Desde el Gobierno porteño adelantaron que la pelea por la coparticipación será “a fondo” pero aseguran que no cortarán el diálogo con la Quinta de Olivos por una cuestión de responsabilidad
El vínculo de confianza que forjaron a los largo de casi seis meses de pandemia está “muy lesionado” pero no se rompió del todo. En la mesa chica del Gobierno porteño reconocen que, más allá de cualquier vocación de diálogo, tampoco pueden darse el lujo de quemar todos los puentes con la Quinta de Olivos en medio de una emergencia sanitaria. Consideran que sería una irresponsabilidad.
Sin embargo, tanto Horacio Rodríguez Larreta como los miembros de su Gabinete le dejaron bien en claro a sus pares del gobierno nacional que la pelea por la coparticipación será “a fondo”. El primer paso de esa batalla se concretó el viernes por la mañana, cuando recurrieron formalmente ante la Corte Suprema para pedir la nulidad del decreto presidencial que le saca 1,18% de los fondos coparticipables.
En promedio, la quita representa unos $150 millones por día. Este año esos fondos ya estaban asignados dentro del Presupuesto, por eso la necesidad imperiosa de conseguir además un amparo judicial que frene el descuento que ya comenzó a implementarse.
“Ya recibimos $800 millones menos en un contexto de pandemia, es una locura”, explica un funcionario acostumbrado a mirar las planillas con números. Y agrega que la administración porteña no puede esperar tres o cuatro años a que se resuelva “la cuestión de fondo”. Necesitan ponerle un freno a la pérdida de recursos ya.
A diferencia de lo que opinan muchos analistas, en la sede de Uspallata no creen que las recientes encuestas -que muestran al alcalde porteño como el político con mejor imagen- hayan influido en la decisión de Alberto Fernández. Incluso recuerdan que la idea estaba madurando desde el inicio de la gestión del Frente de Todos y se relaciona con “una forma de entender el juego de la política” del ala kirchnerista del gobierno.
“Claramente ven a un adversario en la ciudad y el estilo de Cristina Kirchner cada vez influencia más las decisiones del gobierno”, enfatizan. Por lo pronto, tampoco se muestran muy esperanzados de que Alberto Fernández intente sanar la relación con quien alguna vez calificó como su “amigo”.
En el plano político, la disputa de cara a 2021 y 2023 parece acelerarse cada día más. En la sede de Uspallata saben que la reducción de la coparticipación será, además, un golpe a la gestión y a la proyección nacional del jefe de Gobierno. Menos recursos son menos obras y una plataforma de lanzamiento menos vistosa en la carrera presidencial.
Al igual que ocurrió durante la última semana, Rodríguez Larreta mantendrá una distancia prudencial de la Quinta de Olivos y delegará las negociaciones sobre temas sanitarios en su jefe de gabinete, Felipe Miguel, y su ministro de Salud, Fernán Quirós.
En Parque Patricios tampoco descartan nuevos conflictos: una de sus preocupaciones gira en torno a bienes inmuebles y terrenos cedidos por el gobierno de Mauricio Macri a la ciudad durante su mandato. “Las conversaciones venían siendo muy claras, pero ahora ya no nos confiamos”, reconoció uno de los involucrados en las charlas. El gobierno nacional había puesto todas las operaciones bajo revisión en febrero, luego estalló la pandemia y el frente quedó abierto.
Alberto Fernández podrá aprovechar la oportunidad para volver a tender puentes o tendrá una nueva chance para confrontar con el principal referente opositor. (Fuente: Infobae)