Con un discurso menos crítico de lo que se podía esperar en la homilía del Tedeum por el 25 de mayo, el arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, habló este miércoles de las “tensiones que parecen repetir crueles enfrentamientos” y advirtió que “cuando el pan falta en tantas familias, tenemos que pensar en el prójimo”.
Si bien pidió en varias ocasiones por una “Argentina fraterna” y apuntó a la ética que deben tener los gobernantes, no hubo mensajes directos sobre el rumbo económico del Gobierno como temían en la previa funcionarios de la Casa Rosada.
“Cuando el pan falta en tantas familias es cuando más tenemos que pensar en el prójimo y en sus necesidades básicas: educación, salud y justicia”, aseguró Poli, tal vez en una de las frases más directas y ante la mirada del presidente Alberto Fernández, sus ministros, legisladores y el jeje de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta. En la Argentina, la pobreza se ubica en 37,3% según la última medición del Indec: una cifra alta, pese a que se redujo significativamente en 2021.
En otro tramo de su discurso, cuando refería a la fraternidad y la amistad social, el arzobispo dejó un mensaje que resuena en medio de la interna que atraviesa el Frente de Todos. “En medio de las tensiones que parecen repetir crueles enfrentamientos, el Papa nos dice con sus gestos del buen samaritano que la existencia de cada uno de nosotros está ligada a la de los demás, la vida no es tiempo que pasa, sino tiempo de encuentro”, lanzó.
Y en ese sentido, siguió: “La democracia que nos sostiene como cuerpo social organizado y las instituciones dan lugar a la fraternidad, pero además requiere de la ética, la bondad, la solidaridad, la honestidad, el diálogo siempre beneficioso para el acuerdo, y el compromiso por el bien común de todos. Sin estos valores que dan fundamento a la vida social, surge el enfrentamiento entre hermanos para preservar sus propios intereses”.
Entonces hizo un llamado a “no despreciar la fe” y aseguró sobre esta: “Ayuda a trascender, nos pone de pie después de cada caída, nos anima en la diversidad y a ver posibilidades donde otros solo ven fracasos”.
Durante la explicación que hizo de la parábola del buen samaritano fue que el arzobispo destacó la importancia del derecho a la vida. Dijo, sobre eso, que el samaritano “se dejó llevar por el primer sentimiento del corazón” cuando ayudó a otro sujeto que estaba tirado en el camino y fue ahí que Poli expresó: “Encontró a la persona con algunos signos vitales y se puso al servicio del más importante de los derechos humanos: el derecho a la vida”.
Para cerrar su intervención, gritó: “¡Viva la Patria!”. Pero descontento con el poco fervor de su auditorio, arengó: “No se escuchó. ¡Viva la Patria!”.
Al finalizar el discurso de Poli, Alberto Fernández lo saludó y le dijo al arzobispo que “firma cada palabra de las que dijo”. Poli le regaló un rosario para Francisco, su hijo, y le dijo que lo ponga en la cuna.
La de este miércoles es la primera participación de manera presencial de Fernández en el Tedeum, ya que en 2020 y 2021 lo hizo en forma virtual debido a la pandemia. (DIB) FD