Los modos efusivos del gobernador bonaerense, Axel Kicillof, y las reiteradas críticas a sus vecinos de la ciudad de Buenos Aires por el manejo de la pandemia ponen a prueba la paciencia de los intendentes macristas del conurbano, amigos y/o socios del jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. «Siempre se pasa media hora criticando a la ciudad y esta vez nos cansamos», aseguró a LA NACION uno de los integrantes del grupo de intendentes Pro del Gran Buenos Aires que el jueves se reunieron vía Zoom con el gobernador para definir la nueva etapa de la cuarentena.
Esta vez, el grupo que componen Jorge Macri (Vicente López), Néstor Grindetti (Lanús), Diego Valenzuela (Tres de Febrero) y Julio Garro (La Plata) optó por una «sutil» protesta: apagaron sus cámaras, con lo cual pudieron seguir la discusión sin tener que poner cara de póquer ante las argumentaciones del mandatario provincial.
«Yo me puse a mirar expedientes, total ya sabía lo que iba a decir», reconoció uno de los jefes comunales, que por momentos también apagó los micrófonos mientras la reunión seguía llevándose a cabo. Más allá de las buenas maneras -solo Jorge Macri reconoció en público que le era «difícil» trabajar con Kicillof-, los intendentes estiman que los próximos días y semanas serán «duros», al compás del aumento de casos en territorio bonaerense.
La UCR y Zamora pelean por locales en Santiago
En la última reunión del comité nacional de la UCR, su presidente, Alfredo Cornejo, criticó con dureza la «intrusión» de simpatizantes del gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, en el local partidario, que «echaron» al interventor designado por el partido en esa provincia.
«Hacen lo que quieren en esa provincia», se quejó un dirigente de la UCR, en referencia a Zamora, de origen radical. «Es un tema inmobiliario», comentaron cerca del gobernador, quien reconoce que la Justicia de su provincia le dio la razón a la UCR en el reclamo del local, pero dijo estar al margen de los trescientos militantes del zamorismo que ocupan el salón cada vez que los radicales en Cambiemos intentan volver a manejarlo.
Monzó, de regreso, pero lejos de la «casa amarilla»
Mucho ruido hizo el «retorno» de Emilio Monzó a los zooms políticos después de un tiempo prudencial. Contento con lo participativo de su auditorio, el extitular de la Cámara de Diputados respondió preguntas de las más de 600 mujeres que tomaron parte de la actividad coordinada por el diputado Sebastián de Luca, eje del bloque monzoísta en la Cámara de Diputados.
«Hay que ayudar a los gobiernos de turno, es momento de moderación y no de especular», dijo allí el extitular de la Cámara baja en relación con los «duros» de Juntos por el Cambio. Fuera de micrófono, Monzó dejó trascender que está «lejos de la casa amarilla» de Pro, y que está armando «su propia casita». Tal vez, con candidatura personal incluida. (La Nación – Por Jaime Rosemberg)