El intendente de Avellaneda redobló la apuesta luego del cruce con Mayra Mendoza. En el distrito gobernado por Julián Álvarez volvió a criticar a La Cámpora y el cristinismo.
El intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, redobló la apuesta después del cruce con la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, por hacer un acto sin avisar en su distrito: ahora avanzó con otro en La Lanús, un municipio que gobierna otro intendente camporista, Julián Álvarez.
“Sos un cagón”, le había dicho Mendoza a Ferraresi el lunes en la Gobernación, en otro episodio de una interna que los excede: ella está alineada con Máximo Kirchner, que la promueve como posible candidata a la Gobernación y él impulsa a Kicillof como nuevo jefe del peronismo en oposición a Cristina y Máximo Kirichner.
Ahora, Ferreresi se presentó en el club 6 de Marzo, de Villa Obrera, en Lanús, junto a su esposa, la exdiputada nacional Magdalena Sierra. Y otros dos alcaldes que juegan fuerte por Kicillof: Fabián Cagliardi, de Berisso y Mario Secco, de Ensenada. Además, fue su armador en Lanús, Ezequiel Barrueco, Secretario Ejecutivo del Instituto Provincial de Formación Laboral.
Como había hecho en Quilmes, Ferraresi aprovechó su paso por Lanús para lanzar fuertes dardos contra el cristinismo y La Cámpora: “Estamos buscando que haya consecuencias. Desde el año 2009 al año 2023, de ocho elecciones perdimos seis. Si no somos capaces de analizar por qué perdemos elecciones es muy difícil construir un triunfo electoral”, dijo.
También le reprochó parte del fracaso del gobierno de Alberto Fernández, que él integró como ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat: “Había una interna muy fuerte adentro del Gobierno, con sectores que estaban en contra del gobierno pero que manejaban todas las cajas más importantes. Sin embargo, el resultado era complicado”, dijo Ferraresi en Lanús.
Desde el camporismo, le cuestionan fuerte a Ferraresi la metodología de armar actos en territorios gobernados por sus rivales internos sin siquiera avisar a los intendentes. “Es inusitado”, dijo a DIB un dirigente de ese sector. En cambio, en el entorno de Ferraresi recuerdan los actos promovidos por el camporismo antes de las elecciones en su propio distrito: “Tuvimos que dejar el gobierno nacional (de Alberto Fernández) antes de tiempo porque tenían un armado local para hacernos perder”, dicen.
En Lanús, se dio una movida fuerte hace un tiempo; Belén Barruenco, la hermana de Ezequiel, el funcionario provincial y armado de Ferraresi en Lanús, rompió el bloque de Concejales de Unión por la Patria. Armó una bancada unipersonal que entorpece el funcionamiento del Consejo Deliberante local, clave para la gobernabilidad de Alvarez, otro jefe camporista.
En la ristra de críticas al camporismo, Ferraresi incluyó la actitud de esa agrupación primero en contra y luego a favor de Sergio Massa. “Vino alguien que escribió música y puso una segunda estrofa a una canción que teníamos. Hay una canción que decía: ‘No pasa nada, si todos los traidores se van con Massa’. Y una segunda estrofa fue: ‘Massa, Presidente’, y la gente no entendió nada”.
Ferraresi también recordó que en 2019 La Cámpora quería como candidato a gobernador Martín Insaurralde, el ex intendente de Lomas de Zamora aliado de Kirchner que está procesado por lavado de dinero y enriquecimiento ilícito en la causa del Yategate, cuando su pareja, la modelo Sofia Clerici, subió fotos íntimas de ambos navegando en una embarcación lujosa en el Mediterráneo en plena campaña electoral del año pasado.
“En ese proceso previo a 2019, por eso también estamos acá, hubo un intento de un sector que pretende tener hegemonía sobre las decisiones políticas que era que Axel fuera candidato en la provincia de Buenos Aires. Hubo una cantidad de compañeros intendentes que defendíamos que sí, ¿se acuerdan quién era el candidato alternativo? Martín Insaurralde, imagínense qué hubiese pasado si le dábamos ese lugar”, fustigó el intendente de Avellaneda.
Ferraresi fue uno de los dirigentes más cercanos a Cristina Kirchner: incluso se encargó del financiamiento del Instituto Patria en sus primeras épocas. Pero después se alejó. En buena medida, como ocurrió por ejemplo por el exintendente de Hurlingham, Juan Zabaleta, porque la culpó de favorecer armados locales y listas de legisladores provinciales que favorecieron a La Campora y perjudicaron a los intendentes. También, como el dijo explícitamente, por la interna contra Alberto Fernández y por un estilo de conducción que, afirman, podría llevar al peronismo a un nuevo fracaso electoral.
En la agenda del peronismo bonaerense esta pelea aparece como un tironeo temprano por la conformación de las listas para 2025. Pero el paso previo es la elección en el PJ tanto nacional como bonaerense, convocadas ambas para noviembre de este año: allí puede comenzar a definirse quién conduce la oposición a Javier Milei y en qué manos estará la lapicera para las listas de la Legislativa del año siguiente. (DIB) AL