El Museo Ferroviario guarda miles de historias de la Estación, que se pueden descubrir a partir de numerosos objetos
El Museo Ferroviario y Archivo custodian celosamente muchas historias de nuestra ciudad y, entre ellas, las del mundo del ferrocarril, las anécdotas que llegaron sobre rieles y que se empiezan a contar a partir de cuidados objetos.
La museóloga Celeste Placenave, nos brinda detalles de cada objeto, que ya forma parte de nuestro patrimonio:
Bebidas ferroviarias!…
Porque no todo son fierros, máquinas y herramientas, el mundo del ferrocarril es mucho más que eso. Y, entre algunos elementos curiosos, el Museo conserva estos elementos, gracias al aporte y donación de nuestro amigo @osvaldodanielcantor.
Se trata de un sifón de la sodería Andrés Sánchez, de Mechita, provincia de Buenos Aires, de aproximadamente la década de 1980. Mechita supo ser un gran pueblo ferroviario gracias a sus talleres, los cuales atendían a la línea del Ferrocarril Oeste, hoy Sarmiento, y llegaron a tener la playa de maniobras más grande de Sudamérica. Ubicado a 10 km de Bragado, era tal la demanda de mano de obra que hasta había un tren local entre ambas ciudades para llevar y traer los empleados de los talleres. Pero Mechita tenía vida propia, llegó a tener 5000 habitantes y ello demandaba comercios de todo tipo, incluida una sodería, que por supuesto llevó una fuerte identidad ferroviaria.
El otro objeto es una simpática botella de licor con forma de locomotora, pero en este caso proveniente de latitudes más lejanas ya que su etiqueta nos transporta a Salzburg, Austria.
La taquilla de boletos…
Esta belleza podría considerarse como el corazón de la Estación. Fue el vínculo directo entre los pasajeros y los trenes, ya que de sus pequeños casilleros salían incesantemente los boletos de cartón para poder viajar. Y esos boletos vaya uno a saber a cuántas historias dieron inicio, boletos de ida y vuelta, otros de sólo ida, miles de historias anónimas que la tuvieron como protagonista.
Sin embargo, también guarda otras historias, pero no tan anónimas…
Ocultas ante la mirada desprevenida, en su fondo y el reverso de algunas de sus tablas de destinos, se encuentran muchas firmas y fechas de jefes de estación y auxiliares que tuvieron a su cargo la taquilla a lo largo de sus años de uso. Según se comenta, esta práctica era común en los empleados del ferrocarril, como manera de dejar una constancia de su paso por la empresa. Una especie de cápsula del tiempo. Así es como podemos observar la firma de G.A.Wilde el 3 de noviembre de 1899, entre muchas otras…
La taquilla fue fabricada por la firma Waterlow&SonsLimited y data de aproximadamente 1890. No fue la primera que tuvo la Estación, ya que durante sus años de punta de rieles (hasta 1874) y hasta la llegada del ferrocarril a Mar del Plata no eran muchos los destinos que cubría por lo que se supone hubo una más pequeña anteriormente. Pero sí fue la protagonista principal de todo el siglo XX, hasta que se dejaron de utilizar los boletos de cartón para la década de 1980 aproximadamente.
Aún quedan muchos nombres y fechas por descubrir en su interior, y luego la tarea de armar una línea de tiempo con todas esas personas que trabajaron en la Estación. Pero esa será otra historia para contar…
Los carteles kilométricos…
Hoy te mostramos otro tipo de carteles que el Ferrocarril Sud colocó en gran cantidad a lo largo de su vasta red. Se trata de los nomencladores de la progresiva kilométrica, los cuales indicaban la distancia recorrida a partir del km 0 ubicado en la estación cabecera Plaza Constitución. Estaban fabricados en hierro y se colocaban cada un kilómetro en los postes de telégrafo y a una altura de unos tres metros con disposición en «V», de manera que pudieran ser vistos por los maquinistas sin inconvenientes en ambos sentidos de circulación.
El Museo conserva tres ejemplares de estos carteles, el correspondiente al 113 era el más cercano de ellos a la Estación (la cual se encuentra en el km 113,780), el 107 en cercanías de ruta 20, y el 100 próximo a estación Gándara. Este último es un modelo más moderno fabricado en chapa y que seguramente reemplazó al original por rotura o sustracción.
Hoy se exhiben en la sala permanente del Museo Ferroviario.
Radios
Porque también entre tanto movimiento febril de trenes, pasajeros y encomiendas, había ratos para descansar, escuchar algo de música, noticias o quizás los relatos de algún partido de fútbol…
Todo ello fue posible gracias a la radio, compañía inseparable en tantos hogares y ámbitos laborales. El Museo conserva tres ejemplares que habrán hecho más amena las horas de trabajo y también de descanso de sus propietarios en la Estación. Todas son de épocas diferentes, en la foto 2 la más antigua, típica de baquelita de fines de los años 40. Foto 3 una Phillips probablemente de los 60, y en la foto 4 la más moderna de ellas con un modelo propio de los años 70-80.
También se encontró en la vivienda de la Estación una radio más antigua aún, de las denominadas «capilla», pero su estado era irrecuperable debido al ataque de polillas en su cuerpo de madera, lo cual era un riesgo para el resto de las colecciones del Museo y lamentablemente no se pudo conservar.
Boletos Tipo Edmonson
Así como hace unos días compartíamos la historia de la taquilla de boletos de la Estación, hoy les mostramos su razón de ser, el boleto Edmondson.
Es un sistema que involucra la impresión, almacenado, fechado, contabilización y control de pasajes en ferrocarriles. Ideado alrededor de los años 1840 por Thomas Edmondson (de quien toman el nombre), un experimentado ebanista que se desempeñaba como jefe de estación en el Ferrocarril de Newcastle y Carlisle, su uso se expandió a gran parte del mundo junto con los ferrocarriles de capital británico y perduró hasta su reemplazo por sistemas más modernos recién en las últimas décadas del siglo XX. En Argentina se utilizaron hasta mediados de la década del 90.
Hoy la @agrupacionboletostipoedmondson se dedica a la colección y difusión de los boletos de cartón y su historia.
Como elemento adicional, esta muestra de boletos se exhibe en un antiguo cuadro de anuncio de novedades de la Unión Ferroviaria que fuera encontrado en una de las salas de encomiendas de la Estación y que luego de su restauración hoy puede apreciarse en el Museo Ferroviario.