Se realizó en el Teatro Brazzola el acto por el “Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia”

Tal como se había anunciado hoy a las 11 hs., al cumplirse 46 años del Golpe de Estado de 1976, se llevó a cabo el acto por el “Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia”, en el Teatro Brazzola por cuestiones climatológicas, en conmemoración a las víctimas de la última dictadura cívica militar.


La actividad fue por la Comisión Municipal de la Memoria y el Municipio.
Con una sala nutrida de vecinos y la presencia de abanderados de escuelas y los Bomberos Voluntarios, la recordación comenzó con la entonación del Himno Nacional Argentino, por parte de la Banda Municipal, dirigida por Juan Arzuaga y que contó durante toda su presentación con dos voces, una femenina y otra masculina que interpretaron los temas.
En primer lugar hizo uso de la palabra Belén Liniers, integrante la Comisión de la Memoria de Chascomús, leyendo un documento de la misma.
Posteriormente habló el Intendente Javier Gastón, quien resaltó la importancia del consenso ciudadano en democracia para que los golpes de Estado y las violaciones de derechos humanos no se repitan «nunca más».
Recordó el Jefe Comunal que este fue el primer acto público realizado en el Teatro Municipal desde el inicio de la pandemia y tuvo un especial agradecimiento a las escuelas por la labor que realizan durante el flagelo del coronavirus.
Finalmente el acto finalizó con dos excelentes temas ejecutados por la Banda Municipal.
Estuvieron presentes, además del Jefe Comunal, el Presidente del Concejo Deliberante Ramiro Ferrante, ediles de los distintos bloques y funcionarios del Municipio.
Culminado el recordatorio un aplauso cerró el retiro de las banderas de ceremonia al son de la marcha Mi Bandera, a cargo de la Banda Municipal.
Por último y ya fuera de protocolo, se brindó un aplauso para la intérprete del leguaje de señas que acompañó el homenaje, siendo este el primer caso de su uso en un acto público en Chascomús.

El documento de la Comisión de la Memoria
El 24 de marzo de 1976 comenzaba en nuestro país el período más sangriento de su historia.
Un golpe de estado perpetrado por las Fuerzas Armadas derrocó el gobierno constitucional e instauró una dictadura que aunó en su transcurso la más feroz represión y el despojo económico a favor de sus socios civiles.
Cuando se habla de la última dictadura cívico militar, cuyo germen puede rastrearse en hechos ocurridos desde 1930, con fusilamientos sumarios, bombardeos y el golpe de estado de 1955; habitualmente se habla de los 30.000 detenidos desaparecidos, de los 500 hijos apropiados. Sin embargo, hay otros números de los que se dice poco o nada y son importantes porque demuestran que el genocidio formó parte de un plan para terminar con un modelo en el que la justicia social era uno de los ejes fundamentales.
Entre 1976 y 1983 la participación de los trabajadores en el Producto Bruto Interno disminuyó a la mitad y la deuda externa se multiplicó más de diez veces.
La distribución del ingreso y la fuerte organización de los sindicatos combativos de los años 60 y 70, es lo que la dictadura necesitó hacer desaparecer para implantar su nuevo modelo económico que beneficiaba principalmente al capital extranjero.
La censura férreamente aplicada no impidió que los argentinos exiliados difundieran lo que ocurría. Mientras tanto en el país, a los diferentes organismos de defensa de los derechos humanos que ya existían se fueron sumando otros que articulaban sus acciones. Nacen ahí nuestras queridas Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, cuya lucha constante ha sido ejemplo de heroísmo y coraje.
La Guerra de Malvinas resultó ser el catalizador del fin de este oscuro período, junto a la resistencia que se venía forjando desde el movimiento por los derechos humanos y los dirigentes obreros dispuestos a salir a la calle, precipitaron la retirada de los genocidas y el acuerdo para llamar a elecciones.
Chascomús no estuvo aislada en los años oscuros de la última dictadura y su sociedad estuvo también poblada por victimarios, cómplices y víctimas. Así podemos nombrar a los generales Ibérico y Alfredo Saint Jean y al capitán de corbeta César Mouján, quienes tuvieron responsabilidad directa en el accionar del aparato represivo contando con la complicidad de los medios que reivindicaron y siguen reivindicando el terrorismo de estado.
El secuestro y persecución de militantes políticos y sindicales chascomunenses, además de las víctimas del terrorismo de estado de nuestra ciudad hasta aquí reconocidas, Eduardo Alberto Hernández, Raúl Héctor Ameri, Miguel Ángel Villa, María Esther Iglesias de Santi y Roberto Gustavo Santi.
Luego de recuperada la democracia, el reclamo de memoria, verdad y justicia va a ser el imperativo que comprometa a gran parte de la sociedad argentina. El castigo a los culpables, el relevamiento de los centros detención clandestinos, la recuperación de los niños apropiados y el destino de los desaparecidos, además de desentrañar la trama de complicidades, han sido los ejes de esta lucha.
El Gobierno de Raúl Alfonsín crea la CONADEP, y promueve el Juicio a Juntas Militares donde fueron condenados los principales responsables. Sin embargo, la demanda de que también se enjuiciara a los militares y civiles que habían participado en los secuestros, torturas, robos de bebés y desapariciones se vio truncada. La oposición de las fuerzas armadas manifestada a través de levantamientos llevó a la sanción de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida que pusieron límite al avance de la justicia.
La impunidad se profundizó cuando los dictadores fueron liberados por los indultos realizados por Carlos Menen en 1990.
Durante el Gobierno de Néstor Kirchner, se derogan las Leyes que garantizaban la impunidad y se retoman los juicios por el delito de terrorismo de estado, considerado crimen de lesa humanidad. Los organismos de Derechos Humanos toman impulso y se avanza en llevar a los tribunales a civiles, militares y eclesiásticos que nunca habían sido juzgados. Memoria Verdad y Justicia se constituyen entonces en política de estado, generando los espacios y llevando adelante las acciones que la materialicen.
En palabras de Eduardo Luis Duhalde, primer Secretario de Derechos Humanos «Partimos de un concepto, que la memoria no es algo que surge espontáneamente, la memoria se construye, se elabora, se trabaja, se transmite. Y esta memoria no es la simple rememoración del horror sino la resignificación de ese recuerdo, el análisis de lo ocurrido, sus causas, responsables y fines perseguidos. Y al mismo tiempo cargarlo de todas las valoraciones necesarias para que la transmisión de la memoria siembre y genere respuestas positivas y se construya desde el presente hacia el futuro un muro que impida que vuelvan a ocurrir cosas como las que vivimos en Argentina en la larga noche del horror».
Tomando este concepto de memoria como construcción colectiva no deja de generar preocupación el avance de los negacionismos encarnados en grupos de derechas que intentan minimizar las consecuencias de la dictadura militar sobre la sociedad argentina.
También generan enorme preocupación las denuncias por el espionaje llevado a cabo por los servicios de inteligencia del Estado, que nos recuerda los métodos más deplorables de control de la población. Máxime cuando han sido dirigidos, entre otros, a las familias de las víctimas del submarino ARA San Juan.
Este año se cumplen 40 años del intento final para perpetuarse en el poder de la dictadura, el de recupera las Islas Malvinas.
Esta guerra dejó en nuestra sociedad heridas que aún deben ser reparadas. La acción del Equipo Argentino de Antropología Forense en el cementerio de Darwin permitió, igual que en los casos de las víctimas del terrorismo de Estado, recuperar las identidades de los soldados que habían sido enterrados como NN.
La CMMCH, creada por ordenanza municipal en el año 2012, tiene entre sus múltiples objetivos el de “Generar un espacio democrático, de reflexión, debate y difusión sobre lo que significó el terrorismo de Estado en la historia nacional, provincial y municipal, y lo ya realizado por la sociedad chascomunense” en ese sentido; y el de “Impulsar la apertura de causas judiciales relacionadas o las ya iniciadas”.
Hoy, con la mirada puesta en esos objetivos, ratificamos el compromiso de quienes integramos este espacio plural con la memoria, la verdad y la justicia e invitamos a compartirlo a toda la comunidad.