12 de Junio: Día Internacional de la Descontaminación Acústica

Hoy, 12 de junio, se celebra el Día Internacional de la Descontaminación Acústica, con la finalidad de tomar conciencia sobre el daño que provoca el ruido (sonido excesivo y molesto) sobre la salud de las personas, el ambiente y de qué manera adoptar acciones para reducirlo.
El término contaminación acústica hace referencia al ruido provocado por las actividades humanas y es considerado como el agente contaminante más común e invisible del mundo moderno.
El sonido se expresa en decibeles (dB) y se mide a través de un Sonómetro, según la OMS un valor de 55 dB sería el límite máximo deseable de ruido al aire libre. Para dimensionar estos valores podemos mencionar que un auricular  posee 100 dB, una moto 90 dB, un taladro 105 dB, el canto de los pájaros 10 dB y una bocina automotor 120 dB.
Es un problema ambiental contemporáneo debido al desarrollo de actividades industriales, comerciales y servicios, como así también hábitos y costumbres humanas que generan diferentes tipos de ruidos y que de acuerdo a su intensidad, frecuencia y tiempo de exposición, son capaces de afectar y disminuir la salud y calidad de vida de seres humanos y animales.
El ruido excesivo  produce efectos negativos sobre la salud auditiva, física y mental de las personas. Además del efecto que tiene sobre los seres humanos, debemos tener en cuenta que la contaminación acústica también perjudica en gran medida al ambiente.
El ruido puede tener consecuencias en ecosistemas y en la distribución de su fauna. Si un animal no tolera el nivel de ruido, no soportará las condiciones del hábitat.
En el caso que animales primarios de las cadenas tróficas huyan producto del ruido, también lo harán sus predadores. Caso contrario, si los depredadores son afectados por la contaminación acústica, puede suceder que sus presas empiecen a crecer sin control, lo cual genera un desequilibrio ecológico y sus consecuencias adversas.
La contaminación acústica también perturba patrones de alimentación y reproductivos, los cuales se suman a los factores negativos que contribuyen a la extinción de las especies.
Las plantas también pueden verse afectadas por la contaminación acústica, ya que interfiere en los ciclos de polinización y dispersión de semillas.
No subestimar sus efectos mejorará la salud individual y colectiva, como así también la del ambiente natural que nos rodea.