El hijo mayor del empresario Lázaro Báez, Martín, dijo hoy desde la cárcel que su vida está «destrozada», que ya fue «socialmente condenado» y rogó ser absuelto al negar haber cometido delito alguno en la causa por supuesto lavado de dinero en la que es juzgado junto a su padre y sus tres hermanos. Se trata del juicio conocido como la ruta del dinero K, cuyo veredicto sería la semana próxima.
«Soy buena gente, actualmente estoy con la vida destrozada, no soy ni mafioso, ni delincuente», expresó Martín Báez ante el Tribunal Oral Federal 4 en las últimas palabras del juicio que se reanudó hoy tras la feria judicial de enero.
El fiscal Abel Córdoba pidió que Lázaro Báez sea condenado a 12 años de prisión por haber lavado al menos 60 millones de dólares. Los otros acusadores también pidieron penas: la Oficina Anticorrupción (OA) pidió 8 años y 6 meses de prisión; la Unidad de Información Financiera (UIF), 9 años, y la AFIP, 8 años.
El hijo mayor de Báez habló por videoconferencia desde la cárcel de Ezeiza y fue breve ante los jueces Nestor Costabel, Adriana Pallioti y Gabriela López Iñiguez, quienes prevén dar a conocer su veredicto la próxima semana.
«Soy una persona común que trabajó en la empresa del padre, empezando y aprendiendo. Sinceramente estoy a todo punto de vista socialmente condenado», agregó.
«Espero que después de este tormento se haya podido aclarar que las imputaciones no son verdades, aunque ya no tenga reparación tanto daño, ruego que me absuelvan. No he cometido ningún delito, solamente me interesan mis hijos», concluyó.
«Historieta armada»
La audiencia se abrió con las últimas palabras del contador Daniel Perez Gadín, quien estuvo detenido en esta investigación y luego fue excarcelado por el Tribunal Oral.
Pérez Gadín, excontador de los Báez, sostuvo ante los jueces que toda la causa es «una historieta armada» por «fondos buitre», en la que se intentó perjudicar a la actual vicepresidenta Cristina Kirchner y el fallecido expresidente Néstor Kirchner.
El acusado sostuvo que el grupo Austral Construcciones, propiedad de la familia Báez, «era un enorme conglomerado» que «tenía de manera directa contratadas más de 3500 personas» y que «lamentablemente a causa de toda esta farsa, pero prefiero decir causa, esa empresa desapareció».
«Hoy hay 3500, 4000, 5000 familias que se han quedado sin trabajo», agregó Pérez Gadín.
La empresa de Báez «no era una empresa de papel ni dibujada, pero un día apareció lo que no tenía que aparecer, un periodista que hoy nos queda muy claro por qué apareció, se sabe hoy, no se imagina, que era para inventar lo de la ruta del dinero K financiado por Paul Singer, en el momento en que el país se negaba a pagar a los fondos buitres. Ahí empieza todo», agregó.
«Querían demostrar que el dinero en el exterior era de Cristina y Néstor Kirchner, esto me pedían y me amenazaban con involucrar a mi familia si yo no hacía estas declaraciones», agregó.
Pérez Gadín dijo que «jamás» cometió delito y que no tuvo motivos para sospechar que los dólares transferidos al exterior por el grupo Báez provenían de algún delito, agregó al definir a la causa como «una historieta armada por medios de comunicación masivos, financiada por fondos buitre y llevada adelante por una justicia cada vez más desprestigiada»
Elaskar y Fariña
En tercer lugar, pronunció sus últimas palabras en el proceso el financista y exdueño de la financiera «SGI» Federico Elaskar, quien afirmó que «lo único» que hizo fue vender esa compañía «conforme a ley» al igual de otras personas que tuvieron negocios con el «arrepentido» del caso Leonardo Fariña.
«Tendría que haber otros imputados que están igual que yo y no los veo», sostuvo y mencionó con ironía a Bárbara Diez, la empresaria que -por ejemplo- organizó la boda de Fariña con Karina Jelinek.
Elaskar señaló que espera la absolución porque «estaba muy lejos del país» cuando ocurrieron los hechos. (Fuente: La Nación)