Melina Noelia Bianco es subayudante de la policía y está detenida al igual que los otros 12 imputados por la masacre de San Miguel del Monte, donde perdieron la vida Aníbal Suárez (22), Danilo Sansone (13), Gonzalo Domínguez (14), Camila López (13) y Rocío Guagliarello (13) tras una descomunal persecución.
Al respecto informó el portal web Infozona que la mujer policía, de 25 años, el domingo a la noche cubría una guardia en la seccional cuando llegó un alerta. “Vayan a ver qué pasa”, les ordenaron desde la estación. Bianco subió al asiento trasero del patrullero que conducía Mariano Ibáñez y cuyo acompañante era Manuel Monreal, quien según el relato de Bianco se bajó del coche, apuntó con su arma y disparó al auto en el que iban las víctimas.
“Se para adelante como para que (el Fiat) detenga su marcha. Y como esto no ocurre, saca el arma y dispara de atrás una vez que pasó. Habrá disparado como mínimo tres veces”, contó la joven en la indagatoria judicial. Ambos implicados se negaron a declarar.
“Íbamos por la costanera hacia el barrio Montemar y nos encontramos de frente el Fiat que viene rápido y atrás el patrullero de García y Ecilape. Nos cruzamos y por radio nos dicen que eran ellos y que teníamos que agarrarlos”, recordó la policía ante el fiscal Lisandro Damonte. “En ningún momento dijeron nada por radio sobre el motivo que originó la persecución”, agregó.
Bianco también apuntó contra los policías del otro patrullero el capitán Rubén Alberto García y el oficial Leonardo Daniel Ecilape. “Pasó también a toda velocidad el móvil de García y Ecilape. García venía disparando. Habrán sido, mínimo dos o tres disparos, pero no vi si impactaron en el coche. Yo vi que sacó el arma. Creo que era la reglamentaria, pero pudo ser otra. Porque se decía que García usaba también una 22. García sacó el arma por la ventana”, admitió. Tanto García como Ecilape también se negaron a declarar.
Sobre los minutos posteriores, según reconstruye Clarín, la mujer contó: “Yo me quedé encerrada en el patrullero agachada, con miedo porque no tenía chaleco. Ninguno tenía chaleco. Escuchaba muchos tiros, estaba muy asustada”. A los pocos minutos, se escuchó por la radio policial que Ecilape pidió asistencia del SAME y solicitó que todos los móviles vayan al lugar del impacto.
Tras la muerte de los cuatro jóvenes, y con una trasladada al Hospital malherida, comenzó el operativo de encubrimiento. Bianco asegura que mientras se hacían los procedimientos de asistencia vio que “estaba Franco Micucci, de civil, con un jean y una campera bordó”. Era el responsable de la comisaría. También está preso por encubrimiento agravado y se negó a declarar el pasado miércoles. Fue quien permitió a los bomberos levantar los cuerpos. En medio de la oscuridad también llegó Héctor “Pipi” Ángel, jefe del servicio de calle quien sí declaró y dio su versión de los hechos.
Bianco tomó declaración a la pareja de jubilados que llamó al 911 por el presunto episodio de inseguridad que derivó en el despliegue de patrullas, pero dicha declaración fue modificada: se borró toda mención de los disparos. Además, Bianco denuncia que en esa maniobra estuvo involucrado también el oficial José Durán, del servicio de calle y a la oficial subayudante Nadia Genaro, quien estaba a cargo del libro de guardia, donde también hay datos errados o modificados.