Cómo les fue a los últimos países que cerraron un acuerdo de facilidades extendidas con el FMI como el que busca la Argentina

Un informe privado analizó cómo les fue en materia de actividad, inflación y situación cambiaria a media docena de economías que optaron por el programa que aspira a acordar Martín Guzmán con el Fondo

La Argentina busca que el nuevo acuerdo que negocia con el FMI tenga la forma de un extended fund facility (EFF), un programa de más largo plazo que el stand by agreement (SBA) alcanzado en 2018 y reformado en 2019. El mecanismo, que tendrá muchas particularidades en el caso argentino, fue utilizado por doce economías distintas en los últimos cinco años. Un estudio privado analizó los resultados que obtuvieron 6 de ellas hasta antes de la pandemia y encontró que, en promedio, el crecimiento económico subió 1,4 punto porcentual., la inflación cayó 2,6 puntos porcentuales y el resultado fiscal mejoró en 1,1 punto porcenutal en comparación con los tres años anteriores a la implementación del EFF. El caso de Angola, que sostenía controles de cambio y una amplia brecha cambiaria, es el más interesante como antecedente para la Argentina.

El ministro de Economía, Martín Guzmán, reveló ayer que la Argentina persigue un acuerdo de facilidades extendidas con el FMI, con cerca de 4 años y medio de gracia y unos 10 años de plazo para el repago de la deuda de USD 44.000 millones que mantiene el país con el organismo internacional.

A diferencia del programa stand by que pidió Mauricio Macri –USD 57.000 millones en total–, el EEF es más largo, de cuatro a diez años (contra tres años), pero a cambio se piden mayores cambios estructurales de mediano plazo. Podrían ser, por caso, cambiar el esquema de jubilaciones, algo en lo que el Gobierno ya avanza, o la coparticipación federal.

 

Un informe de Consultatio Financial Services analizó los últimos 12 acuerdos EFF que firmó el FMI desde el 2015, 8 de los cuales todavía siguen vigentes: Pakistán, Angola, Etiopía, Georgia, Costa de Marfil, Jordania, Mongolia y Túnez. La principal conclusión a la que llega el estudio, además de mostrar una baja generalizada en los rendimientos de los bonos soberanos de los países involucrados, es que la herramienta tiene la capacidad de estabilizar a la economía que la utiliza.

“El poder de estabilización de los programas EFF queda bastante claro cuando se analiza el comportamiento de las principales variables macro antes y después de los mismos”, analiza el informe. “Tomando los 6 casos para los cuales consideramos razonable medir desempeño (y excluyendo el año 2020 por razones obvias), en promedio, el crecimiento económico subió 1,4 punto porcentual, la inflación cayó 2,6 puntos porcentuales., el resultado fiscal mejoró en 1,1 punto porcentual y la cuenta corriente también mejoró 1 punto porcentual en términos anuales respecto de los tres años anteriores a la implementación del EFF”, desarrolló el mismo análisis.

Francisco Mattig, estratega de renta fija de Consultatio y uno de los autores del análisis explicó que si la Argentina quisiera tomar una referencia útil, más allá de las diferencias entre las dos economías, debería mirar al acuerdo que alcanzó Angola con el Fondo en el año 2018. Antes de firmar un acuerdo de facilidades extendidas, el país africano utilizó el tipo de cambio como ancla nominal mientras experimentaba una expansión fiscal financiada por su banco central, lo que derivó en la necesidad de imponer restricciones cambiarias que llevaron la brecha entre el tipo de cambio oficial y el paralelo al 150%. Actividad, inflación y otras variables también tenían similitudes con el caso argentino actual.

Nosotros decimos que hay que mirar el antecedente de Angola básicamente por el tema cambiario. Es el único país que tiene un mercado cambiario paralelo entre los que tomaron programas EFF en los últimos años

“Nosotros decimos que hay que mirar el antecedente de Angola básicamente por el tema cambiario. Es el único país que tiene un mercado cambiario paralelo entre los que tomaron programas EFF en los últimos años. Antes de pedir el apoyo del FMI, cuando la brecha llega a su máximo, Angola libera y devalúa 50%, cuando pide el programa la brecha ya es del 35%. La gran diferencia es que toman USD 15.000 millones de financiamiento, siendo una economía de un tercio del tamaño de la nuestra, mientras que la Argentina tiene seriamente en duda el acceso a fondos frescos despés del desembolso previo de USD 44.000 millones”, dijo Mattig.

“En el caso de Angola, el FMI lo que le dice es que hay que liberalizar el régimen cambiario, eliminar las distorsiones del mercado, eliminar restricciones para el retiro de divisas y el pago de una stamp tax sobre operaciones cambiarias, similar al Impuesto PAIS”, agregó el analista.. «La sensación que nos da mirando el caso de Angola es que si el ajuste cambiario no lo hace el mercado, lo hace el propio programa, de una manera gradual y no abrupta

Más allá del caso puntual de Angola, los distintos programas EFF de los últimos años tienen algunos puntos en común.

 

Metas de déficit

Entre esos puntos, aparece uno como indiscutible: “por empezar, todos los EFF incluyen metas de déficit fiscal primario: esto parece ser innegociable”. En ese sentido, destaca el análisis de los acuerdos, esa meta no se alcanza de la misma manera. En dos caso, Pakistán y Sri Lanka, el programa se focalizó más sobre el aumento de la recaudación que sobre el recorte del gasto.

Reservas y trabas cambiarias

Según el análisis de Consultatio, 8 de los 10 casos analizados incluyen como criterio de evaluación un piso de reservas netas (ya sea en variación como en stock). Los distintos programas acordados por el Fondo tenían, en su mayoría, la condición de liberar el mercado cambiario entre sus compromisos. Sólo uno, Jordania, utilizó una estrategia de crawling peg -deslizamiento gradual del tipo de cambio. Pero, entre todos los antecedentes, el de Angola se destaca porque como en el caso argentino llegó al acuerdo con controles de cambio vigentes y una brecha cambiaria importante.

“Hay un solo país con tipo de cambio paralelo (Angola), donde la estrategia fue liberar el oficial gradualmente para reducir la brecha e ir relajando los controles de capitales. El caso de Angola es interesante para trazar el paralelismo con Argentina ya que tenía un impuesto a las operaciones de cambio, que el FMI exigió eliminar como uno de los requisitos estructurales (pensar en el impuesto PAIS)”, señaló el informe privado.

Metas de inflación y base monetaria

También es común que los EFF que cierra el Fondo tengan metas monetarias y de inflación estrictas, como así también la exigencia de que la tasa en moneda local sea positiva, es decir, que esté claramente por encima de la inflación esperada.

La mayoría presenta alguna variante del esquema de metas de inflación (clásica, flexible, de mediano plazo). Prácticamente todos apuntan a una política monetaria contractiva para quitarle presión a las reservas. En dos casos (Pakistán y Egipto) se habla enfáticamente de la tasa de interés real positiva como principal herramienta”, señaló el texto de Consultatio.

Financiamiento del Banco Central

Aunque no es un punto repetido en todos los programas, si es común que se establezcan límites a las transferencias que puede hacer el Banco Central con el fin de financiar al fisco, una variable que en la Argentina alcanzó una relevancia inédita durante 2020 cuando ante la caída de la recaudación y el aumento del gasto destinado a intentar paliar el impacto económico de las medidas de distanciamiento el Tesoro tomó $1,7 billón de emisión monetaria de parte del BCRA.

Es usual, aunque en menor medida que los criterios mencionados anteriormente, que se impongan límites al financiamiento del Banco Central (Pakistán, Egipto, Angola) o la Administradora Pública de Pensiones (Jordania) al Gobierno Federal”, señaló el informe de Consultatio.(Fuente:Infobae/ Por Matías Barbería)