actuando contradiciendo la mayoría de las previsiones, absolutamente. Creo que es una mujer inteligente y no va a hacer nada que pueda complicar la gestión. Nadie puede subestimarla en este sentido. Más que las tensiones que pudiera haber en este Frente de Todos, como hubo y hay en todos los espacios, me preocupan las que se puedan generar con los poderes geopolíticos, económicos, financieros, con el FMI, con poderes culturales. En la democracia el poder está muy distribuido, no está concentrado en el Estado. Y desde unos 30 años el poder del Estado, frente al de los mercados, se ve reducido.
–¿Está de acuerdo con investigar el préstamo del FMI y pedir una quita sustancial?
-Ojalá haya una quita y comprensión no sólo del Fondo sino de todos los países. No podemos someter al sufrimiento a la población como en Grecia. La Justicia tendrá que investigar lo que considere y que los argentinos sepan, nosotros no podemos apelar al recurso del endeudamiento como si no tuviera consecuencias severas sobre el presente y futuro de los argentinos. Tenemos que aprender a ordenar mejor nuestras cuentas para no depender del sector financiero. Durante estos cuatro años no se debatió nada acerca de lo que pasaba con la deuda. Habían negado tanto el PRO como la UCR que el nivel de endeudamiento había sido imprudente y excesivo.
-¿Cuáles van a ser sus objetivos como embajador en España?
-Potenciar y profundizar las relaciones económicas y comerciales, tratar de atraer inversiones y abrir mercados. También las relaciones culturales y políticas, afianzar toda la relación con España. Junto con otros embajadores de la UE tratar de avanzar en las negociaciones para potenciar recíprocamente las posibilidades que ofrece la UE y el Mercosur, teniendo en cuenta las asimetrías que existen tratando de conciliar las diferencias, para que se beneficien todos. Eso hay que trabajarlo mucho.
-¿Se van a revisar los términos del acuerdo Mercosur-UE?
-En Europa están revisándolo. Tenemos que hacer lo mismo. Acá en Argentina muchos celebraban cuando se conoció la noticia. ¿Por qué lo hacían si nunca se supo lo que se aprobó? Como si los tratados de libre comercio fueran buenos en sí mismos. Pueden ser buenos o malos. Depende de los términos, que no los conocemos.
(Fuente: Clarín)