Ranchos es otra vez campeón, tras vencer a Lezama

Gran final de la primera división de la Liga Chascomunense de Fútbol

El Club Atlético Ranchos volvió a lograr su objetivo: es nuevamente campeón en la Liga Chascomunense de Fútbol. Ayer y de local, no dejó dudas y venció por cuatro a dos a Lezama Fútbol Club, ante una verdadera multitud que superó en número largamente las dos mil personas. El partido se disputó en el estadio José Luis Brown, en un campo de juego afectado por las últimas lluvias, que hizo que la pelota no rodara de forma natural, lo que en definitiva conspiró contra el nivel del juego observado a lo largo de los noventa minutos.
Desde el vamos, se observó la tendencia de uno y otro equipo en el campo de juego. Mientras Ranchos buscó ser el protagonista, Lezama se refugió en el fondo y apostó a pelotazos para su centrodelantero Gastón Landa, quien con la “11” en la espalda era el hombre más adelantado, y por momento solitario entre los centrales verdinegros.
El trámite del encuentro no era lucido; todo era pierna fuerte, entrega, pelota dividida y centros al área. El arquero visitante Morales fue protagonista central en los primeros cuarenta y cinco minutos. Lo fue por notables intervenciones (tapó dos mano a mano y descolgó un remate que se metía en el ángulo) pero también por haber sido víctima de un golpe en un centro, que lo dejó mareado y esto obligó a varios minutos de interrupción del juego.
El primer gol llegó a los treinta y cinco minutos por intermedio de Román Yrigoyen. El local manejó bien la pelota a la salida de la línea media, cruzando la pelota de izquierda a derecha. Yrigoyen ganó la espalda del chascomunense Apesteguía y su remate fue desviado por Morales, en gran tapada. Pero desde ángulo cerrado, el propio Yrigoyen remató fuerte y alto al primer poste, para abrir el marcador, en el arco que da sobre el acceso de los locales al estadio. Así, desató la alegría de miles de rancheros que estaban en el predio.
Fue lógico el desnivel, porque Ranchos era el que buscaba, intentaba y cargaba con la responsabilidad del juego. No parecía probable que Lezama pudiera llegar a la igualdad, pero eso ocurrió a los cuarenta y dos minutos de la primera etapa. Una pelota parada que llegó al área desde la derecha, un intento de “chilena” de Apesteguía y la pelota que da en la mano de un zaguero. El árbitro no dudó (la nueva regla lo avala) y sancionó la pena máxima. Gastón Landa con un fuerte remate de zurda marcó el gol y se fue a festejar con el público visitante, que se apiñaba en su sector.

Más goles en el
segundo tiempo
En el segundo tiempo, Ranchos encontró rápidamente el desnivel. Antes de los dos minutos, Julián Castro definió con precisión recibiendo una pelota desde la derecha al centro y rematando cruzado y abajo para vencer a Morales.
En otra pelota parada y frente a un yerro del arquero ranchero, a quien se le escapó la pelota que descolgó en un centro al punto del penal, los corazones de los locales casi se paralizaron, pero el golero pudo recuperarse.
No obstante, siguió siendo mejor el local; a Lezama le costaba reaccionar. Para colmo de males, a los quince minutos Nicolás Expósito remató desde la derecha, desviándose la pelota en el lateral izquierdo Iriarte y metiéndose en el arco ante la quietud y sorpresa del arquero visitante.
Lo que parecía partido liquidado tras el tres a uno, lo pareció más aún minutos después, cuando el delantero Gastón Landa en una jugada sin importancia terminó cara a cara con el segundo zaguero centro del verdinegro, aplicándole un cabezazo que fue observado en primer plano por la jueza de línea, la que llamó al árbitro y este dispuso la expulsión del delantero. Se vivió a partir de allí el momento más cuestionable de la tarde, ya que Landa pisó en los genitales al ranchero que permanecía en el piso, generándose una trifulca que duró varios minutos, con participantes de adentro y de afuera. En todo eso que ocurrió, fue también expulsado el otro Landa (Germán), quedando el visitante con nueve jugadores.
Lezama logró ponerle algo de emoción a la resolución del pleito, cuando a los veinticuatro minutos y tras un tiro de esquina desde la derecha, la pelota quedó boyando sobre el barroso punto del penal, y Arroupe logró de media vuelta cruzarla abajo contra el poste izquierdo del arquero ranchero.
Pero Ranchos pudo asentarse en el juego, y hacer correr la pelota dentro de un campo de juego que no lo ayudó en ningún momento. Generó un par de situaciones claras que otra vez obligaron a Morales a lucirse (el aquero visitante fue figura del pleito) hasta que a los 32 minutos el ingresado Lautaro Rastelli puso el cuatro a dos definitivo.
No hubo tiempo para mucho más. Ranchos hizo correr el balón, jugó mayormente por la derecha con las subidas de Bossi y con el pitazo final, inició el festejo. Que fue merecido, ya que no es casual que los dirigidos por los hermanos Gómez hayan ganado los dos últimos torneos de la Liga Chascomunense de Fútbol.