Por el crimen hay dos policías detenidos. Se investiga cómo fue la presunta persecución para poder esclarecer el caso
De acuerdo a los datos de la autopsia realizada al cuerpo de Lucas Nahuel Verón, quien fue asesinado el viernes durante una persecución en La Matanza y por cuyo crimen detuvieron a dos policías, el joven recibió un solo balazo con orificio de entrada en el tórax y de salida en la espalda, precisaron fuentes judiciales. En tanto, no se pudo obtener un proyectil o plomo del cadáver para un futuro cotejo balístico ya que el tiro atravesó al chico de adelante hacia atrás.
Hasta el momento, los efectivos Ezequiel Benítez y Cintia Duarte fueron imputados por el fiscal de la causa, Juan Pablo Tahtagian, del delito de “homicidio agravado por el uso de arma de fuego”. Ambos policías se negaron ayer a declarar en sus respectivas indagatorias ante el instructor judicial, tras lo cual quedaron a disposición de la jueza de Garantías 1 de La Matanza, Mary Castillo, mientras se resuelve su situación procesal.
El próximo martes, además, los peritos del Ministerio Público comenzarán con el análisis comparativo de las dos pistolas 9 milímetros de los acusados con la misma cantidad de vainas de ese calibre secuestradas en la escena del crimen para determinar quien efectuó los disparos.
Por su parte, la Subsecretaría de Derechos Humanos bonaerense informó que van a acompañar durante el proceso a la familia de Lucas, al tiempo que mostraron “preocupación” por lograr “el rápido y eficaz esclarecimiento de los hechos”.
El crimen ocurrió el viernes último, alrededor de la 1.30 de la madrugada, cuando la víctima, quien ese día cumplía 18 años, iba a bordo de una moto junto a un amigo.
La investigación comenzó cuando el joven fue trasladado por sus familiares al hospital Simplemente Evita de González Catán tras haber recibido un disparo de arma de fuego.
Lucas fue atendido por los médicos pero murió como consecuencia de las lesiones sufridas, tras lo cual comenzó a investigar personal de la comisaría de la zona bajo las instrucciones del fiscal Tahtagian.
En tanto, los policías en vez de quedarse a preservar la zona se fueron del lugar y no avisaron de la situación a sus superiores.
Sin embargo, el fiscal Tahtagian dispuso el relevamiento de las cámaras de los comercios e identificó al móvil involucrado y ordenó la aprehensión de los uniformados.
Además, Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires desafectó a los policías y les retiró el permiso de uso de uniforme, placa y armas (que ya estaban a disposición de la Justicia).
Los investigadores procuraban determinar por qué comenzó la persecución y los motivos por los cuales el personal policial no denunció el hecho. (DIB) AR