En diálogo con Infobae, el jefe de Gabinete habló de la carta de la Vicepresidenta, de las internas en el Frente de Todos y del rendimiento de los integrantes del Gobierno. “Alberto Fernández es un presidente fuerte y su liderazgo no está en discusión»”, afirmó. También calificó de “hipócrita” a Mauricio Macri por ponerle condiciones al diálogo político
Es viernes a la tarde y hay poco movimiento, pero el ingreso a la Casa Rosada se demora. El control de los equipos de filmación es más estricto que otras veces. El guardia de seguridad pide disculpas y explica que se debe a un “problema” que hubo un par de semanas atrás. No se observan, en cambio, medidas extremas a causa del coronavirus. Sólo se exige el uso de barbijo en los pasillos y unas pocas gotas de alcohol en las manos antes de ingresar al área presidencial.
Santiago Cafiero saluda con un choque de puños y le pide a una asistente que le renueve el agua del termo para el mate. En su despacho llaman la atención algunos detalles: no hay ninguna computadora a la vista. Tampoco imágenes de Néstor y Cristina Kirchner. Hay tres retratos de Evita y dos de su abuelo Antonio, que hacen compañía a tres fotos del jefe de Gabinete: una junto a Alberto Fernández y Martín Guzmán, otra con Estela de Carlotto y la última con Taty Almeida.
Cafiero elogió a la vicepresidenta -“no es una jugadora conflictiva sino muy colaborativa”- pero se encargó de subrayar que Alberto Fernández “es un presidente fuerte, toma decisiones y manda”. También que “su liderazgo no está en discusión”. Y opinó que Mauricio Macri tiene muy poco para aportar en este momento. La entrevista con Infobae duró más de una hora y tuvo dos interrupciones: la primera cuando el ruido de los motores del helicóptero presidencial obligó a hacer una pausa y la segunda cuando Alberto Fernández pasó a saludar al regresar a su despacho tras cerrar por videoconferencia el encuentro de la Pastoral Social.
-¿Cuándo se enteró de la carta pública de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner? ¿Fue por los medios o la conocía desde antes?
-Por los medios. La vi publicada en las redes.
-¿Se sorprendió?
-No. Me pareció una carta muy sentida, en un momento muy oportuno, donde venía el décimo aniversario de la muerte de Néstor (Kirchner). Es una carta donde hace una reflexión personal y un acompañamiento al Presidente, y donde la vicepresidenta aprovecha para dejar su lectura y su reflexión política sobre la situación actual.
-¿Se siente involucrado en el párrafo que habla de “funcionarios que no funcionan”?
-Sí claro, porque soy el jefe de Gabinete.
-¿Se hace cargo de los ministros que supuestamente no funcionan?
-Me hago cargo de los aciertos y de los errores. Y éste es un gobierno que tiene aciertos y que tiene errores.
-Ella no marca aciertos en la carta…
-Sí, ella marca aciertos. Lo que pasa es que hay una edición de una carta de nueve páginas reducida a un renglón.
-Es difícil encontrar un elogio…
-Ella lo que dice es que en un Gobierno puede haber aciertos y errores. Puede haber funcionarios que funcionan y funcionarios que no funcionan. La construcción argumental es esa. Las críticas seguirán siendo descarnadas porque lo que no se le perdona al Gobierno es su orientación política. Esa es la lectura de ese párrafo.
-¿Pero se sintió aludido en lo personal?
-No. Yo soy un funcionario de este gobierno y velo por toda la administración pública.
-¿Pero es un funcionario que funciona o un funcionario que no funciona?
-¿Quién?
-Usted
-Yo soy un funcionario que funciona. Pero me parece que no hay que ponerlo en esos términos.
-¿Y en qué términos lo pondría?
-Creo que hay una lectura simplificada de esa oración. Lo que está señalando la vicepresidenta es que, independientemente de los aciertos y errores que pueda tener un gobierno, lo que ocurre es que existe una crítica hacia el Gobierno que va a continuar. A nosotros nos van a seguir criticando porque somos peronistas.
-¿Es decir que a todos los ministros les pone un diez?
-Nadie le puede poner diez puntos a nadie. Yo no tengo que ponerles un puntaje.
-Pero cree que todos los ministros funcionan…
-Todos los ministros funcionan con mucha convicción.
-De 1 a 10, ¿funcionan a qué nivel?
-No, yo no tengo que calificar eso. Yo no soy el fiscal.
-Es el jefe de Gabinete…
-Sí, pero yo no soy el docente que le tiene que poner aprobado o reprobado a nadie.
-Es el jefe de Gabinete…
-Yo soy el jefe de la administración pública, que eso implica ser el jefe de Gabinete.
-¿No está disconforme con ningún ministro?
-No. Pero me parece que hay cosas para corregir de muchos, incluido yo.
-¿Sigue pensando que Cristina es Messi?
-¿Yo? Sí, claro.
-Teniendo en cuenta el conflicto que generó Messi en el Barcelona, que terminó con la renuncia del presidente (Josep Bartomeu), ¿se puede hacer algún paralelismo? ¿Cree que Cristina puede generar algún conflicto en el Gobierno?
-La vicepresidenta es una jugadora muy talentosa.
-No estamos discutiendo el talento, ¿pero puede ser una jugadora conflictiva?
-No. Es una jugadora muy colaborativa y se complementa con el Presidente. Ella incluso hasta lo expresa en esa carta: dice que las decisiones las toma el Presidente, porque estamos en un sistema presidencialista
-¿En qué se complementa Cristina Kirchner con el Presidente?
-Muy sencillo, en la orientación del Gobierno. En el compromiso electoral que tuvimos nosotros el año pasado. El compromiso electoral lo tuvo Cristina y lo tuvo Alberto. El compromiso electoral con el triunfo nuestro fue un nuevo acuerdo electoral con la sociedad argentina, con todos, con los que nos votaron y con los que no nos votaron, de cambio de prioridades. Ese cambio de prioridades se inscribe en un modelo de país, que es abandonar el modelo de especulación financiera de Macri e ir hacia un modelo de producción y de empleo.
-¿Cómo se interpreta que cuando el Presidente toma una decisión, Cristina nunca sale a apoyarlo públicamente? ¿Esa es la colaboración? ¿Callarse?
-No, para nada. Una de las decisiones más importantes que tomó este Gobierno, fue la reestructuración de la deuda. Y el día que se anunció que habíamos llegado a un 99% del acuerdo, la vicepresidenta estuvo ahí…
-La vicepresidenta no dijo nada cuando Alberto Fernández decidió votar a favor del informe de la ONU ratificando la existencia de violaciones a los derechos humanos en Venezuela…
-A ver, esperá, vamos para atrás. Acá hay un tema que es si Cristina habla porque habla, si Cristina no habla porque no habla. Se escriben muchas notas de opinión y de análisis político que tienen que ver con esto, con interpretar si Cristina habla porque habla, si Cristina no habla porque no habla. Si Cristina aparece porque aparece, si Cristina no aparece porque no aparece. Si Cristina va a los actos lo opaca a Alberto, si Cristina no va a los actos por qué no fue a los actos. Si Cristina es la que maneja la agenda pública, y Alberto al final es el que no maneja nada…
-¿Y por qué cree que sucede eso? ¿Es un problema de los medios o es un problema del Gobierno?
-Es algo que instaló el macrismo desde que se conoció la fórmula. Y creo que hay poca capacidad reflexiva de parte de muchos analistas políticos que siguen con esa inercia porque les simplifica un modelo de negocios periodístico. Les simplifica un modelo de negocios periodístico y los lleva a una pereza desde el punto de vista del análisis político y lo que pasa no sólo en el país sino en el mundo. Eso es lo que pasa.
-¿Alberto Fernández es un Presidente débil?
-Alberto Fernández es el presidente que le toca lidiar con el momento más duro de la historia argentina.
-¿Pero es un presidente débil?
-Es el Presidente al que le toca administrar el momento más difícil de la historia argentina, y quizás de la historia de la humanidad, por lo menos desde 1900.
-¿Pero eso responde si es un Presidente débil o no?
-Me parece que es obvio que es un presidente fuerte, con una fortaleza individual y con una fortaleza desde el punto de vista del pensamiento y del horizonte hacia donde tiene que transitar Argentina.
-¿Este Gobierno es vertical?
-Sí. El Presidente toma las decisiones. Toma decisiones permanentemente. Es el que decide.
-¿Y es el que manda también?
-Yo creo que sí. Es el que firma los decretos. Es el que instruye a sus ministros y a sus colaboradores para que lleven adelante una u otra política pública.
-Para usted, ¿decidir y mandar es lo mismo?
-En un sistema presidencialista, sí.
-¿Y es posible en una historia de partido vertical como el peronismo que el Presidente le consulte a la vicepresidenta?
-Sí, ¿por qué estaría mal eso?
-Acaba de decir que es un Gobierno vertical…
-¿Y por qué no le va a consultar? Éste es un liderazgo consensual. Alberto Fernández lo que viene a incorporar es un liderazgo consensual en la política argentina. Nosotros partimos de una base, nosotros hicimos un frente político, y lo que logramos fue la unidad en la diversidad. Ese logro de la unidad en la diversidad tuvo un logro evidente desde el punto de vista electoral, ahora, también es un logro que nosotros tenemos que sostener desde el punto de vista del ejercicio del poder. Hablaría muy mal de nosotros que una vez que llegamos al Poder Ejecutivo nos desentendemos de esa diversidad.
-¿Se puede conformar a todos desde el poder?
-No.
-¿No le parece que a veces el Gobierno, o el Presidente más específicamente, se siente incómodo cuando no puede conformar a algún sector?
-No. La decisión política muchas veces te deja a un conjunto de sectores, población, ciudadanos, argentinos y argentinas que están de acuerdo, y hay otros que no.
-Hebe de Bonafini cuestionó al Presidente por el desalojo de Guernica… Me imagino que no es lo mismo para el Presidente que lo critique Bonafini a que lo cuestione un dirigente de la oposición…
-Esas críticas siempre son bien recibidas porque es parte de la diversidad que nosotros exponemos. Pero eso no es una interna, eso es un criterio diferente, una opinión diferente. ¿Saben qué es una interna? Que se utilicen los servicios de inteligencia, que se utilice la AFI y los espías, pagos por el Estado, para espiar a sus aliados, que están todos querellados. Eso es una interna.
-A veces se observa un zigzagueo del Presidente, como queriendo conformar a todos…
-No, para nada. Éste es un Gobierno que trabaja para todos los argentinos y argentinas, nosotros no les preguntamos a qué provincia le estamos mandando los respiradores que compramos. No les preguntamos a ver cuál es su procedencia o filiación partidaria o política a los empresarios con los que nos juntamos. Lo que identificamos es un ámbito de consenso y de discusión sin preguntar de dónde venís pero sí preguntando a dónde querés llegar. Y ahí tenemos muchas más coincidencias.
-Cuando terminó el desalojo del campo de la familia Etchevehere, Juan Grabois leyó una carta y cuestionó al Presidente…
-Primero, el conflicto de la familia Etchevehere, es un conflicto familiar. No hubo una toma en el campo.
-Sí, hubo…
-No, no hubo una toma. Bueno, sí, de la hermana. La hermana tomó parte de un campo.
-La hermana tomó el campo inducida por Grabois para plantar perejiles…
-No, inducida no. No, no, no es verdad.
-Según la resolución de la camarista Castagno quedó probado que Dolores Etchevehere entró al campo sin derecho, inducida por Grabois para -en principio- poner una plantación…
-Y eso es una toma de tierras.
-Y sí…
-En ningún lado puso que era una toma de tierras. Ninguna sentencia judicial dice que hubo una toma de tierras. Se ordenó un desalojo, se ordenó el desalojo de la hermana…
-¿Cómo traduce al lenguaje común la violación al derecho de propiedad por un familiar en un campo que no le corresponde junto a 40 militantes que plantaron perejiles?
-Lo defino como un problema sucesorio que viene ya hace años. Una pelea entre hermanos.
-¿Qué sintió cuando vio las imágenes del desalojo de Guernica?
-Y, la verdad que dolor. Mucho dolor. Porque se hizo un trabajo extraordinario desde el Ministerio de Desarrollo Social de la provincia de Buenos Aires. Un trabajo extraordinario, donde el 80% se pudo resolver, lamentablemente hubo un 20% que no se pudo resolver.
-¿Se podría haber evitado ese desalojo?
-Y… Hubo un 20% que no quiso acceder a las políticas públicas que les estaba ofreciendo el Ministerio de Desarrollo Social y efectivamente sucedió lo que sucedió, había una manda judicial que había que cumplir y así se cumplió.
-Nora Cortiñas también fue muy dura con el Gobierno ¿eso también le duele?
-No la escuché a Nora, pero es muy probable. A ver, son imágenes que duelen obviamente. Nosotros buscamos siempre una resolución pacífica sobre el tema de Guernica… Siempre.
-¿Usted cree que hubo una resistencia desde lo ideológico? ¿Por eso no aceptaron los planes que ofrecían desde el gobierno provincial?
-No, no son los planes, porque nadie se fue con un plan abajo del brazo, eso es mentira. Lo que hubo es lo que nosotros planteamos, que siempre es el modo de actuar en estos casos. Si nosotros solo vemos la variante punitiva te pasa Rafael Nahuel. Ahora, cuando vos aplicás Estado y una política pública, entendiendo que hay que tratar de resolverlo de un modo pacífico, eso es el desalojo de Guernica, que tiene quizás una parte donde evidentemente no se pudo llegar a un acuerdo pero otra parte, la más importante, el 80%, donde sí se pudo llegar a un acuerdo.
-¿Leyó los tuits de Mauricio Macri poniendo algunas condiciones para sentarse a dialogar y negando contactos reservados con el kirchnerismo?
-La posición de Macri me parece realmente muy hipócrita de su parte. Plantea que está dispuesto al diálogo político, pero pone condiciones. Y nunca el diálogo político es con condiciones. Cuando el presidente Alberto Fernández se reunió en tres oportunidades con los bloques de la oposición, no fue a agenda cerrada ni con condicionamientos. Macri nunca se reunió con los bloques de la oposición en sus cuatro años de mandato.
-Cristina convocó a un diálogo amplio y al mismo tiempo cuestionó a los empresarios, ¿eso no sería hipócrita también?
-No, para nada, porque ella no está poniendo condicionamientos. Lo hipócrita es decir que voy a acceder a un diálogo, pero con condiciones. Eso es muy hipócrita. Y más viniendo de Mauricio Macri, que en su testimonio no puede dar ninguna prueba de haberlo promovido. Ninguna prueba. De hecho hizo todo en dirección contraria. Dividió a los argentinos… Su estrategia ahora es enojar más a los que ya están enojados por la pandemia. Angustiar más a la gente que ya está angustiada. La verdad que la estrategia de Macri es una estrategia muy hipócrita desde ese punto de vista. Y habla de poner la Constitución arriba de la mesa, justo él que…
-¿Macri no puso la Constitución arriba de la mesa?
-Nombró jueces por decreto. No pasó nunca en nuestra historia eso. Se quiso hacer condonar la deuda del Correo. Y como eso no le salió, echó al procurador del Tesoro. Echó a Gils Carbó. Y él pide institucionalidad. Persiguió y espió… Hubo espionaje a periodistas, a opositores, a miembros de su alianza política…
-Más allá de lo que diga Macri, ¿el Gobierno piensa retirar la reforma judicial del Congreso?
-¿Y por qué la retiraríamos, si ahí es el ámbito para discutir? A ver, la reforma judicial es un buen punto. Enviamos el proyecto para que se debata. Y antes de enviar el proyecto, la oposición había manifestado que iba a estar en contra. Se aprobó en el Senado y ahora está en la Cámara de Diputados, y nosotros esperamos que practiquen el diálogo político y el diálogo democrático que declaman. Y hoy tienen una posibilidad de practicarlo en el Congreso.
-¿El primer paso de un diálogo institucional sería una reunión entre Alberto Fernández y Mauricio Macri?
-Lo contesto de otra forma: Mauricio Macri tiene muy poco para aportar en este momento. ¿Por qué? Porque es alguien que subestimó la pandemia y hoy el gran problema que tiene la Argentina es la pandemia. El gran problema que tiene nuestro país es la pandemia y él subestimó al coronavirus. No sólo lo subestimó: en reportajes dijo que a él le preocupaba más el populismo. Se fue de viaje por el mundo, se fue de vacaciones a Francia, y ahí dijo que se respiraban aires de libertad. Hoy Francia está con un confinamiento. Es decir: no sólo no sabe lo que sucede en Argentina, sino que tampoco tiene registro de lo que pasa en el mundo. Entonces, la verdad, es muy difícil entender cuál sería el aporte de Mauricio Macri en estos momentos de la Argentina.
-¿Hasta cuándo sirve la pandemia como excusa para los problemas económicos?
-No, a ver, no es la pesada herencia, no es una justificación ni una construcción argumentativa, no tiene que ver con eso, tiene que ver con describir un diagnóstico… No es una excusa, es una realidad.
-La pandemia es una realidad, pero también está la discusión sobre cómo se administró esa pandemia y qué daño le hizo la cuarentena a la economía argentina…
-La cuarentena no es el problema, el problema es la pandemia. Hay datos concretos, hay países que no hicieron o no tomaron medidas de restricción de circulación y países que sí tomaron medidas restrictivas de cuidado de la salud, por ejemplo la Argentina. En los dos casos, los dos PBI también se cayeron. Uruguay, que prácticamente no conoció el coronavirus, tuvo muy pocos casos y no tuvo prácticamente medidas de confinamiento, y se le cayó diez puntos el producto de todos modos…
-En Uruguay, la economía no se paralizó como sucedió durante muchos meses en Argentina…
-Tiene más desocupación que nosotros y la caída del PBI uruguayo también es significativa. No creció Uruguay. El Fondo Monetario Internacional dice que esta crisis es comparable con la de 1930 y quizás más profunda. Quiere decir que el 95% del PBI per cápita de todo el mundo va a caer. Fijémonos la dimensión de esta crisis, porque siento que por ahí estamos naturalizando los números, naturalizando las muertes, naturalizando los contagios, naturalizando el impacto brutal que ha tenido y que sigue teniendo la pandemia en el mundo y en Argentina. Y eso es un error.
-En ese contexto, ¿cuáles son las herramientas económicas para atenuar la crisis económica el año próximo?
-Nosotros, a partir del 99% de la reestructuración de la deuda, redujimos el pago de sus servicios. Y esa reducción que logramos implicó duplicar el presupuesto de obras de infraestructura, aumentar un 50% el presupuesto de salud, aumentar el presupuesto en ciencia y tecnología y aumentar el presupuesto en educación.
-Pero todo eso se financia con emisión…
-No, no es real.
-¿Y con qué se va a financiar si casi no se exporta, no hay créditos externos ni inversión directa?
-No, pero nosotros ya estamos recomponiendo todo el esquema productivo. Está habiendo inversiones en el país, las están anunciando…
-El Presupuesto dice 60% de emisión, 40% de inversión…
-Sí.
— Y bueno, entonces me está dando la razón, 60 de inversión en todo el 2021.
— Nosotros vamos a recomponer, como lo venimos recomponiendo, la inversión privada. Lo venimos haciendo. Los créditos a pymes por ejemplo fue algo que se recompuso incluso durante la pandemia. ¿Por qué? Porque nosotros hicimos una política muy agresiva de baja de tasas de interés. El año pasado una pyme se financiaba septiembre contra septiembre se financiaba a casi 76 puntos y hoy septiembre contra septiembre se financiaba al 24%. Eso claramente es un cambio de perfil hacia un perfil mucho más productivo. Y eso va a generar el dinamismo y la creatividad del sector privado.
-Ya que estamos hablando de números, ¿cuáles son los números que mira todos los días?
-¿Yo? La recaudación, que viene subiendo.
-¿El tipo de cambio?
-Hemos tenido una política agresiva y hemos logrado empezar a contener los dólares paralelos.
-¿Y más allá de la economía? Números de contagios…
-Sí, claramente que nosotros lo que estamos viendo permanentemente son los números de contagios, os números de muertos que obviamente nos golpean mucho y esos son los números de la pandemia básicamente.
-¿Los números de las encuestas?
-Miramos las que circulan, las que publican los medios. No tenemos otra información.
-¿No son consumidores de encuestas?
-No.
-¿No tienen contratos con consultoras?
-Sí, pero que miden impactos relacionados a temas del COVID-19.
-¿Y no les preocupan los números de las encuestas que ven en los medios?
-No, porque me parece que hoy la pandemia a todos algo nos sacó algo. Vínculos, posibilidades de trabajar, un familiar que se murió y no lo pude despedir. Me enfermé y estoy en una situación complicada ¿no? A todos nos sacó algo. Eso de sacarnos algo y todavía no tener una perspectiva de cuándo lo puedo recuperar. Obviamente una ausencia familiar va a continuar. Se murió un familiar y va a continuar esa ausencia. Pero el resto de las cosas uno pretende tener posibilidades de poder recuperarlo.
-¿Y eso afecta la imagen del gobierno? ¿La intención de voto?
-No, eso genera un cuerpo social muy deprimido en la sociedad argentina.
-¿Y le pasa factura al Gobierno?
-No, pero esa depresión hace que tengas expresiones de mucha bronca, expresiones de mucho descreimiento, y también expresiones de mucha angustia. Y eso es lo que está sucediendo.
-¿Pero son conscientes de que hay más bronca de la sociedad con el Gobierno?
-No, no, no es bronca, no es bronca…
-¿Qué es? ¿Angustia?
-Claro, la pandemia genera angustia, genera depresión.
-El tema del aborto fue una de las banderas de la campaña, ¿cuál sería el motivo para no enviar el proyecto al Congreso?
-Cuando hablamos de las medidas de restricción que arrancaron en marzo tenemos que tener en cuenta que se modificó toda la agenda pública y toda la agenda de gobierno. Cuando arrancamos las medidas de aislamiento del 20 de marzo se inició toda una estrategia distinta y se modificó toda la agenda del gobierno. Modificar la agenda del gobierno implicaba entre otras cosas invertir 45 mil millones de pesos en infraestructura hospitalaria, hacer doce hospitales modulares. Es decir, toda la administración pública giró alrededor de eso porque necesitábamos aumentar la cantidad de camas y de unidades de terapias intensivas. Eso hizo que naturalmente se modificara toda la agenda de gobierno…
-La reforma judicial no estaba en la agenda de gobierno y surgió igual…
-Pero surge después de la primera instancia de gestión de la pandemia y surge a partir también de que es un área que no estaba implicada directamente en la lucha contra el coronavirus, estaba en otra instancia claramente.
-¿Pero se va a enviar el proyecto de legalización del aborto este año o no?
-Depende la ventana de oportunidad legislativa que tengamos.
-¿Y cuál sería la ventana?
-Terminar de correr el Presupuesto y terminar de sacar algunas otras cosas que son muy apremiantes en el día a día.
-¿No surgió ningún obstáculo imprevisto dentro del Frente de Todos que esté frenando el envío del proyecto al Congreso?
-No, no, no especulamos nosotros en eso.
-Pero quedan sólo siete sesiones…
-Está bien, pero no especulamos nosotros en eso.
-¿Cree que va a ser este año?
-Yo tengo la esperanza y la expectativa de hacerlo este año, porque nos hemos comprometido a eso. Ahora, tengo que reconocer que hay cuestiones que tuvimos que ralentizar o que esperar un poco para poder avanzar.
-¿Su librería sigue abierta?
-No.
-Teniendo en cuenta su experiencia como librero y lo que leyó, si tuviera que ponerle un título al primer año de gobierno, ¿el titulo de qué libro conocido le pondría?
-No, no lo sé, leí mucho, prefiero hacer otro tipo de reflexión…
-¿No encuentra un título?
-No, un título de libro, no sé, no, qué sé yo.
-¿Relato de un naufrago, por ejemplo?
-No, no, nosotros estamos…
-¿El Elogio de la traición?
-No, nosotros estamos en una circunstancia muy compleja a nivel global, a nivel de la pandemia e implica no renunciar a la esperanza. Tenemos 700 obras públicas hoy reactivadas, tenemos empresas que empiezan a mostrar signos de vitalidad, incluso de vitalidad superior a lo que fue el año pasado, que fue un año muy malo. Pero tenemos ciertos signos que empiezan a mostrar esa recuperación y me parece que nosotros no tenemos que perder esa esperanza nunca. Toda la entrevista estuvo muy relacionada al conflicto ¿no? Conflictos internos, conflictos hacia dentro de la coalición de gobierno, conflictos hacia afuera, hacia la sociedad, hacia los sectores…
-Usted dijo que no hay conflictos hacia adentro…
-No, no, no, digo que la charla fue permanentemente eso ¿no? Ustedes diciendo que hay conflictos y yo diciendo que no hay conflictos. Eso quiero decir.
-Usted es el jefe de Gabinete y nosotros somos periodistas…
-No, no, pero no estoy discutiendo lo que preguntaron, para nada. Me parece que ustedes toman parte de ese clima que hay hoy orbitando y sobre ese clima hacen las preguntas que ustedes consideran pertinentes y yo estoy para que pregunten lo que quieran. Lo que quiero decir es que en todo momento la charla de hoy fue a partir de hipótesis de conflictos, de conflictos internos o conflictos externos o conflictos con éste o conflictos con el otro. Y yo creo que la post pandemia no es necesariamente caótica o conflictiva, es posiblemente armónica. Y nosotros tenemos que trabajar en eso. Y esa posibilidad de que la salida de la pandemia sea armónica es a partir del testimonio de nuestro Presidente, que es alguien que consensúa, que es alguien que dialoga, que es alguien que escucha y me parece que eso es un valor.
-A raíz de lo que decía del rol del Presidente, ¿no cree que haya que trabajar en una corrección del rumbo o de una construcción de la fortaleza de la investidura presidencial?
-No, no, para nosotros no está en discusión eso. Nosotros estamos muy consustanciados en la manda que debemos cumplir. Y esa manda es trabajar con mucha responsabilidad, con honestidad y avanzar permanentemente en situaciones adversas pero seguir avanzando y no poner excusas.
-¿El liderazgo de Alberto Fernández no está en discusión?
-Claro, eso no está en discusión. Eso no está en discusión.
-¿Por más carta o por más cuestionamientos que haya?
-Es que no es un cuestionamiento, vuelvo a insistir, yo creo que hay una interpretación y una lectura muy simplificada de lo que es la palabra o la no palabra de la vicepresidenta y no tiene que ver con cómo se trabaja y cómo permanentemente se van tomando las decisiones hacia adentro del Frente de Todos.(FUENTE:INFOBAE/ Por Román Lejtman -Mariano Thieberger)