Inconvenientes en la empresa de galletitas Tía Maruca

Atraviesa una preocupante situación financiera – El conflicto con los 400 empleados de su planta de San Juan, a los que adeuda el pago de aguinaldos y salarios, viene desde principio de año.

La empresa fabricante de galletitas Tía Maruca, que tiene una fábrica en Chascomús, se encuentra en una difícil situación financiera y adeuda el pago de aguinaldos y salarios a los 400 empleados de su planta en ubicada en la localidad de Albardón, en la provincia de San Juan.
El conflicto con los trabajadores viene desde principio de año, ya que los sueldos son pagados en cuotas durante el mes, según informó el diario El Tribuno.
El subsecretario de Trabajo sanjuanino, Roberto Correa Esbry, dijo en declaraciones a AM 1020, que «no hay denuncia laboral todavía», pero que están al tanto del atraso en el pago de los sueldos.
Según la información disponible en el Banco Central, la empresa registra un monto de más de $ 127 millones en cheques rechazados, unos USD 3 millones. En tanto, en mayo pasado, adeudaba a distintas entidades unos $15 millones, que fueron considerados «en problemas», y otros más de $ 5 millones con «alto riesgo de insolvencia».
Fuentes cercanas a la empresa explicaron a Infobae que está en diálogo con todos los sectores implicados, tantos los empleados como los proveedores, en busca de una alternativa para resolver la situación. «El compromiso y el foco está puesto en mantener las fuentes de trabajo. El nivel de actividad que tiene hoy la empresa les permite ser optimistas en normalizar la situación», agregaron.
Tía Maruca fue fundada por el empresario Alejandro Ripari en Ramos Mejía, a fines de los ’90 y logró superar varias crisis: el golpe de 2001, que lo obligó a empezar prácticamente desde cero, y la caída del consumo en 2008. Sin embargo, a comienzos de 2017 el negocio pasaba un buen momento y logró adquirir la planta de la multinacional Pepsico en San Juan, donde se elaboraban, entre otros productos, las galletitas Quacker y las rellenas Toddy.
En ese momento se comprometió a dar continuidad a la planta y a sus 400 empleados y, además de sus productos, siguió produciendo para las marcas de Pepsico. De esta forma, se evitó el desguace que se preveía para esa planta, que contaba con equipos ingleses de primer nivel.
Para esa año, la compañía controlaba alrededor del 5% del mercado local de galletitas, liderado por Bagley y Mondelez (ex Terrabusi).
Esta emblemática planta, ubicada a 12 kilómetros de la ciudad de San Juan, perteneció a la ex Sasetru, la principal productora de alimentos en el país en la década del 60 que, luego de estar cerrada por muchos años, fue reflotada por otra empresa alimenticia, Dilexis. Pepsico la adquirió luego en 2011.
El éxito de Tía Maruca como marca estuvo basado en su llegada a los kioscos, su principal canal de venta, con atractivos exhibidores de madera para sus productos. Uno de sus productos estrellas, en los comienzos, fueron las fajitas que surgieron en plena crisis de 2001.
Según datos de la industria, el mercado de galletitas mueve unos 45.000 millones de pesos anuales y el nivel de consumo es alto, de 12 kilos anuales por persona, por encima de la media de América Latina.